La adversa fortuna de don Bernardo de Cabrera - Antonio Mira de Amescua - E-Book

La adversa fortuna de don Bernardo de Cabrera E-Book

Antonio Mira de Amescua

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Beschreibung

La adversa fortuna de don Bernardo de Cabrera es un texto teatral de corte histórico del dramaturgo Antonio Mira de Amescua. Se articula en torno a la figura histórica de Bernardo de Cabrera, noble aragonés que ayudó a reconquistar Mallorca en el siglo XIV, pero que fue acusado de traición por negarse a apoyar a los aliados del rey.

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Seitenzahl: 97

Veröffentlichungsjahr: 2021

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Antonio Mira de Amescua

La adversa fortuna de don Bernardo de Cabrera

 

Saga

La adversa fortuna de don Bernardo de Cabrera

 

Copyright © 2003, 2021 SAGA Egmont

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726660968

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.

 

www.sagaegmont.com

Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com

LA ADVERSA FORTUNA DE DON BERNARDO DE CABRERA COMEDIA FAMOSA

Compuesta por el doctor Mira de Mescua Representóla Morales

Hablan en ella las personas siguientes:

don bernardo [de cabrera] [lisardo] don lope de luna [el príncipe] el rey don pedro [un capitán] conde de ribagorza tres soldados lázaro, lacayo dos contadores roberto, lacayo [ricardo] un secretario [don sancho] doña leonor [un verdugo] doña violante, infanta [feliciano] dorotea, vieja [garcía] [don ramón] [un villano] [don tiburcio] [un montero] [leonido, músico] [un tambor] conde de trastamara [músicos]

JORNADA PRIMERA

Sale don Lope y Lázaro, lacayo

 

don lope

Las veces que considero

del modo que me ha traído

la fortuna, le agradezco

que me reservara el juicio.

5 «Que han de ser los hombres nobles

–un sabio romano dijo–

en prosperidad, modestos,

y en la adversidad, sufridos» .

Dirame alguno que yo

10 pocas desdichas he visto;

que habiendo nacido pobre,

en mi mismo estado vivo.

Porque solamente aquellos

que estado humilde han tenido,

15 y que se ven levantados,

desdichados llama el siglo;

pero yo digo que son

de mayor lástima dignos

los que jamás en su vida

20 prosperidad han tenido.

Aunque se viva edad corta,

es mejor haber nacido,

y en las cosas de fortuna

puede decirse lo mismo.

25 En un tiempo a Zaragoza

Don Bernardo y yo vinimos;

decir puedo que la dicha

de César traje conmigo;

más la inconstante Fortuna,

30 que en este profundo abismo

de la corte le echó a tierra

y a mí me trae en bajíos.

Cuatro títulos le han dado,

y en palacio tres oficios,

35 y la Encomienda Mayor,

y hoy es el hombre más rico

que en Zaragoza conocen.

Mañana, a ser su padrino,

llega el príncipe don Juan,

40 que tanto el Rey le ha querido

que con su hermana le casa.

Sabe Dios que no le envidio,

sino que en su bien me alegro,

porque, en efeto, es mi amigo.

45 Él gobierna aquestos reinos

tan amado y tan bienquisto,

que todos al Rey bendicen

porque su cortés le hizo.

Y a mí, que en las dos batallas,

50 como la fama habrá dicho

desde el Ebro hasta el Danubio,

desde el Betis al Calisto,

hice en servicio del Rey

cosas que no se han escrito

55 de Aníbal, ni de Cipión,

César, Alejandro y Pirro,

nunca el Rey merced me ha hecho.

Sordo ha estado a mis servicios;

traidor y loco me llama

60 cuando mercedes le pido.

Entre aquestas desventuras

una dueña, que maldigo,

muchas veces me ha engañado,

con amor, pienso, que ha sido.

65 Ella, en nombre de la Infanta,

muchos papeles me ha escrito,

muchos favores me ha dado

aquí, al sereno y al frío.

Al fin, los seis mil ducados

70 que darme Cabrera quiso,

cogió el huésped, y por deudas

casi andamos fugitivos.

Éste es, Lázaro, el estado

en que en la corte vivimos

75 yo y el dichoso Almirante:

bien contrario y bien distinto.

Al fin estoy sin dineros

y sólo aqueste vestido

viejo, pobre y desdichado.

80 lázaro ¿Monda nísperos el mío?

El primer sastre del mundo

me dijeron que lo hizo;

no perdiera por añejo

a ser queso o a ser vino.

85 Tal está que andaré presto

en carnes como Cupido,

y diré que soy yo Eva,

que vengo del paraíso.

También pudiera contar

90 mis desgracias y peligros;

muchos son, pero yo callo.

don lope

¿Por qué?

lázaro Porque no los digo.

Si tú imaginas, señor,

hacerte fraile benito,

95 yo de mala gana ayuno

y mis carnes disciplino.

Fray Lázaro no es buen nombre,

ni es buen regalo el cilicio.

¡Basta!, que aquí y en la guerra

100 andamos tripivacíos.

Tu amigo es el Almirante;

así, señor, te suplico

que en su servicio me dejes

en pago de mi servicio.

don lope

105 Harélo de buena gana.

lázaro Tus pies beso, aunque no limpios,

y vivas más que dos ciervos

y cuatro cuervos marinos.

Pero si la vida es tal,

110 ningún bien yo te encamino,

que el hombre pobre y honrado

muere el tiempo que ha vivido.

Pero pregunto yo agora:

¿por qué al parque venimos

115 esta noche de San Juan?

¿Hay otra de ochenta y cinco

que por niña se te venda?

don lope

Yo diré a lo que he venido:

esta segunda Medea

120 un tierno papel me ha escrito;

dice que venga esta noche

porque quiere darme aviso

de mis negocios, y quiere

que yo sea su marido.

125 Yo, que procuro venganza

de las burlas que me hizo,

pienso dejalla burlada,

si algunas joyas le quito.

lázaro ¿Y es bien hecho eso, fray Lope?

130 Casi huele a latrocinio.

¡No lo mandará en su regla

nuestro padre San Benito!

don lope

Moriré, si no me vengo.

Suena ruido de dentro

¿ Qué será aqueste ruido?

235 lázaro Como es noche de San Juan,

van con músicas al río.

don lope

Esperemos mientras pasan

en sus márgenes floridos.

lázaro De buena gana lo hiciera,

140 a ser márgenes de vino.

Aquí estaremos mejor.

 

Pónense a un lado y salen al balcón Leonor y Dorotea

dorotea

No son cincuenta mis años,

que, a celos y desengaños,

me tiene vieja el amor.

145 Muchos maridos me dan,

y aunque todos buenos son

quise hacer la devoción

de la noche de San Juan.

« Estos que habemos trazado...»

150 en mi niñez se decía,

y del nombre que se oía

venía a ser el desposado.

leonor ¿ Y es cierto?

dorotea Sin falta alguna.

Oigamos. Buen fin aguardo.

leonor Ap.

155 ¡Oh, quién oyera a Bernardo!

dorotea Ap.

¡Quién oyera « Lope» o « Luna»!

 

Salen don Ramón, y don Tiburcio y Lisardo, músico, tañendo y cantando

don ramón

¡Callen! ¡Oigan! ¡Atención!

Haciendo, pienso que están,

la devoción de San Juan;

160 [vamos], ¡démosles picón!

don tiburcio

¿Cómo?

don ramón Diciéndolas nombres

extraordinarios, y cosas

que las dejen temerosas.

leonor Escucha, que suenan hombres.

don tiburcio

165 El Sofí y el Tamorlán.

lisardo ¡El Gran Turco podrá ser!

¡Nunca será su mujer!

dorotea

¡Mala Pascua y mal San Juan

te dé Dios!

don ramón Esos deseos

170 nunca se verán logrados.

don tiburcio

Para nadie están guardados,

señora, tus ojos feos.

leonor Desengañadas estamos.

Vanse

lisardo Eso no será imposible.

175 El Ebro corre apacible.

don ramón

A los barcos vamos.

todos Vamos.

Vanse

leonor No es devoción buena, a fe.

dorotea

Ninguna, no, bien me dice.

Y treinta veces la hice

180 después que viuda quedé.

 

[Vanse y] sale[n] a otro balcón Violante y Leonor

leonor ¿Por qué espera al Almirante

Vuestra Alteza, si mañana

ha de casar?

violante Tengo gana

de hablarle aquí como amante,

185 que dicen que suele ser

conversación más gustosa,

y para la de su esposa

mil siglos podrá tener.

Demás que quiero tratar

190 cosas que importantes siento

para nuestro casamiento.

lázaro En el balcón siento hablar.

 

Salgan los que pudieren tañendo y cantando y Leonido

músicos

Las olas del Ebro

llenas de oro van

195 en la noche alegre

del señor San Juan.

Barcos enramados

de verde arrayán

rompen [en] el Ebro

200 líquido cristal.

Abundan las damas,

que en la puente están

en la noche alegre

del señor San Juan.

205 leonor Si ha venido el Almirante,

ya le tendrán enfadado

estos que aquí se han parado.

violante

Ellos pasarán delante.

 

Sale[n] don Bernardo y Roberto de noche

don bernardo

La Infanta manda que en esta

210 parte a visitarla venga,

para que, viéndola, tenga

vísperas la grande fiesta

de mañana. ¡Ah, dueño mío,

qué favores manifiestos

215 me das...! ¿Quiénes son aquestos?

roberto

Músicos, que van al río.

músicos

Ebro, corre apriesa

por llegar al mar,

porque el bien y el agua

220 no saben parar;

que alegres [las] cosas

trocadas están

en la noche alegre

del señor San Juan.

don bernardo

225 Roberto, dos versos

de aqueste cantar,

« porque el bien y el agua

no saben parar» ,

me han dado gran pena.

roberto

230 ¿En agüeros das

en la noche alegre

del señor San Juan?

don bernardo

Fingidas sirenas,

que cantando estáis

235 mudanzas del tiempo,

Dios os haga mal.

Las obsequias vuestras,

cual cisnes, cantad

en la noche alegre

240 del señor San Juan.

Después volveremos.

Vamos a rondar.

Vanse los dos

lázaro A cantar porfían.

¡Cómo cantan mal!

don lope

245 Díles que se vayan.

lázaro Váyanse a cantar,

en la noche alegre

del señor San Juan,

otro poco al río.

leonido

250 ¡Calle el ganapán,

porque algún cobarde

lo quiere estorbar!

don lope

¡Vive Dios, villanos,

que os haga callar!

255 lázaro En la noche alegre

del señor San Juan.

leonido

Miente quien llama villanos

a los que estamos aquí.

don lope

¡Oh, traidor, mentís! ¡A mí..!

260 ¡Muerte os darán estas manos!

 

[ Luchan]

leonido

¡Vive Dios, que es un león!

Irémonos retirando.

don lope

Noble soy, que voy buscando

mi honrada satisfacción.

 

Éntranse huyendo [mientras luchan]

265 leonor ¿Quién es hombre tan gallardo

que puede atreverse a tantos?

violante

¿Quién puede reñir con tantos

que no sea don Bernardo?

Echarlos quiso de aquí;

como estorbaban...

270 leonor Él es.

Voces daré.

violante No las des,

que él sabrá volver por sí.

leonor Pasemos a otras ventanas

para verle acuchillar.

violante Ap.

275 Bastábame a enamorar

con sus fuerzas más que humanas.

 

Quítanse del balcón y sale Leonido herido

leonido

Mortalmente estoy herido.

Quien mal hace, mal recibe;

y mal muere quien mal vive.

 

Cáese muerto. Entra don Bernardo y Roberto

don bernardo

280 Ya las músicas se han ido.

Una señal hacer quiero

que la Infanta me ha ordenado.

¡ Jesús! ¿ en qué he tropezado?

roberto

Ya tenemos otro agüero.

don bernardo

285 ¡Un hombre muerto está aquí!

roberto

Sin duda que aquel rüido

fue pendencia, o caso ha sido.

don bernardo

Claro está que no es por mí.

Sácale en brazos, Roberto,

290 del parque, porque después

a enterrar le llevaréis.

roberto

Es una torre este muerto.

don bernardo

Aquí te espero, arrimado

a esta pared de la huerta.

 

Tómale en brazos y llévale

roberto

295 En el umbral desta puerta

le pienso dejar echado.

 

Suenen golpes dentro junto a él, como que cae alguna cosa

don bernardo

¡Válgame Dios! La pared

a do me arrimé se cay.

Misterios secretos hay;

300 en tal caso, detened,

cielos, vuestras profecías.

 

Vuelve Roberto

roberto

Vuélvete esta noche a casa,

que a quien mañana se casa

sobrarán noches y días.

don bernardo

305 ¡Ay, Roberto!, si se advierte,

la humana dicha es tan poca,

que entre la taza y la boca

se suele esconder la muerte.

La ocasión es desigual

310 y vuela si no se toma.

Por esperar perdió a Roma

el africano Aníbal;

Jerjes se perdió, arrogante,

por esperar a otro día.

315 La angélica jerarquía

se condenó en un instante.

No dió la nación romana

sustento a cuervo jamás

sólo porque dice « cras» ,

320 que quiere decir « mañana» .

Torres que dejan al viento

con chapiteles extraños

tardan en crecer cien años,

y cáense en un momento.

325 Este tiempo que ha de haber

hasta la mañana clara,

para subir no bastara

y basta p ara caer.

En la Infanta ¿qué esperanza,

330 ni en el tiempo, he de tener,

si del tiempo y la mujer