El príncipe de la paz - Antonio Mira de Amescua - E-Book

El príncipe de la paz E-Book

Antonio Mira de Amescua

0,0

Beschreibung

El príncipe de la paz es un auto sacramental de corte alegórico del dramaturgo Antonio Mira de Amescua. Se articula en torno a la figura de Cristo, denominado aquí Príncipe de la Paz, y su intento por salvaguardar a la dama Celia, representación del alma cristiana, del engaño.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 34

Veröffentlichungsjahr: 2021

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Antonio Mira de Amescua

El príncipe de la paz

 

Saga

El príncipe de la paz

 

Copyright © 2007, 2021 SAGA Egmont

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726661064

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.

 

www.sagaegmont.com

Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com

Personas

EL PRÍNCIPE, que es Cristo EL HONOR CUSTODIO EL CUIDADO CELIA, que es el Alma EL LUCERO LA DISCRECIÓN EL ENGAÑO

Sale el Príncipe de la Paz de cazador, con su venablo, y Custodio lo mismo; Celiade dama; Discreción de dama; El Honor y el Cuidado y Músicos de galanes todos

 

CELIA Si mi ventura supieran

mil almas enamoradas

que vuestro favor esperan

por ser del cielo envidiadas,

5

¡oh qué de invidia tuvieran!

¡Toda una noche, Señor,

en mi casa! ¡Gran favor!

¡Convertida queda en cielo!

PRÍNCIPE

Ansí, en disfrazado velo,

10

soy, como ves, cazador;

almas de pechos humanos

son mis fieras.

CELIA Las más fieras

por favores soberanos

tendrán, y honras verdaderas,

15

el morir a vuestras manos.

¡Qué dulce noche he pasado,

oh Príncipe de la Paz!

La casa que habéis honrado

no era deste bien capaz;

20

de nuevo la habéis formado:

que, por posar vos en ella,

la dejáis hermosa y bella

como el oro en el crisol;

que, de vuestro claro sol,

25

basta sólo una centella.

¡Oh, qué gran ventura ha sido

perderos y haber llegado

adonde os he merecido,

que no me hubiera ganado

30

a no haberos vos perdido!

Mas todo aqueste favor

se templa, dulce señor,

viendo que os vais; mas bien veis

que, cuando honrado me habéis,

35

quedo perdida de amor.

¡Nunca el sol amaneciera,

pues que con vos le tenía

de más soberana esfera!

PRÍNCIPE

Que tú fuiste, aurora mía,

40

aljófar decir pudiera.

No llores, que no es ausencia

la que hace de un alma Dios

si tiene correspondencia,

porque amándonos los dos

45

siempre tendrás mi presencia;

y tan presente estaré

que me verás cada día

con los ojos de la fe,

porque el perderme, alma mía,

50

para no perderte fue,

que aqueste nombre he tenido:

pues, para verme amargado,

de Egipto, recién nacido,

hasta agora me ha durado

55

llamarme « el Niño perdido» .

Y así lo mismo contemplo

de aquel impasado ejemplo;

que, como son para mí

templo las almas, en ti

60

hallé, desde ayer, mi templo.

Y, si no quedas rendida,

yo lo voy por ti de suerte

que otra vez, Celia querida,

sufriré por ti la muerte

65

como importara a tu vida.

No me puedes tú querer,

Celia, como yo te quiero,

que es mi amor mi propio ser.

CELIA Yo, Señor, por vos me muero,

70

no tengo más que querer.

Claro está que, siendo vos

Dios, como sois, que en los dos

ha de haber gran diferencia,

que no admite competencia

75

amor de Dios sino en Dios.

Aquel amor que os enlaza

de vuestro Padre y de vos

procede, ése sólo abraza

con su amor el de los dos

80

por tan soberana traza,

que es amor esencialmente

en cuanto es Dios con los dos;

pero cuanto un alma siente,

amando a Dios, siento en vos,

85

mar de amor y humilde fuente.

La palabra que os he dado

cumpliré con gran lealtad.

PRÍNCIPE

Para que con más cuidado

despiertes tu voluntad,

90

sin las prendas que te he dado,

este anillo mi afición

te entrega con dos divinas

empresas, Alma, que son

un corazón entre espinas

95

que ha de ser tu corazón;

como está aquí coronado

destas puntas, tu cuidado

le ha de tener en mi ausencia.

CELIA No hará el vivo diferencia

100

de éste que me das pintado.