Las lises de Francia - Antonio Mira de Amescua - E-Book

Las lises de Francia E-Book

Antonio Mira de Amescua

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Las lises de Francia. Antonio Mira de Amescua Fragmento de la obra Jornada primera (Sale un alarde, y uno con un estandarte lleno de sapos y otro con una pica y en ella una cabeza, y otro con una fuente y en ella una corona, y Clodobeo en un carretón, vestido de romano con una corona de laurel y dos leones que tiran del carro y dos músicos, y Clodobeo saca una carta en las manos, y cautivos y presos. Canten.) Música: "Bien merece Clodobeo aqueste gallardo triunfo, pues asombra con su nombre las cuatro partes del mundo. Ríndale el reino de España y las naciones [adjuntos] que el invicto Clodobeo no es [moria] como los suyos." Clodobeo: Si el triunfador es romano y el que triunfa César es, en los méritos le gano pues soy Hércules francés ya que no nací Tebano. Pero en una cosa fío que aunque Roma mostró brío, en majestad y en blasón, nunca tuvo corazón de la grandeza que el mío. Su fascinación es tan alta, su valor tan sin segundo, que como lugar le falta, quiere hacer su cuerpo al mundo y así de mi pecho falta. Esa cabeza desvía que con bárbara arrogancia desde Italia pretendía serlo del reino de Francia sin tener miedo a la mía. Alarde: ¡Quita! Que es caso feo; que el invicto Clodobeo siendo temido gigante se espante de ver delante la cabeza de un pigmeo.

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Seitenzahl: 85

Veröffentlichungsjahr: 2010

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Antonio Mira de Amescua

Las lises de FranciaEdición de Vern Williamson

Barcelona 2024

Linkgua-ediciones.com

Créditos

Título original: Las lises de Francia.

© 2024, Red ediciones S.L.

e-mail: [email protected]

Diseño de cubierta: Michel Mallard.

ISBN tapa dura: 978-84-9953-539-5.

ISBN rústica: 978-84-9816-104-5.

ISBN ebook: 978-84-9897-581-9.

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.

Sumario

Créditos 4

Brevísima presentación 7

La vida 7

Personajes 8

Jornada primera 9

Jornada segunda 57

Jornada tercera 95

Libros a la carta 133

Brevísima presentación

La vida

Antonio Mira de Amescua (Guadix, Granada, c. 1574-1644). España.

De familia noble, estudió teología en Guadix y Granada, mezclando su sacerdocio con su dedicación a la literatura. Estuvo en Nápoles al servicio del conde de Lemos y luego vivió en Madrid, donde participó en justas poéticas y fiestas cortesanas.

Personajes

Clodobeo

El Rey de Borgoña

El conde de Barcelona

Alarico

Leoncio

Teodato

Aureliano

Clodomira

Amalasunta

Crotilda

Un alarde

Un labrador

Un mercader

San Martín

Un ángel

Pastores

Cautivos

Soldados

Criado

Músicos

Jornada primera

(Sale un alarde, y uno con un estandarte lleno de sapos y otro con una pica y en ella una cabeza, y otro con una fuente y en ella una corona, y Clodobeo en un carretón, vestido de romano con una corona de laurel y dos leones que tiran del carro y dos músicos, y Clodobeo saca una carta en las manos, y cautivos y presos. Canten.)

Música «Bien merece Clodobeo

aqueste gallardo triunfo,

pues asombra con su nombre

las cuatro partes del mundo.

Ríndale el reino de España

y las naciones [adjuntos]

que el invicto Clodobeo

no es [moria] como los suyos.»

Clodobeo Si el triunfador es romano

y el que triunfa César es,

en los méritos le gano

pues soy Hércules francés

ya que no nací Tebano.

Pero en una cosa fío

que aunque Roma mostró brío,

en majestad y en blasón,

nunca tuvo corazón

de la grandeza que el mío.

Su fascinación es tan alta,

su valor tan sin segundo,

que como lugar le falta,

quiere hacer su cuerpo al mundo

y así de mi pecho falta.

Esa cabeza desvía

que con bárbara arrogancia

desde Italia pretendía

serlo del reino de Francia

sin tener miedo a la mía.

Alarde ¡Quita! Que es caso feo;

que el invicto Clodobeo

siendo temido gigante

se espante de ver delante

la cabeza de un pigmeo.

(Vase.)

Clodobeo Para dar al mundo espanto

la abatí su bizarría,

alta no lo ha estado tanto

que en fin en bajo vivía,

y ya muerta la levanto.

Bien es que esté de esta suerte

porque al enemigo fuerte

se ha de dar muerte crecida

con palabras en la vida

y con obras en la muerte.

Porque del laurel Francés

coronarse en vida quiso,

de esa guirnalda que ves

que un tiempo fue paraíso

y ya funesto ciprés,

honrando al muerto enemigo

de la manera que digo

dirá su reino infiel

que yo no he triunfado de él;

pero que él triunfó conmigo.

Si el valor se galardona,

yo le doy esa corona,

y a tal grandeza lo subo

por el ánimo que tuvo

de atreverse a mi persona.

(Pónenle una corona en la cabeza.)

Soldado Ya está su frente ceñida.

Clodobeo Ponla así en el muro fuerte

porque su gente atrevida

le vea honrado en la muerte

pues se laureó en la vida.

Y el mundo a quien miedo [diera],

viendo esa cabeza hoy

entre una y otra bandera,

considerando quién era,

echara de ver quién soy.

En mi estandarte Francés

honrar los sapos no es malo,

y aquestas flores que ves,

pues que ya a Marte me igualo

y aún más ganaré después.

Hoy las cárceles abrid.

Todos merced me pedid

con la lengua del deseo,

porque soy, sin ser hebreo,

otro Sansón y David.

Soy un Pompeyo romano,

Anibal cartaginés,

y soy León Africano,

y aun soy quien rinde a sus pies

al bárbaro godo hispano.

Los Césares ya difuntos

fueron pintados trasuntos

del corazón que poseo.

Soy el francés Clodobeo

y soy más que todos juntos.

Publíquese mi trofeo

para que crezca mi nombre

tanto como mi deseo.

Soldado Eres Marte, no eres hombre.

Otro ¡Viva el grande Clodobeo!

(Salen Aureliano y Clodomira, y Leoncio.)

Aureliano El reino pide una cosa

en que muestra la afición

de tu sangre valerosa.

Clodobeo ¿Y qué pide en conclusión?

Aureliano Que elijas, señor, esposa.

Clodobeo Los ánimos levantados

de los que somos soldados

no eligen eso que quieres,

porque tornan las mujeres

los hombres afeminados.

Sabed que es el casamiento

muerte mezclada en contento,

pasatiempo con cuidado

y, en el hombre regalado,

nunca cupo atrevimiento.

¿Cómo un hombre ha de poder

oír los fuertes rüidos

que suele el tambor hacer,

si enternecen los oídos

las voces de una mujer?

¿Qué ha de hacer el homicida

del enemigo francés,

si su mujer muy querida

le dice echada a sus pies:

«¿Agora te vas, mi vida?».

Si con esposa me adorno,

y tarde a mi casa torno

porque mi ejército marcha

el enero con la escarcha,

y el julio con el bochorno,

¿cómo hallaré a mi mujer?

¡Cansada ya de esperar

para su gusto y placer!

O me tiene de olvidar

o cuando no, aborrecer.

En efecto el buen soldado

no tiene de ser casado,

porque le impide el amor

y suele echarse el honor

en lecho desocupado.

Y aunque suelo yo preciarme

de no temer, decir puedo

que desde que sé acordarme

de nada he tenido miedo

sino solo de casarme.

Mas yo, por Francia, lo haré

como mujer se me dé

a mi gusto, honesta y bella.

Aureliano Una propondré que en ella

está en cifra el abecé:

afable, buena, callada,

dama, excelente, famosa,

gallarda, hermosa, ilustrada,

liberal, maravillosa,

princesa, calificada,

sublime, Tabia en beldad.

Tiene pompa y majestad.

Leoncio Tres te faltan.

Aureliano Así es;

mas ella tiene otras tres,

Que adora la eternidad

y es Cristiana.

Leoncio ¡Gran defecto!

Clodobeo ¿Y quién es ella?

Aureliano Sobrina

de Grundibaldo.

Clodobeo ¿En efecto,

es hermosa?

Aureliano Es peregrina.

Leoncio No vio el mundo tal sujeto.

¡Mas agora está en prisión!

Aureliano ¡Gran crueldad!

Clodobeo ¿Por qué razón?

Clodomira Por llevar gente bisoña

su padre, [el] Rey de Borgoña,

en la civil disensión.

Matóle su mismo hermano

con engaño y con traición.

Clodobeo ¡Barbaridad de tirano!

Para salir de prisión

menester será mi mano.

En mi nombre real le den

de su reino el parabién,

Leoncio y Aureliano;

que yo le daré temprano

el castigo a su desdén.

Procuren ver su sobrina

y si tan hermosa fuere,

como en Francia se imagina,

pídanla.

Aureliano ¿Y si no la diere?

Clodobeo Por la majestad divina,

que si tal atrevimiento

supiere en su pensamiento,

con mi poder inmortal

en su reino desleal

un mar hiciera sangriento.

Veinte mil hombres llevad

y si es hermosa y la niega,

abrasadle la ciudad.

(Sale un Criado.)

Criado Mensajero de paz llega

a hablar a tu majestad.

Clodobeo Entre.

Aureliano La mano me [des].

No, mejor será los pies

que mueven tu cuerpo tanto

del reino de España espanto

y columna del francés.

Clodobeo Procurad que ella reciba

estos humildes despojos.

Aureliano (Aparte.) (¿Hermosísima cautiva

quien habrá que sin tus ojos

un solo momento viva?)

(Vanse Aureliano y Leoncio, y sale un mensajero labrador.)

Labrador Poderoso Clodobeo,

universal vencedor,

con majestad y trofeo

de que tengas más valor

[que] el mundo tiene deseo,

y, pues que Dios te ha criado

tan temido y respetado

que fama tu nombre tiene

desde el quemado Pirene

al Etiope abrasado,

cuando al Rey Sagrio venciste

si al templo de los cristianos

de su despojo eximiste,

¿por qué sacrílegas manos

le dejaron pobre y triste?

Un soldado le robó

y dos cálices tomó

con que el altar se servía,

fue en efecto tiranía

que tu justicia eclipsó.

Clodobeo ¿Sabes tú quién fue el soldado?

Labrador No señor.

Clodobeo (Aparte.) (Yo lo sabré

y pagará su pecado.)

Hazaña francesa fue.

Valor tuvo como honrado.

Yo a Sajonia me partí.

Su Rey tirano vencí.

Hoy triunfé de la victoria,

y a la perpetua memoria

mi nombre eterno ofrecí.

Licencia a mi gente he dado

que despojasen la tierra,

Tomólos como soldado

y lo ganado en la guerra,

en efecto, es bien ganado.

Si conozco quién es hoy,

verás qué premio le doy.

Soldado (Aparte.) (No es tiempo ya de callar;

yo se los quiero enseñar.)

Poderoso Rey, yo soy.

Estos cálices serán

en esta causa jüeces.

Ellos el valor dirán.

(Va a dáselos al Rey, y tiénele [Clodobeo].)

Clodobeo El valor que tú mereces,

estas manos te darán.

¡Infame, vil, mal nacido!

¿Qué ley bárbara ha movido

tu cobarde y traidor pecho

para que presa hayas hecho

en despojo prohibido?

Los que te vieron tomallo,

por mi mandamiento y ley

han podido entitulallo;

que disfamar [puede] a un Rey

el delito de un vasallo.

En los templos reservados

entraste sin mi licencia.

Yo reniego de soldados

que han menester mi presencia

para ser ellos honrados.

Pero aquél que no lo es

no debe de ser francés.

Mas hoy sabrán los cristianos

que yo premio con las manos

y castigo con los pies.

(Dale una coz y mátale.)

Éstos los cálices son

del templo de Dios sagrado,

que por tenerle afición

una cristiana he buscado

en que dejar sucesión.

Toma.

Labrador Besaré la mano

de un cuerpo que es más que humano.

Augusto el mundo te nombre.

No quiera Dios que tal hombre

carezca de ser cristiano.

(Dale [Clodobeo] los cálices y se va.)

Clodobeo Mi clemencia mostrar quiero

entre justicia y rigor,

porque el mundo lisonjero

que hoy me llama vencedor

diga que soy justiciero.

Justicia es mi corazón,

yo un ministro que la sigo.

Mis manos balanzas son:

la izquierda pesa el castigo

la derecha el galardón.

Vea el pueblo este castigo

y procure ser mi amigo,

porque yo más gloria hallo

en castigar al vasallo

que vencer al enemigo.

(Dicen dentro todos.)

Teodato Lugar para entrar nos dad.

Criado Es mucha temeridad;