Lo que puede el oír misa - Antonio Mira de Amescua - E-Book

Lo que puede el oír misa E-Book

Antonio Mira de Amescua

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Beschreibung

Lo que puede el oír misa es una comedia teatral de corte religioso del dramaturgo Antonio Mira de Amescua. Se articula en torno a los intentos de un conde de casar a su hija con un aguerrido soldado, con la reconquista frente al ejército musulmán como fondo.

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Seitenzahl: 84

Veröffentlichungsjahr: 2021

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Antonio Mira de Amescua

Lo que puede el oír misa

 

Saga

Lo que puede el oír misa

 

Copyright © 2010, 2021 SAGA Egmont

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726660630

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.

 

www.sagaegmont.com

Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com

Personas

CONDE FERNÁN GONZÁLEZ, viejo MENDO GARCI FERNÁNDEZ, su hijo UN ÁNGEL VIOLANTE, su hija RICARDO BLANCA, dama [ARGENTINA SANCHO OSORIO SU PADRE MIRABEL, gracioso UN ALCAIDE FORTÚN ACOMPAÑAMIENTO]

JORNADA PRIMERA

Suenan cajas y salen el Conde, Infante, Fortún y Mendo

 

CONDE No toquen a marchar. Las cajas callen,

porque en esta ribera

pretendo que me hallen

las luces que vagando en esta esfera

5 alumbran otro polo;

aquí me han de mirar o muerto o solo.

En Burgos no he de entrar, ni mi palacio

en sus umbrales vea

que me vuelvo de espacio

10 sin vencer a los moros; aquí sea

mi habitación agora

del espirar el sol hasta la aurora.

En las tiendas de campo viviremos,

no digan en Castilla

15 que los altos estremos

del blasón que a los orbes maravilla

faltarán por ser viejo

Fernán González. Hoy fuerza y consejo

administran mi pecho, y el infante

20 Garci Fernández puede,

como mi hijo, ser cristiano Atlante

que mi valor herede.

INFANTE Señor y padre mío,

bien haces; la ribera de este río

25 como Burgos reciba

tus ejércitos hoy; tu gente viva

en el campo entretanto

que venzas a los moros con espanto.

No digan que volvemos sin victoria;

30 esperemos que vuelva

Sancho Osorio, si ha ido

con ambición de gloria

por espía del moro en esta selva;

a vista de los astros luminosos,

35 tu campo en escuadrones dividido,

hasta volver deshechos o gloriosos,

alegre vivirá.

FORTÚN A verte ha venido

la infanta, mi señora.

INFANTE De la luz de mi sol será la aurora.

 

Salen Violante y Blanca, con espadas y sombreros y plumas

VIOLANTE

40 Señor, si vuestra alteza

dos soldados admite,

ejercitados mal en la milicia,

ya los tiene a sus pies.

CONDE De la belleza

que con el sol compite

45 cuando más rosicleres desperdicia,

Violante, hija, dame

esos lazos de amor, y no me llame

tu lengua padre amado,

pues vengo sin vencer y retirado.

50 En Burgos no entraré sin dar victoria

a la insigne memoria

de los famosos condes de Castilla.

¡Oh, Blanca; oh, maravilla

del sol, dame tus brazos!

INFANTE [Ap.]

55 ¡Oh, quién se viera en los hermosos lazos

de Blanca! ¡Qué envidioso

de mi padre me siento!

Amor, dios riguroso,

no fleches el arpón, templa el tormento.

60 CONDE A Sancho Osorio espero,

que fue, como valiente caballero,

a ser perdida espía

reconociendo el campo y los intentos

del moro.

VIOLANTE [Ap.] (A tiranía

65 tal acción corresponde.

No eres mi padre, castellano conde,

pues pones a peligro el alma mía).

Tráigalo amor con bien.

CONDE Violante, vamos

70 a mi tienda, y en tanto que esperamos

a Sancho Osorio, en ella

gozaré de tu vista alegre y bella.

INFANTE Sí, hagan las cajas salva,

pues llegan al real el sol y el alba.

Tocan las cajas y vanse, quédandose Fortún y Blanca

FORTÚN Oye, doña Blanca.

75 BLANCA Hermano,

¿cómo estás, cómo has venido?

FORTÚN Del conde favorecido:

como siempre al soberano

resplandor de tu hermosura

80 lo debo, que si el infante

es tu galán, es tu amante,

de ti nace mi ventura.

Blanca, pues nuestra nobleza

ni brilla ni resplandece

85 y el conde me favorece

en virtud de mi riqueza

y de tu beldad, gocemos

la ocasión, que de estos modos

suelen subir casi todos

90 los que en gran linaje vemos.

Haz de suerte que el infante

se venga a casar contigo,

y haz de suerte que conmigo

se quiera casar Violante.

95 Eres su dama y te quiere,

como a mí su hermano. Blanca,

mientras la fortuna franca

con nosotros anduviere,

no desmayemos.

BLANCA Hermano,

100 yo sospecho que Violante

tiene cuidados de amante.

Conquistarla será en vano.

FORTÚN ¿A quién presumes que estima?

BLANCA A Sancho Osorio sospecho

105 que da lugar en su pecho.

FORTÚN Eso no me desanima.

Yo desharé sus hazañas

con industria, de manera

que Violante no le quiera.

110 BLANCA Si ella tiene amor, te engañas;

no lo podrás conseguir.

FORTÚN Todo el ingenio lo alcanza;

a manos de mi privanza

le pretendo perseguir.

 

Sale el Conde y Infante y Violante por una puerta,

y Sancho Osorio por otra, vestido de moro

115 CONDE Si Sancho Osorio ha venido,

saldremos deste cuidado.

INFANTE Es animoso soldado.

VIOLANTE [Ap.]

Mis cuidados le han traído.

SANCHO Deme la mano tu alteza.

120 CONDE Ya con los brazos te aguardo.

SANCHO Honor es que me acobardo

solo en mirar su grandeza.

CONDE ¿Pudiste reconocer

lo que el moro intenta?

SANCHO Fui,

125 supe, miré y entendí.

CONDE Relación puedes hacer.

SANCHO A penetrar el reino de Toledo,

donde el dosel pendió de tus pasados,

de Castilla partí con el denuedo

130 que me daban tus bélicos cuidados.

Ni conocí lo pálido del miedo

ni respeté la fuerza de los hados,

que con valor, en el morisco traje,

el ánimo entregaba a tu homenaje.

135 Por moro me tuvieron y, corrido

de parecerlo tanto, discurría,

disimulando el alma en el vestido

como en la nube el rosicler del día.

Escuadrones hallé que ya han venido

140 de la fértil y antigua Andalucía,

como abismo fatal que África aborta,

para probar si tu cuchilla corta.

Con invasión intentan los paganos,

hollando riza nieve en Guadarrama,

145 oscurecer blasones castellanos

al vuelo infatigable de la fama.

Ejércitos convocan tan ufanos

que el que Jerjes juntó corto se llama

y parece que ya el África ciega

150 con diluvios de moros nos anega.

Para socorro de la gran Marruecos

publican que se juntan las legiones

que pudieran dejar, bebiendo, secos

los piélagos del mar en sus regiones.

155 Por desmentir así queden los ecos

en los oídos hoy de tus leones,

como el rayo que ya, de furor lleno,

hizo su efeto cuando se oye el trueno.

Todo es armas, rigor, bélico trato,

160 en Córdoba, en Toledo y en Sevilla,

que pretenden sus huestes dar rebato

en los valientes hombres de Castilla.

Caiga la estatua, pues, deste aparato

al heroico esplendor de tu cuchilla.

165 Saquemos de los términos del moro

en las ondas del Tajo arenas de oro.

Reparaba un alcaide en mi semblante

y tuvo pretensión de que era espía;

osando examinar, como arrogante,

170 esta sospecha que de mí tenía,

pretendió presentarme a Taludante,

el bárbaro señor de Andalucía,

mas yo, como milito en tus banderas,

asombré con valor las once esferas.

175 Vive Dios, que el alcaide con la gente

que intentó mi prisión, aunque animosa,

al acero que ves resplandeciente

fue débil y cobarde mariposa.

¿No viste alguna vez turbia corriente

180 que peñascos arranca generosa?

Perdone mi modestia... Deste modo

lo aniquilaba mi violencia todo.

Redimí con su muerte mi persona

y vagando después de clima en clima,

185 al estruendo de Marte y de Belona

que a los árabes bárbaros anima

los límites pisé de tu corona.

¡Ea!, conde y señor, lamente y gima

esa África infiel que al cielo injuria,

190 oprimida del peso de tu furia.

CONDE En campaña he de esperar

toda esa gente pagana,

y con ser Pascua mañana

en Burgos no pienso entrar.

195 FORTÚN No serán tantos, señor,

los moros ni sus rigores,

que hacen las cosas mayores

los antojos del temor,

y si Sancho no encarece

200 el número al paganismo,

alabándose a sí mismo

sus hazañas oscurece.

SANCHO Yo dije que por soldado

del conde tuve valor,

205 y así no fue propio amor

el haberme yo alabado.

En lo que toca a que el miedo

pudo en mí poner antojos,

engañándome los ojos,

no es ansí.

210 FORTÚN [Ap.] (Agraviado quedo).

A tantos moros, don Sancho,

fuerza fue tener temor;

y, ansí, es ansí.

SANCHO Mi valor

tiene el ánimo más ancho,

215 que siendo nobles los bríos

como ilustre sangre hereden

recibir temor no pueden

de moros ni de judíos.

FORTÚN Ap.

(Entre malicias me ha puesto).

220 No me toca a mí ese nombre,

y quien dijere...

SANCHO Tente, hombre,

no te arrojes.

INFANTE ¿Qué es aquesto?

¿No respetáis la presencia

de mi padre?

CONDE Bueno está.

225 SANCHO Ninguno a su alteza da

más humilde reverencia.

BLANCA Don Sancho, desta aventura

muy arrogante venís.

SANCHO Será, pues vos lo decís

230 con donaire y hermosura.

 

Vanse todos y quedan Violante y Sancho

VIOLANTE [Ap.]

Albricias quisiera dar,

¡oh, Sancho!, de tu llegada,

pero el alma enamorada

no se atreve a declarar.

235 La lengua pude enfrenar,

no los ojos, que lo miran

y tan tarde se retiran

que publican mis pasiones.

SANCHO [Ap.]

¡Qué rigurosos arpones

240 tu beldad y amor me tiran!

Amo a Violante callando,

y aun mi mismo pensamiento

en tan grave atrevimiento

de sí mismo está temblando.

VIOLANTE [Ap.]

245 (Sin mostrar que muero amando

le pienso dar un favor).

Don Sancho, vuestro valor

se muestra más cada día.

Deja caer una banda

SANCHO [Ap.]

(Dulce amor, dame osadía;

250 muéveme la lengua, amor).

Señora, quien ha aprendido

del conde, que rayo fue

en defensa de la fe,

tal favor ha merecido.

255 Esta banda se ha caído.

VIOLANTE

¿En el reino de Toledo

cómo os fue?

SANCHO No tuve miedo

como dice Fortún.

VIOLANTE Pudo

no sentirlo así y lo dudo.

SANCHO Ésta se os cayó.

260 VIOLANTE Yo quedo

con cargo de que agradezca

vuestros servicios el conde.

SANCHO Siempre a quien es corresponde.

VIOLANTEB

ien es, porque honor merezca,

265 que el premio en vos resplandezca.

SANCHO Ésta es vuestra, mi señora.

[Ap.] (Divertida está).

VIOLANTE Si agora

viniese el moro, yo creo

que fuera nuestro trofeo.

270 SANCHO Lo vencieras, ¿quién lo ignora?,