El caballero sin nombre - Antonio Mira de Amescua - E-Book

El caballero sin nombre E-Book

Antonio Mira de Amescua

0,0

Beschreibung

El caballero sin nombre es una comedia teatral del dramaturgo Antonio Mira de Amescua. En la línea de las comedias famosas del Siglo de Oro Español, se articula en torno a un malentendido amoroso que propiciará numerosas situaciones de enredo, todas ellas presentadas bajo un prisma de profunda moral católica, en consonancia con la visión del mundo que tiene su autor.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 96

Veröffentlichungsjahr: 2021

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Antonio Mira de Amescua

El caballero sin nombre

Edición de Aurora Biedma y Agustín de la Granja

Saga

El caballero sin nombre

 

Copyright © 2002, 2021 SAGA Egmont

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726661231

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.

 

www.sagaegmont.com

Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com

COMEDIA FAMOSA DEL DOCTOR MIRA DE AMESCUA

Hablan en ella las personas siguientes:

don gonzalo boabdalí (rey de Badajoz) don sancho zuleimán (moro) don ramiro (padre de los dos) fatimán (moro) doña blanca un paje el rey don alfonso una mujer viuda don diego ordóñez guarda 1 el capitán de la guarda guarda 2 ricote (lacayo) [benzoraique (moro)] sando y mendo (cazadores) un moro ricardo (viejo) un soldado

ACTO PRIMERO

Salen don Gonzalo y don Sancho, riñendo sin echar mano

Don Sancho

¿No soy tu hermano mayor,

villano?

Don Gonzalo Ni soy villano,

don Sancho, ni soy menor,

sino sólo en ser tu hermano,

pues es mi razón mayor:

5 si la honra es nuestra madre

y tú quieres que te cuadre

el ser caballero honrado,

el valor nos ha engendrado

10 y el valor es nuestro padre;

y así preferirme quiero

que cuanto el valor, a ti,

pues, aunque eres caballero

de la honra y valor, nací

15 con ser el valor primero.

Dos veces hemos nacido,

dos madres nos han parido:

doña Elvira es la primera

y la honra es la postrera.

20 Ilustres las dos han sido.

Mas desengañarte quiero,

que si naciste en el mundo

fue, aunque noble y caballero,

de la segunda, el segundo,

25 de la primera, el primero.

Y así, trátame mejor,

don Sancho; que si menor

de la primera madre fui,

de la segunda nací

30 primero. Soy el mayor.

Don Sancho

¡Rapaz hablador sin riendas!

¿Luego estoy, por ser primero,

sin honra, valor ni prendas?

Don Gonzalo

No. Pero fuiste el postrero,

35 aunque primero en hacienda,

que no porque me ganaste

la mano en nacer, llevaste

el valor con que me quedo,

que yo, Sancho, la honra heredo,

40 si tú la hacienda heredaste.

Nuestro padre es noble y rico,

y de su hacienda y valor

dos mayorazgos publico:

de la honra es el mayor

45 y de la hacienda, el más chico.

Destos el uno heredas,

concediéndote que puedas

escoger por ser mayor.

Luego yo heredo el valor,

50 pues con la hacienda te quedas.

Don Sancho

Di, bachiller atrevido,

¿antes que tú no he sabido?

¡No has de comer por mi mano!

Don Gonzalo

Trátame como a tu hermano.

Don Sancho

55 ¡No lo eres, desconocido!

Don Gonzalo

¡Vive Dios que me provocas,

si hablas, don Sancho, en mi mengua;

mas estas palabras locas

haré, arrancando tu lengua,

60 te abra esta espada mil bocas!

Don Sancho

¡Espera, hablador grosero;

castigarate mi acero!

Don Gonzalo

¡ Si no te mata mi mano!

Don Sancho

No me tengo por tu hermano.

Don Gonzalo

65 Ni lo estimo ni lo quiero.

Sale don Ramiro, padre de los dos

Don Ramiro

¿Qué es esto? ¿Qué enojo vano

incita vuestro furor,

don Gonzalo, con tu hermano,

contra tu hermano mayor?

Don Gonzalo

70 ¿ He de sufrir que villano

me llame? No, que me fundo

(aunque la hacienda perdí,

por salir postrero al mundo)

que de tu valor nací

75 tan honrado, aunque segundo;

y no es justo que mi hermano,

que por cualquier ocasión,

con razón y sin razón,

me llame infame y villano.

Don Sancho

80 ¿ Qué te parece del humillo

del rapaz?

Don Gonzalo Trátame bien,

que ya no puedo sufrillo,

si no queréis que te dé

hoy sepultura en Trujillo.

Don Ramiro

85 Loco, ¿a tu hermano mayor?

¿No basta que estoy yo aquí?

Don Gonzalo

Pues, ¿porque yo sea menor,

soy de menos valor?

Don Ramiro

Si en todo sois inferior

90 al mayorazgo, ¿no es llano

que cualquier menor hermano

tiene de estarle sujeto

y tratarle con respeto?

Don Gonzalo

No, padre, no, que eso es vano:

95 lo que al hermano heredero

obedecer sólo es

no [es] porque nació primero,

sino por el interés

de su hacienda y su dinero;

100 y, como no estimo aqueso,

por más rico le confieso,

no por más noble o mejor,

porque estimo mi valor

más que el tesoro de Creso.

105 La sangre que honra a mi hermano,

esa propia me honra a mí;

el valor que gana, gano;

tan noble como él nací;

como él, soy Altamirano;

110 como Altamirano espero

al valor por quien suspiro,

que es lo que ennoblece a un hombre.

Altamirano es mi nombre

y por aqueso alto miro;

115 y así el valor me destierra

donde, con hartas ventajas,

le ganaré por la guerra.

Don Ramiro

Vete, atrevido villano,

a la guerra donde vas.

120 Pues ¡alto! que al tiro vano

que dé tu altivez, cairás,

aunque eres Altamirano.

En la guerra ese furor,

mezclándole con valor,

125 honroso te será allí,

y no despreciando aquí

tu propio hermano mayor.

¡Vete de mi casa, inquieto!

pues no quies vivir sujeto;

130 que el que hereda mis tesoros,

ha de guardarme respeto.

Don Sancho es de mi valor,

de mi hacienda, el sucesor;

y, pues me ha de suceder,

135 le tienes de obedecer

como a tu hermano mayor.

O yo te vede la hacienda

o, con debida humildad,

pon en tu soberbia enmienda;

140 porque a quien dejo mi hacienda,

le dejo mi libertad.

Don Gonzalo

Honra, padre, tu heredero

que por no ver mi deshonra,

partirme a la guerra quiero,

145 donde pienso ganar honra

por mi brazo y por mi acero,

que aunque dejes tu hacienda

a don Sancho, que es cabeza

de tu linaje y estado,

150 yo voy muy bien heredado,

pues heredé tu nobleza.

Esta es hacienda estimada

y la que en mis armas pinto,

pues como tanto me agrada,

155 me mejora en tercio y quinto

con darme sola esa espada,

que, aunque es yerro en los combates,

cuando tú, don Sancho, trates

de tu hacienda y tu regalo,

160 la volverá don Gonzalo

oro de dos mil quilates.

Goza de tu hacienda y tierra

y a Dios, riguroso padre

cuyo enojo me destierra;

165 que, pues la honra es mi madre,

mi herencia ha de ser la guerra.

Vase

Don Ramiro

Hágate el Cielo piadoso

en las armas, venturoso

en las hazañas, un sol

170 en la lealtad, español

en las vitorias famoso;

y de suerte te aventajes

de la honra al dulce vuelo,

que el moro a tus pies abaje

175 y, con apellido nuevo,

fundes un nuevo linaje;

que si enojo inoportuno

te destierra, sabe Dios

que no es por odio ninguno;

180 pero, riñendo los dos,

tengo de perder el uno.

Así, pues ninguno os doma

esto, por remedio toma

mi amor, Sancho, porque temo;

185 que seréis Rómulo y Remo,

aunque no es mi hacienda Roma.

Don Sancho

Pierda el amor a la tierra,

señor, que sus desvaríos

le darán seno si yerra;

190 que otros más soberbios bríos

sabe domeñar la guerra.

Allí le harán humillarse.

Don Ramiro

En Burgos han de juntarse

los que ricos hombres son

195 de Castilla y de León,

donde parte a coronarse

Alfonso. El rey sexto hará

por ser él el sucesor

de don Sancho, el que en Zamora

200 mató Bellido traidor

y por quien Castilla goza.

Tu hermano va allá, sin duda.

Bien es que, cual padre, acuda

a sus cosas y, así, quiero

205 proveerle de dinero.

Ven, don Sancho; la ira muda

en fraterno amor.

Don Sancho Tu gusto

es el mío.

Don Ramiro Ya has tardado

en consuelo mi disgusto.

210 Ricote, aquese criado,

que se parta a Burgos gusto

para que busque a tu hermano;

que, pues va a ser cortesano

y a ver éste riguroso,

215 quiero vaya como hijo,

y, al fin, como Altamirano.

¿ Qué te parece?

Don Sancho Muy bien.

[Ap.] (No le vea yo presente

y cuanto tengo le den).

Don Ramiro

220 Ricote, pues, diligente,

le buscará. Sancho, ven.

Vanse y gritan dentro como que andan cazando.

Doña Blanca, Sando y Mendo, cazadores

Sando ¡Ataja, Mendo, el jabalí cerdoso,

primero que le esconda el bosque espeso!

Mendo ¡La red ha roto y huye presuroso!

225 ¡Hacia ti, Sando, va! ¡Suelta el sabueso!

DoÑA BLANCA

Tira el venablo, Sando valeroso.

Mendo Espada tienes: rompe espalda y hueso;

que si hacia mí su suerte le encamina,

el pecho le abrirá mi jabalina.

230 Hermosa doña Blanca, hacia ti parte...

Doña Blanca

Morirá si mi brazo no le yerra.

Sando ¡Oh, bella esposa del ferroso Marte,

cosiole tu venablo con la tierra!

Salen todos tres: doña Blanca con vaquero y daga

en la cinta, Sando y Mendo de cazadores

Doña Blanca

Pásale el corazón de parte a parte.

235 Mendo Deja estos cerros; parte a la sierra,

casta Diana, Palas española,

pues para el moro vil tu bastas sola.

Doña Blanca

A mi padre Ricardo le presenta,

pues, por matarle yo, le daré gusto;

240 que, mientras su calor la siesta alienta,

herida con la luz del sol augusto,

en esta sombra dormiré contenta,

al son de aquesta fuente.

Sando Todo es justo

cuanto pide tu boca soberana.

245 ¡Salvaguardad el sueño a vuestra Diana!

Vanse los dos y queda doña Blanca

Doña Blanca

Oh santa soledad, esposa activa

del gusto, del descanso y del sosiego:

a ti las llaves de mi pecho entrego

porque esa libertad tu corte viva.

250 Hanme dicho que amor tus gustos priva,

que acierta a herir las armas, aunque ciego,

que tira flechas de amoroso fuego

y que a quien más resiste, más cautiva.

Mientras tuviere ser, tú eres mi dueño;

255 sirva al amor quien ama en hora buena,

que no he de obedecer a quien desdeño

con libertad en esta selva amena.

Libre del fiero amor, gozaré el sueño,

porque el amante, aún cuando duerme, pena.

Échase. Sale Don Gonzalo, de camino, y Ricote, criado

260 Ricote Al fin, señor, he venido

en tu seguimiento al trote.

Don Gonzalo

Agora, amigo Ricote,

tu lealtad he conocido.

Como enojado dejé

265 a mi padre y a mi gente

y me partí de repente,

de llamarte me olvidé,

y, aunque cual ves me partí

solo y desapercibido,

270 ninguna cosa he sentido,

sino caminar sin ti.

Ricote Vivas mil años, señor,

por merced tan señalada,

que a fe que no vales nada

275 sin mis enredos y humor;

y que me estimes el gusto,

pues, cuando estás más estrecho,

mis trazas te dan provecho

y mis disparates gusto.

280 Juntos nos hemos criado

desde niños, y me empeño

y te reconozco dueño,

pues tu pan me ha sustentado.

No ha de haber quien nos divida

285 sino la muerte, señor,

porque el verdadero amor

es un juro de por vida.

En fin, con abrazos ciegos

tu regalo me encargó

290 y al despedirme me dio

una alforja de consejos:

que delante la honra lleves,

que acrecientes tu valor

y, aunque gruña el acreedor,

295 que siempre seas el que debes.

Y eso a mi cargo lo deja,

que no ha de quedar ropero,

mercader, sastre o platero

que no tenga de ti queja.

Don Gonzalo

300 Ya en tus disparates das.

Ricote Haré trampas de mil modos

y, cuando debas a todos,

serás « el que deberás» .

Díjome, al fin, que a tu tierra

305 no vuelvas más a sus ojos

sino lleno de despojos

y vitorias de la guerra.

Don Gonzalo

No haré, Ricote, que aspiro