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Curiosa obra teatral de corte político de Manuel Bretón de los Herreros, en la que nos presenta a Clarita e Isabel, dos jóvenes lozanas enamoradas de sendos soldados. Don Silvestre, un pérfido carlista con las manos manchadas de sangre, querrá aprovecharse de las dos jóvenes, a quienes solo podrá proteger su amor y su virtud.
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Seitenzahl: 27
Veröffentlichungsjahr: 2022
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Manuel Bretón de los Herreros
INTERMEDIO DRAMÁTICO
para representarse en el teatro de la Cruz el dia 16 de Noviembre de 1835, con el plausible motivo de la apertura de las Cortes del Reino.
Saga
Otro diablo predicador o El liberal por la fuerza
Copyright © 1835, 2022 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726653472
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
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This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
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Sala en casa de Don Patricio.
CLARITA. ISABEL.
Aparecen sentadas cosiendo camisas de municion.
clarita .
De veras que siento no dar un paseo por la carrera. Estará tan brillante, tan concurrida...; y toda la tropa formada, y los batallones de la Guardia Nacional...
isabel.
Yo tambien tendria mucho placer en participar del público regocijo; en ver victoreada y bendecida por un pueblo que la adora á nuestra inocente Reina, y á su augusta madre la magnánima Cristina, por quien España ha recobrado su libertad. Y mucho me holgaría de presenciar la apertura de las Cortes; acto tan solemne y lisonjero como universalmente deseado; acto que anuncia otro mas grato, mas feliz y mas grandioso. Pero la tarea en que estamos empeñadas nos priva de este gusto. Hoy hemos de concluir estas camisas que son las últimas de las doce que nos dieron á coser la semana pasada. Vendrán luego por ellas y á traernos otras; y ya que nos hemos brindado á hacer este corto servicio á la Patria, debemos fundar nuestro orgullo en coser mucho, bien, y pronto.
clarita.
Yo me consumo, porque quisiera volar; pero es tan áspero y tan crudo este lienzo...
isabel.
Ya lo ablandará con su noble sudor el soldado de la Patria; y con él puede mostrarse mas ufano en el campo del honor que en sus palacios muchos egoistas cuya nulidad hace mas patente el lujo con que insultan á la pública miseria.
clarita.
Tienes razon. Hay hombres que valen menos que su camisa. — ¡Huy! Se chupa el dedo.
isabel.
¿Te has pinchado?
clarita.
Sí. ¡Por vida...! Con este van diez.
isabel.
Pon cuidado. Estarás pensando en tu Marcelo...
clarita.
Verdad es; pero la Patria no llevará á mal que ame yo á uno de sus mas decididos defensores.
isabel.
¿Te has hecho mucha sangre?
clarita.
Casi nada. La manga se ha manchado un poquito... ¡Ay, plegue á Dios que otra sangre no la tiña!
isabel.