La loca del cielo - Antonio Mira de Amescua - E-Book

La loca del cielo E-Book

Antonio Mira de Amescua

0,0

Beschreibung

La loca del cielo es una comedia teatral de corte religioso del dramaturgo Antonio Mira de Amestua. Se articula en torno a los tejemanejes del demonio para frustrar el amor de los dos protagonistas, a los que intentará proteger un ángel de la guarda.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 81

Veröffentlichungsjahr: 2021

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Antonio Mira de Amescua

La loca del cielo

 

Saga

La loca del cielo

 

Copyright © 2010, 2021 SAGA Egmont

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726660838

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.

 

www.sagaegmont.com

Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com

Hablan en ella las personas siguientes

el demonio , que es Félix naranjo , lacayo liseno , viejo pelagia , dama celia , dama isabel , criada césar , galán carlos Un vejete El Ángel de la Guarda libio , bandolero músicos

JORNADA PRIMERA

Sale Naranjo, lacayo, de noche, rodando

naranjo

¡Ayúdeme San Alejo

con su bendita escalera!

 

Sale el Demonio, que es don Félix, de galán, fingiendo que cae

demonio

¡No será la vez primera

que, precipitado, dejo

5 escarmientos en la tierra..!

Yo soy el Querub que al Cielo

dio, con eterno desvelo,

la más abrasada guerra

que en sus cristalinos muros

10 vieron, entre luces bellas,

a pesar de sus estrellas,

los espíritus más puros.

A Dios me opuse; caí,

pero mi soberbia altiva,

15 viendo que en el hombre priva

la imagen que aborrecí,

por lograr más mi venganza,

opuestos siempre los dos,

ya que no puedo de Dios,

20 me vengo en su semejanza.

Félix, que a Pelagia adora

con lascivo pensamiento,

queriendo escalar el viento

(que ya su tragedia llora),

25 al subir de ese jardín

las paredes, tierno amante

de Pelagia, en un instante

vio su miserable fin:

murió despeñado, y yo,

30 después que arrojé en el río

su cuerpo, y el cristal frío

en su centro le escondió,

tomé su forma, por ver

si puedo, en tan ciego abismo,

35 ser –en su sujeto mismo–

perdición de esta mujer.

Por su vanidad la llama

«loca» el mundo; en su locura,

a costa de su hermosura,

40 podré encender nueva llama.

En toda Antïoquia ha sido

tan bizarra su beldad,

que no ha habido libertad

que a su amor no haya rendido;

45 y ahora, tan firme veo

su amor, que mi fuego alienta;

que mi engaño me presenta

su victoria por trofeo,

pues fabricaré, de suerte

50 tan cautelosa, cadenas

en su torpe amor, que apenas

pueda romperlas la Muerte.

¡Tiemble el hombre la violencia

con que mis venganzas fundo,

55 que no está seguro el mundo

si me dura esta licencia!

 

Naranjo vuelve en sí

naranjo

Poco a poco voy volviendo

en mí. No es mucho mi mal:

soy en caer muy leal,

60 porque apenas el estruendo

de la caída sentí,

cuando, acudiendo al reclamo,

pudo el golpe de mi amo

hacerme rodar a mí.

65 ¿ Si expiró? Sí, que era gordo.

No parece. (¡Trance fiero!)

Él murió como un jilguero;

yo moriré como un tordo.

demonio

¡Naranjo!

naranjo Señor, pues ¿ vives?

demonio Ap.

70 ¿Cómo puedo yo morir?

naranjo

Pues ¿póngome yo a sentir

tu muerte y tú me recibes

tan vivo? ¡Donoso punto

para el ladrón que fiaba

75 en tu muerte, y ya se estaba

afilando de difunto!

No más burlas, que reparan

los amos linda quimera.

¡ Oh, traidor, no me muriera

80 otra vez si me ahorcaran!

Ahora bien, darme procura

la mano.

demonio Engañarle entiendo.

naranjo

¡Vive Dios que estás ardiendo!

¿Si te ha dado calentura?

demonio

85 Es fuego, que el corazón

padece, de amores ciego.

naranjo

Pues señor, si es tanto el fuego

llevémoste a San Antón.

demonio

Déjame.

naranjo Por mí, señor,

90 vive, que sólo temía

ver que, muerto tú este día,

está mi naranjo en flor;

que apenas morir temiera

cuando, sin gesticular,

95 como otros suelen sanar

por ensalmo, me muriera.

demonio

¿Tú te mataras?

naranjo ¿ Faltara,

cuando aqueso sucediera,

una muerte que viniera

100 y un doctor que me enterrara?

demonio

Pues ¿entierran los doctores?

naranjo

Disponen, para enterrar,

(aunque poco han de ganar)

ya con los murmuradores,

105 que a ninguno perdonando

tanto sus faltas destierran,

que cuantos curando entierran,

desentierran murmurando.

Pero al balcón ha salido

un bulto.

110 demonio Pelagia es.

naranjo

Demonio eres. Mucho ves.

demonio

Amor despierta el sentido.

 

Pelagia, arriba, a la ventana

pelagia

¿Es Félix?

demonio Mi bien, yo soy.

pelagia

Mi desdicha estoy temiendo,

115 porque aquel medroso estruendo

del jardín (turbada estoy)

tú pienso que le formaste,

cayendo, al subir por mí.

demonio

Es verdad, mi bien. Caí,

120 dices bien; no te engañaste.

Del cielo fue mi caída,

adonde subir procura

mi amor, por ser tu hermosura

siempre de rayos vestida;

125 aunque te juzgaba ausente,

al subir me deslumbró

la luz, y me derribó

abrasado en fuego ardiente,

que es tan inmenso el ardor

130 de mi amor en mi osadía,

que aun despeñado, porfía

con obstinado valor:

hasta verte en mi poder

no descansaré jamás.

pelagia

135 Pienso, don Félix, que estás

lastimado.

demonio Es ofender

la gloria de haber subido,

pues padeciendo por ti,

será imposible que a mí

140 me pese de haber caído.

pelagia

Yo pagaré esta afición

con lazo y nudo invencible;

pero no será posible

esta noche. La ocasión

145 ha sido el estar despierto

mi padre y Celia, mi hermana,

tan curiosamente vana,

que su cuidado me ha muerto

de enfado y celos. Adora

150 a Carlos, con quien procura,

empleando su hermosura,

casarla mi padre ahora.

Y a mí con César, un hombre

que, aunque es tan rico, me fuerza,

155 Félix, de tu amor la fuerza,

que aborrezca hasta su nombre.

Tan breve el término es,

que ha de ser mi injusto esposo

mañana, y será forzoso

160 llorar mi muerte después;

y como piensa mi hermana,

cuando impido el casamiento,

que es por Carlos, bebe el viento

pensando que a la ventana

165 salgo por su necio amante,

que esta ha sido la ocasión

de negar la posesión

que debo a tu fe constante.

Mas desvíate, que siento

pasos.

 

Vase

170 demonio De su hermana son.

Buscaré su perdición

también, pues ahora intento

que oiga a Carlos que, engañado,

por Pelagia la ha de hablar,

175 dándome su amor lugar,

pues que tiene imaginado

gozar a Pelagia, dando

a Celia, aunque más le adora,

olvidos.

celia al balcón

¿ Si fuese ahora

180 Carlos el que estaba hablando

al balcón? Que si a mi hermana,

como pienso, tiene amor,

será vano mi rigor,

y mi diligencia, vana.

185 Díceme que a Félix quiere.

Si es él, veré el desengaño

de mi amor.

naranjo ¡Espera! Hogaño

ya no hay cristiano que espere.

 

Está como que habla al balcón con Celia el demonio, y sale Carlos

carlos ¿Qué ven mis ojos? ¡Ah, cielos!

190 Hablando están al balcón.

¿Si es Pelagia?

celia El corazón

ardiendo está en vivos celos.

carlos ¿Que después de concertado

con Celia mi casamiento

195 quiere Amor que rinda al viento

por su hermana mi cuidado?

demonio

Carlos viene. Mis intentos

se logran. ¡Carlos!

carlos ¿ Quién es?

demonio

Quien por amante interés

200 ejecuta atrevimientos.

Félix, tu amigo.

carlos ¿ Quién dices?

demonio

Félix soy. ¿No me conoces,

cuando Amor publica a voces

mis esperanzas felices?

205 Casarte con Celia quiere

Liseno; y, por pobre, a mí

me niega a Pelagia. Aquí

tu favor es bien que espere,

pues como amigo te fío

210 del alma el mayor secreto:

Pelagia es mía. El efeto

verás de su amor y el mío.

carlos Ap.

¡Cielos! ¿Qué escucho?

demonio Mañana

tengo, Carlos, concertado

215 robarla, y pues te he fiado

de mi prenda soberana

secreto tan importante,

también la guarda has de ser

de su honor, que en tu poder,

220 con cuidado vigilante

la has de guardar y llevar

a tu quinta, porque aquí

me quede yo, que de ti

no lo podrán sospechar;

225 que estando ya concertado

con Celia tu casamiento,

será temerario intento

pensar que tú la has robado,

y así yo tendré segura

230 a Pelagia en tu poder.

carlos Hoy, Félix, en mí has de ver

que aseguro (Ap. ¡Qué ventura!)

tu amor.

celia En la calle hay gente;

veré si es mi ingrato amante.

235 carlos El robarla es importante

porque el fuego no se aumente.

Ap. (¿Vio más dichosa ocasión

el Amor? ¡Ventura es mía!)

demonio

Que hablases, Carlos, querría

240 a Pelagia, que al balcón

está, porque en todo seas

testigo de mis amores,

porque admires sus favores,

porque mis venturas creas:

245 mira si a su discreción

bien su hermosura acompaña.

Ap. (Piensa Carlos que me engaña

y es su engaño mi traición).

Llega, mas has de decir

que eres Félix.

250 carlos Tu orden sigo.

demonio

Porque no quiere testigo

de su amor.

carlos Sabré fingir.

demonio

Pues yo voy a asegurar

la calle.

Apártase

carlos Huyan recelos,

255 pues sin ocasión de celos

podré así a hablar a Pelagia,

que, vive Dios, pues me fía

Félix la prenda que adoro,

que he de ser de Europa el toro

260 siguiendo la suerte mía.

demonio

Así en celos dispondré

con cautelosos engaños

que en sus mismos desengaños

venga a mantener la fe.

265 celia Un hombre llega al balcón.

¿Si es Carlos?

carlos ¡Dichoso he sido!

naranjo

¡Que a grulla me haya metido

queriendo ser yo lirón!

¡Pese al bellaco que aquí

me tiene!

270 demonio ¿De qué murmuras,

Naranjo?

naranjo Mucho me apuras.

Haciendo estoy entre mí

examen de mi conciencia.

demonio

Bien finges.

naranjo Sábelo Dios.

demonio

275 Mientras vuelvo, aquí los dos

me esperad.

Vase

naranjo Tendré paciencia.

¿Mas, que me duermo? Te advierto,

porque, si mi amor no ignoras,

yo siempre en aquestas horas