El santo sin nacer y mártir sin morir - Antonio Mira de Amescua - E-Book

El santo sin nacer y mártir sin morir E-Book

Antonio Mira de Amescua

0,0

Beschreibung

Santo sin nacer y mártir sin morir es una comedia teatral de corte religioso del dramaturgo Antonio Mira de Amescua. Se articula en torno a la leyenda de San Ramón Nonato, extraído del vientre de su madre ya muerta y aun así vivo para servir a Dios.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 91

Veröffentlichungsjahr: 2021

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Antonio Mira de Amescua

El santo sin nacer y mártir sin morir

Edición de Carmen López Carmona y Aurelio Valladares Reguero

Saga

El santo sin nacer y mártir sin morir

 

Copyright © 2003, 2021 SAGA Egmont

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726661040

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.

 

www.sagaegmont.com

Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com

FAMOSA COMEDIA DEL SANTO SIN NACER Y MÁRTIR SIN MORIR, QUE ES SAN RAMÓN NONAT

Del Doctor Don Antonio Mira de Amescua*

Las figuras que hablan son las siguientes**:

el rey de aragón la reina doña maría leonida aristo cardón guidón, viejo raimunda, su hija un mercader un alcalde alderán, pastor paula, pastora tirso, pastor viejo fray leonardo*** un rey moro zara, reina mora alí, alcaide moro hameto, moro sinán, moro don juan un ángel el conde de cardona criados ramón fray cerrato, lego la obediencia el rey don jaime fray pedro nolasco un capitán

ACTO PRIMERO

Suena ruido de carrera y luego de cañas; luego de cuchilladas y salen vestidos de libreas, Leonida de hombre con adarga y cubierto el rostro con una banda, riñendo con Cardón y el Rey de Aragón, y todos poniéndolos en paz*

leonida

Muera el engañador.

cardón Miente

quien me da ese nombre extraño,

miente quien dice que engaño

y aun quien lo imagina.

rey Tente,

5 ¿qué es esto? ¿En la plaza yo

y en la plaza esta licencia?

leonida

Desmiéntenme en tu presencia.

cardón Él en ella me ofendió

y él espada hizo arrancar.

10 rey ¿Quién es el que con Cardón

ha tenido esta cuestión?

¿No es Conde del Solar?

¿No es Lupercio? ¿No sois vos?

leonida

Soy quien no debiera ser,

Descúbrese**

15 porque soy una mujer.

cardón Leonida es, ¡válgame Dios!

leonida

Pues si yo fuera Leonida,

autor de tanta deshonra,

¿estuviera yo sin honra

20 y estuvieras tú con vida?

rey Pues, ¿ cómo Leonida aquí?

¿Y el conde, su hermano?

leonida Sabe,

oh rey, la causa, que es grave,

y oye mis agravios.

rey Di.

leonida

25 Soy mujer, aunque soy hija,

hermana de padre y madre,

que del catalán valor

son, si no el centro, no el margen,

y no bastando la fuerza

30 de la herencia desta sangre,

me llevó la inclinación

de mujer y mujer fácil.

Puse los ojos en éste,

que aún llamarle hombre es honrarle,

35 en este Dédalo en Creta,

este Tamurle o Alarbe,

en este Delfín de Troya,

éste en nido de Landace,

cocodrilo para el Nilo,

40 y nuevo caimán del Ganges.

Amele, quísele y dile

la palabra de casarme

en correspondencia hidalga

de otra que éste me dio antes.

45 Pues éste, al parecer hombre

y en el corazón salvaje

de la Tebaida de Egipto,

padre del azar de un Martes,

dábame palabra a mí,

50 después de tener la llave

de su voluntad Raimunda,

hija de Guidón Gascanes.

Vea vuestra Majestad

qué competencia entre partes

55 tan distintas y diversas;

qué palabras tan iguales;

qué compatibles estados,

o qué honor proporcionable,

o qué cielo con qué cielo,

60 o qué Ángel con qué Ángel.

No trato de la hermosura,

basta que del honor trate.

Y cuando fuera mi igual

el engaño de ambas partes.

65 No he creído a mis sospechas,

aunque escuché a muchos pajes

que en la información que ofrezco

dijeron dichos bastantes.

Vino la ocasión a pelo,

70 mi hermano el conde está en Flandes

y escribió que en estas cañas

era imposible hallarse.

Yo tuve oculta su excusa,

hice libreas sacasen

75 y a la ciudad en su nombre

di por cierto el aguardarle.

Ya sabes que el conde es mozo

y el rostro tan semejante

al mío, cual él lo dice,

80 quise así desengañarme.

Vestí la librea y salgo

a las cañas esta tarde,

al conde tan parecido

que deslumbrara a mis padres.

85 Póngomele al lado a éste,

veo las señales que hace

a la ventana de aquélla,

que es, de su libertad, cárcel.

Óigole llamarla esposa,

90 pedirle celos y darle

favores, más que de amiga,

en lo cuerdo y en lo grave.

Acabose la paciencia,

y cree que ha sido parte,

95 que su corta vida dure

el oír tus voces grandes.

Éste y aquélla me ofenden,

notorio te es que no hay ave

que me iguale en ligereza,

100 tigre que no despedace,

que me han criado esas peñas

que dicen de Monserrate,

y sé más de matar fieras,

que de tocarme y peinarme.

105 Hazme justicia si quieres,

y si no quisieres, hazle

que venga donde le aguardo,

verás quién se satisface.

Vase Leonida*

rey Dejad a Leonida ir.

110 Vos, Cardón, ¿no respondéis?

¿ Qué decís, qué enmudecéis?

cardón No tengo yo qué decir,

porque ella ha dicho verdad,

y esto a la verdad se debe

115 y, aunque yo a excusarme pruebe,

no acierta mi calidad.

Dos palabras di a las dos.

El ciego amor pegó el fuego

y a un hombre que sigue a un ciego

120 pidamos le alumbre Dios.

De rodillas**

Yo soy el que cometí

el error, y tú quien puedes,

haciendo a todos mercedes,

pronunciar sentencia aquí.

125 rey Levantad, que estoy dispuesto

a enriquecer ese cuello,

mas, ¿cómo hicistes aquello,

sabiendo confesar esto?

cardón ¿Quién en medio la pasión

130 sabrá proceder sin ella?

rey Llama a Raimunda y, con ella,

venga su padre Guidón.

Vase un criado. El Rey habla lo siguiente en el metro que se sigue*

Troya ardió por mujer, Roma ha llorado,

por mujer nuestra España también llora,

135 que aún no del todo echó la gente mora,

que por mujer su trono ha profanado.

El primer hombre por mujer ha errado,

a un Cipión una mujer desdora,

dígalo Salomón, si puede agora,

140 si revelase Dios do le ha llevado.

Pues si amor de mujer se añade injuria,

llena de celos y de agravios llena,

resulta su venganza a quien perdona.

Témplese vuestro yerro con su furia

145 y su venganza pare en vuestra pena,

que no quiero que llore Barcelona.

Entra Guidón y Raimunda, su hija, con manto, y criados**

guidón ¿Para qué mandas llamar,

señor, a los que a tus pies,

humildes los ves estar?

150 rey Fácil se os dirá lo que es.

Con que os podéis levantar.

¿Es vuestra hija Raimunda?

guidón Y tu esclava.

rey ¿Tenéis más?

guidón Dos, y ésta es la segunda.

155 rey Tú, Cardón, que sabes más

de este pleito, el caso funda.

Confiesa la obligación

que a Raimunda y a Guidón

tienes, paga de contado,

160 porque acullá no has pagado,

y es allí la obligación.

Allí se debe oro, aquí

tú sabrás si es cobre o plata.

Tú te has de casar allí,

165 de reparar esto trata,

y lo demás quede a mí.

guidón ¿Qué es esto, que estoy confuso?

rey Quien en confusión os puso,

os podrá satisfacer.

170 cardón Señor, aunque a esta mujer

su suerte en pobre honor puso

y es de humildes ascendientes,

ésta mi mujer será,

si tú, señor, lo consientes,

porque ésta y yo somos ya

175 más que Leonida, parientes.

guidón ¿Qué es esto, que no lo entiendo?

rey Quietar el reino pretendo,

con esto te hablo claro,

su honor al conde reparo

180 y a Guidón honro y no ofendo.

Del conde serás cuñado

y a Guidón dale hacienda.

guidón Ya mi daño he penetrado.

cardón Ésta es mi mujer y prenda,

185 en ella está mi traslado.

No me mandes ofender

a Dios y al honor, y ser

deste que por suegro elijo.

rey Con criar la hija o hijo

190 queda honrada esta mujer.

guidón Antes que tu Majestad

deje a solas mi ofensor

o mi poca calidad,

oye, y si no por mi honor,

195 óyeme por esta edad.

rey ¿Qué queréis?

guidón Ya yo he entendido

que ésta, liviana y crüel,

mi casto honor ha ofendido

aunque el ofensor es fiel,

200 pues quiere ser su marido.

Pero como el conde es grande,

y tu Majestad le mande

que cumpla allá lo que ofrece,

si un rey la cera endurece,

205 ¿quién ha de haber que la ablande?

Si a un mozo desordenado

le avivas la libertad,

que es río desenfrenado,

que anegará una ciudad,

210 cuánto y más un monte y prado.

Si tú, que debes ser freno,

para el malo que está lleno

de uno y otro pecho impío,

le das espuelas y brío,

215 ¿qué vasallo será bueno?

Por ser pobre, ¿ no es honor

el del pobre? ¿No son venas

éstas con sangre, señor?

¿Por ser pobre le condenas

220 a perpetuo deshonor?

La buena Teología

sólo a los ricos decía

deber la restitución,

y no a los que pobres son.

225 ¿Un mismo Dios no nos cría?

Y si esto no es suficiente

para mandar hacer hoy

el desposorio presente,

sea el saber.

rey ¿Qué?

guidón Que soy.

rey ¿Qué sois?

230 guidón Que soy tu pariente.

rey Mi pariente, ¿cómo así?

guidón De carne y sangre nací

como tú, y soy desa masa

tuya, y pues esto así pasa

235 esotro no pase ansí.

Pues aquí hay honra perdida

y allá una palabra dada.

Entra la Reina doña María y gente, y don Juan*

doña maría**

La fiesta está suspendida,

la plaza está alborotada,

240 y aún Barcelona corrida,

vuestro palacio suspenso

y yo con temor inmenso.

¿ Qué es esto? ¿Por qué han cesado

las cañas?

raimunda Ya que has llegado

245 hallar mi remedio pienso.

rey ¿Cómo hasta aquí no hablastes,

vos, ni a mí me respondistes,

y en cuanto a los tres oístes,

muda el suceso esperastes?

raimunda

250 Uno con otro cordero,

uno con otro león,

hacen su conversación

y es su trato verdadero,

pero con el lobo fiero,

255 mal está la simple oveja.

Señora, vuelve la oreja,

pues como yo eres mujer,

sabraste compadecer,

de quien a tus pies se queja.

260 A Cardón la mano di,

sin saber que la había dado

a Leonida, a quien ha amado,

mi pobre honor le rendí.

Quiere cumplir este sí,

265 que es deste preñado dueño,

y al rey parécele sueño,

que un rico case con pobre.

Lo que te he contado sobre

en proceso tan pequeño.

Mujer eres.

270 doña maría* Y aún también

harto mujer habéis sido.

Vos, al fin, ¿sois su marido?

cardón Más que lo fuese y amén.

doña maría

Señor y esposo, pues, ¿ quién

275 a los que Dios junta, aparta?

Estos piden razón harta.

¿Leonida ha perdido honor?

todos No, señora.

doña maría Pues, señor,

antes que de aquí me parta,

280 dele Vuestra Majestad

licencia, por gusto mío,

désela.

rey Por vos me guío,

vos, pues podéis, se la dad.

todos Tus pies besamos.

rey Alzad.

Casaos los dos. Id los tres

285 desterrados por un mes,

por casarse, sin licencia

del rey, Cardón.

cardón ** Tu clemencia

hija de tu valor es.

doña maría

Volvámonos a las cañas.

290 rey Lidien dos toros primero.

doña maría

En la galería espero.