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La guarda cuidadosa es un auto sacramental del dramaturgo Antonio Mira de Amescua. Al igual que sucede con los autos sacramentales de otros autores del Siglo de Oro, tales como Lope de Vega, en él se cargan las tintas en el fondo humano de los personajes más allá del poso católico y alegórico que suele tener el subgénero, en este caso en torno a la disputa entre la razón natural y la herejía por el alma de un mortal, en medio de las representaciones del cristianismo, el judaísmo y el islam.
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Seitenzahl: 33
Veröffentlichungsjahr: 2021
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Antonio Mira de Amescua
Saga
La guarda cuidadosa
Copyright © 2007, 2021 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726660883
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
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This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
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Salen el Alma y la Razón Natural
ALMA Dime, Razón Natural,
porque lo deseo saber:
¿cómo podré yo volver
a mi Patria Celestial?
5 En la Gloria fui criada
y, el Autor que el cielo encierra,
en frágil vaso de tierra
me dejó depositada.
Soplo de su boca soy.
10 Dios sólo es mi Autor, y ansí
le apetezco; Razón, di
si por buen camino voy.
RAZÓN Los rayos de Dios divinos
deslumbran cualquier razón,
15 que Él mismo dice que son
investigables caminos;
algunos alcanzo yo,
mas no todos: discurramos
cuál de estos que aquí miramos
20 es el que el Cielo nos dio.
ALMA Éste que he visto primero
de seca yerba se cubre
y señales nos descubre
25 de haber sido pasajero;
otro tiempo amenidad
sus márgenes han tenido;
sin duda que aqueste ha sido
camino de la Verdad.
30 Mas ya señales parecen
de no ser el que solía;
que, como a la luz del día
las sombras desaparecen,
así las sombras cogieron
35 de este camino el estío;
que dejaron seco y frío
todo el valor que en él vieron.
Muchos árboles están
de grandeza y tiempo anciano,
40 que agora, con ser verano,
ni flores ni fruto dan;
por donde siento y recelo
otro camino mejor
que ha descubierto mi Autor
45 para la ciudad del cielo;
y, así, aquese no es usado.
RAZÓN A nosotros viene un viejo
que nos podrá dar consejo,
como aquel siglo pasado.
50 ¿Y si fuere del abismo?
Entra El Judaísmo
ALMA Mucho quisiera saber
quién sois, para os conocer.
JUDAÍSMO
Soy, señora, El Judaísmo;
¿dónde vais, hermosa dama?
55 ALMA A la ciudad celestial,
porque mi amor natural
de mi patria así me llama.
Nací en ella, y desterrada
en este valle me veo,
60 y así, volverme deseo
para donde fui criada;
si en ti vive la piedad
que en tus canas imagino,
dime, te ruego, el camino
65 de esta famosa ciudad.
JUDAÍSMO
¡Venís tan hermosa vos,
oh peregrima criatura,
que la razón me asigura
que sois imagen de Dios!
70 Camino del cielo es
éste que habéis encontrado,
porque por él han pasado
davides, jobes, Moisés.
La muchedumbre infinita
75 de profetas y de reyes
va por aquí, con dos Leyes:
la Natural y la Escrita;
todos, con un tierno llanto,
pasan los prolijos días
80 esperando a su Mesías.
ALMA ¿Y dónde?
JUDAÍSMO En el limbo santo.
RAZÓN El camino que ha cubierto
seca yerba, bien se alcanza
que una perdida esperanza
85 de siguro lo hizo incierto.
Bien alcanza mi discurso
que este camino es errado;
que, demás de haber pasado
el profetizado curso
90 de las semanas y días
del profeta Danïel,
hablando con Israel
aquel divino Isaías,
a quien llama «evangelista»
95 Jerónimo, dijo así:
«Vendrá el Sumo a dar ahí
y dará a los ciegos vista;
por Él los sordos oirán,
dará pies, lenguas y oídos
100 y, así, andarán los tullidos
y los mudos hablarán».
Si en un tiempo habemos visto
cumplirse las profecías,
claro está que es el Mesías
que habéis esperado.
JUDAÍSMO ¿Quién?
105 RAZÓN Cristo;