Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
El príncipe de la paz es un auto sacramental de corte alegórico del dramaturgo Antonio Mira de Amescua. Se articula en torno a la figura de Cristo, denominado aquí Príncipe de la Paz, y su intento por salvaguardar a la dama Celia, representación del alma cristiana, del engaño.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 34
Veröffentlichungsjahr: 2021
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Antonio Mira de Amescua
Saga
El príncipe de la paz
Copyright © 2007, 2021 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726661064
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
www.sagaegmont.com
Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com
Sale el Príncipe de la Paz de cazador, con su venablo, y Custodio lo mismo; Celiade dama; Discreción de dama; El Honor y el Cuidado y Músicos de galanes todos
CELIA Si mi ventura supieran
mil almas enamoradas
que vuestro favor esperan
por ser del cielo envidiadas,
5
¡oh qué de invidia tuvieran!
¡Toda una noche, Señor,
en mi casa! ¡Gran favor!
¡Convertida queda en cielo!
PRÍNCIPE
Ansí, en disfrazado velo,
10
soy, como ves, cazador;
almas de pechos humanos
son mis fieras.
CELIA Las más fieras
por favores soberanos
tendrán, y honras verdaderas,
15
el morir a vuestras manos.
¡Qué dulce noche he pasado,
oh Príncipe de la Paz!
La casa que habéis honrado
no era deste bien capaz;
20
de nuevo la habéis formado:
que, por posar vos en ella,
la dejáis hermosa y bella
como el oro en el crisol;
que, de vuestro claro sol,
25
basta sólo una centella.
¡Oh, qué gran ventura ha sido
perderos y haber llegado
adonde os he merecido,
que no me hubiera ganado
30
a no haberos vos perdido!
Mas todo aqueste favor
se templa, dulce señor,
viendo que os vais; mas bien veis
que, cuando honrado me habéis,
35
quedo perdida de amor.
¡Nunca el sol amaneciera,
pues que con vos le tenía
de más soberana esfera!
PRÍNCIPE
Que tú fuiste, aurora mía,
40
aljófar decir pudiera.
No llores, que no es ausencia
la que hace de un alma Dios
si tiene correspondencia,
porque amándonos los dos
45
siempre tendrás mi presencia;
y tan presente estaré
que me verás cada día
con los ojos de la fe,
porque el perderme, alma mía,
50
para no perderte fue,
que aqueste nombre he tenido:
pues, para verme amargado,
de Egipto, recién nacido,
hasta agora me ha durado
55
llamarme « el Niño perdido» .
Y así lo mismo contemplo
de aquel impasado ejemplo;
que, como son para mí
templo las almas, en ti
60
hallé, desde ayer, mi templo.
Y, si no quedas rendida,
yo lo voy por ti de suerte
que otra vez, Celia querida,
sufriré por ti la muerte
65
como importara a tu vida.
No me puedes tú querer,
Celia, como yo te quiero,
que es mi amor mi propio ser.
CELIA Yo, Señor, por vos me muero,
70
no tengo más que querer.
Claro está que, siendo vos
Dios, como sois, que en los dos
ha de haber gran diferencia,
que no admite competencia
75
amor de Dios sino en Dios.
Aquel amor que os enlaza
de vuestro Padre y de vos
procede, ése sólo abraza
con su amor el de los dos
80
por tan soberana traza,
que es amor esencialmente
en cuanto es Dios con los dos;
pero cuanto un alma siente,
amando a Dios, siento en vos,
85
mar de amor y humilde fuente.
La palabra que os he dado
cumpliré con gran lealtad.
PRÍNCIPE
Para que con más cuidado
despiertes tu voluntad,
90
sin las prendas que te he dado,
este anillo mi afición
te entrega con dos divinas
empresas, Alma, que son
un corazón entre espinas
95
que ha de ser tu corazón;
como está aquí coronado
destas puntas, tu cuidado
le ha de tener en mi ausencia.
CELIA No hará el vivo diferencia
100
de éste que me das pintado.