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Lo que le toca al valor y el príncipe de Orange es una comedia teatral de corte histórico del dramaturgo Antonio Mira de Amescua. Se articula en torno a las intrigas palaciegas que desata la visita al Príncipe de Orange de dos dignatarios españoles con aviesas y desconocidas intenciones.
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Seitenzahl: 74
Veröffentlichungsjahr: 2021
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Antonio Mira de Amescua
Saga
Lo que le toca al valor y el príncipe de Orange
Copyright © 1725, 2021 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726660647
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
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Suena un clarín y salen Baltasar y Leoncio
baltasar
Feliz camina el deseo.
leoncio
Prodigiosa es la alegría
con que celebra este día
Holanda aqueste bateo.
baltasar
5 Como pardo se ve agora,
parece que en su arrebol
nace bostezando el sol
del regazo de la Aurora.
Dos reyes padrinos son.
leoncio
10 Es el de Orange cabeza
de aquesta nueva torpeza
que infesta el Setentrïón.
Gaspar Coligny, a quien topa
por emblema la arrogancia,
15 siendo escándalo de Francia,
fue escarmiento de la Europa;
causa, Baltasar, por que
tendrá con eterna gloria
aquel reino en la memoria
20 siempre a San Bartolomé;
pues con evidencias llanas
de que católico anduvo,
a los hugonotes tuvo
las vísperas sicilianas.
25 Padre fue de la mujer
del de Orange, cuyo hijo
de tan grande regocijo
llega la ocasión a ser.
Ya, pues, le anuncian azote
30 del católico papista.
baltasar
Como el padre es calvinista
y la madre es hugonote,
contra la Iglesia vitoria
aclama tan torpe hazaña.
leoncio
35 Para un colegio de España
era buena ejecutoria.
Mas, ¿qué aguardas tan despacio?
baltasar
Al de Orange quiero hablar,
y así es forzoso esperar
40 a que vuelvan a palacio.
leoncio
Ya que el tiempo da ocasión,
te diré una novedad
que empezó en curiosidad
y ha acabado en confusión.
45 Tanto en mi amistad te empleas,
que a ser es fuerza te arrestes
primer Pílades de Orestes,
segundo Acates de Eneas.
Ganamos muchos blasones
50 con resolución estraña,
siguiendo del rey de España
los católicos pendones.
Vas a París recatado,
acompáñote leal,
55 negocias breve y no mal,
según he conjeturado.
Sin penetrar la ocasión,
vienes, Baltasar, después,
fingiendo que eres francés
60 aunque naces borgoñón,
al de Orange, que se arma
de nuevas apostasías,
cuando entendí que volvías
a servir con el de Parma.
65 Lo que dispones advierte,
pues sabes en esta parte
que no tengo de dejarte,
Baltasar, hasta la muerte,
porque mi fe conocida
70 pasar quiere por más gloria,
más allá de la memoria,
los términos de la vida.
baltasar
Deja, en tal conformidad,
que con amigables lazos
75 hagan perpetua mis brazos
tan verdadera amistad.
leoncio
Bien sabes que soy tu amigo.
baltasar
Ya se ha ofrecido ocasión
de cumplir la obligación.
leoncio
Pues yo escucho.
80 baltasar Y yo prosigo.
Nací en Borgoña vasallo…
Suena el clarín. Salen por un palenque el rey de Navarra, el de
Dinamarca, Turín, Lafín y acompañami ento; y por el tablado, el príncipe,
Blanca, Isabel, Juana y demás mujeres que hubiere
leoncio
Aqueste el de Orange es.
baltasar
Pues queden para después
los misterios que te callo.
rey de navarra
85 Ya vuestro hijo infante
a nuestra religión se muestra Atlante,
volviendo en dulces lazos
cristiano y calvinista a vuestros brazos.
turín [Ap.]
De gentil abogado
90 viene el nuevo herejito acompañado.
leoncio [Ap.]
¡Qué dama tan bizarra!
príncipe
Vuestra alteza, señor rey de Navarra,
a nuestras atenciones
con finezas aumenta obligaciones.
95 Incapaz, aunque ufano,
de agradecer favor tan soberano,
a la princesa pido,
entre cuyo esplendor, ciego y rendido,
amante vivo y muero,
100 agradezca las honras que refiero.
blanca Las que tu pecho infiere
mejor es que el silencio las venere
que el pecho las profane.
rey de dinamarca
Creciendo, joven a la Europa allane
105 y, aunque a España la pese,
la nueva religión sólo profese
el condado de Flandes
hasta que heroicas sus hazañas grandes,
con triunfos continuados,
110 coronen a su padre estos condados.
blanca Con favores que excede,
¿quién sino un rey de Dinamarca puede
honrar tanto a su ahijado?
baltasar [Ap.]
Lisonjera la vista se ha engañado
115 o es Isabel aquella
deidad que en Francia idolatraba bella.
isabel [Ap.]
Con soñados antojos
burlando mi atención están los ojos
o es Baltasar Gerardo
120 el francés, que mirando estoy, gallardo.
baltasar [Ap.]
En Francia fui su amante.
isabel [Ap.]
En París me adoró firme y constante.
baltasar [Ap.]
A nacer vuelve alado
el fuego que el ausencia había apagado.
isabel [Ap.]
125 Nuevos alientos cría
el ardor que entibió la ausencia mía.
leoncio
Monsiur, [Ap.] (¡Oh, amor severo!)
por cortesía preguntarle quiero
quién es aquella dama
130 que está al lado siniestro de madama.
turín Isabela, francesa,
camarera mayor de la princesa,
y el arpón más lucido
que en estas islas flecha el dios Cupido.
leoncio [Ap.]
135 Bien lo he esperimentado,
pues todo el corazón me ha traspasado.
baltasar [Ap.]
(Pues la miro oportuna,
ayude mi valor a mi fortuna;
resuelto a hablarle llego).
140 Del duque de Alansón es este pliego.
Dale al príncipe una carta
príncipe [Lee]
«Baltasar Gerardo, portador de ésta, es criado mío. Quiere seguir la guerra
y, por mi orden militar, debajo de las de vuestra excel encia, en cuya
escuela se aprende sólo en la Europa a ser soldados. En tanto que las
cosas de los malcont entos deste reino se disponen de modo que me den
lugar a volver a esos países, encargo a vues t ra excelencia ocupe a Baltasar
Gerardo de suerte que conozca en sus aumen-tos que soy yo quien se lo
pide a vuestra excelencia».
leoncio [Ap.]
¡Qué notable belleza!
príncipe
Vasallo me confieso de su alteza,
y así haré, prevenido,
que quede el de Alansón obedecido
145 en el orden que ha dado,
vos gustoso y yo desempeñado.
rey de navarra
Bien el talle merece
las honras con que el duque le engrandece.
rey de dinamarca
Será grande soldado
150 del valor de Alansón apadrinado.
baltasar
Con puntual diligencia,
sólo vengo a servir a su excelencia.
Lo demás que percibo
honras son de dos reyes que recibo.
leoncio [Ap.]
155 Yo he de seguir la empresa.
rey de dinamarca
Llevemos a su cuarto a la princesa.
blanca El agradecimiento
ha enmudecido en mí.
príncipe [Ap.]
Que compran siento
160 en el empeño mío
sus altezas con honras mi albedrío.
isabel [Ap.]
Gerardo en mí repara.
baltasar [Ap.]
Todo el sol me ha abrasado de su cara.
príncipe [Ap.]
Dos reyes me cortejan,
165 los holandeses mi valor festejan,
duda Italia mi intento,
Alemania depende de mi aliento,
a España causo miedo,
el de Francia se asombra a mi denuedo,
170 siendo en toda esta tierra
árbitro de la paz y de la guerra;
sólo Isabel hermosa
se opone a tanto imperio rigurosa,
mas ya mi amor procura
175 conquistar con violencia su hermosura,
que aunque parezca injusto,
harto justo será, pues es mi gusto.
Tocan, vanse y detiene Baltasar a Leoncio
baltasar
Tente, que ya es ocasión,
Leoncio, heroico amigo,
180 para que abra contigo
las puertas del corazón.
leoncio
Si algún peligro se ofrece,
según recelando estoy,
basta decirte que soy
185 quien ese nombre merece.
baltasar
Lo que fiarte procuro
es la vida y el honor.
leoncio
El secreto y el valor
es lo que yo te aseguro.
baltasar
190 Lo que propones es mucho.
leoncio
No lo ignoro, al caso vamos.
baltasar
¿Estamos solos?
leoncio Sí estamos.
baltasar
Pues prosigo.
leoncio Pues escucho.
baltasar
Murió el príncipe de Orange,
195 Renato, con superiores
trofeos, Atlante siempre
de los cesáreos pendones.
Carlos Quinto, emperador
de Alemania, cuyo nombre
200 divulga templado el parche
y aclama cavado el bronce,
a Guillermo de Nasau,
prodigio infame del Norte,
hizo príncipe de Orange
205 con grandes aclamaciones.
Felipe Segundo, hijo
desta águila biforme,
en Utrec, Zelanda, Holanda,
por gobernador le pone.
210 Después el Tusón de Oro
hace que su pecho honre,
heredándole en Borgoña
de cuantiosas posesiones.
Traidor e ingrato el de Orange
215 a tantas obligaciones,
de los estados de Flandes
hizo echar los españoles.
Con los ejércitos fuertes
su loca ambición socorren
220 alemanes protestantes
y franceses hugonotes,
si bien antes, el de Alba,
que se junten e incorporen,
les hizo infames dos veces:
225 por vencidos y traidores.
No hay virtud que en su contrario
la pasión no la desdore,
ni vicio que no le aplauda
con retóricos colores;
230 sólo el de la ingratitud
los bárbaros más feroces
en su gobierno le infaman
y en su estado le conocen.
La Antigüedad hizo atenta,