Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
Los mártires del Japón es una comedia teatral del dramaturgo Antonio Mira de Amescua. De corte vagamente histórico, si bien con nombres ficticios, la trama se articula en torno a la expulsión de los misioneros católicos en Japón por parte del emperador Jisonén por temor a un levantamiento en su contra.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 77
Veröffentlichungsjahr: 2021
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Antonio Mira de Amescua
Saga
Los mártires del Japón
Copyright © 2009, 2021 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726660609
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
www.sagaegmont.com
Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com
Tocan cajas; sacan cuatro indios al emperador Dayso en hombros,
pónenle en un trono; delante de él salen cuatro reyes con sus coronas
rey de bomura
Emperador invicto del Poniente,
donde el sol soberano,
por coronar tu frente,
de nueva luz se ostenta más ufano:
5 setenta y cuatro reyes
a sujetarse vienen a tus leyes
y, en este campo ameno
de variedad y de hermosura lleno,
como en este hemisferio
10 es costumbre heredada del Imperio,
para dar la obediencia
estamos esperando tu presencia.
rey de singo
Goces por tantos siglos el gobierno
que pases de mortal a ser eterno;
15 y por edades tantas
te sirvan de tapetes a tus plantas
tantas coronas bellas
porque corones más que el sol estrellas.
Cuando el honor de tu poder avises
20 en carro de metal dichoso pises.
rey de amanquí
Y a pesar del olvido,
vivas, cuanto adorado, obedecido.
Pónenle los tres reyes las coronas a los pies en el trono, y
el Rey de Siguén se queda a un lado del tablado, sin llegar
emperador
Rey de Siguén, ¿ no llegas?
¿Cómo tú solo mi obediencia niegas
25 y tu corona en mi presencia tienes,
sin rendilla a mis plantas, en tus sienes?
rey de siguén
Yo, emperador, no me llego
porque no es bien que me humille
a quien con tirano imperio
30 el Japón hermoso rige.
Yo no vine a obedecerte,
aunque a aqueste tiempo vine;
que los vasallos leales
a sólo su rey se rinden
35 Tayco Soma que, dichoso,
en etérea mansión vive
y, al lado del sol eterno,
términos al cielo mide.
Al tiempo que lo divino
40 de lo mortal se despide
y su espíritu glorioso
al ajeno cuerpo asiste,
a Tayco, su hermoso hijo,
joven a quien toca libre
45 el cetro que agora ocupas
y la corona que ciñes,
siendo rey, como nosotros,
te encargó, para que firme
estuviese en este Imperio,
50 a tus consejos humilde.
Tú, pues, que soberbio siempre,
de sola ambición te vistes,
notando que de seis años
era estorbarlo imposible,
55 le envías a aquesta torre
que, trepando altiva y libre
por las regiones del aire,
con las estrellas compite.
De su libertad tirano,
60 inocente le pusiste
donde con guardas le ocupas
y con prisiones le oprimes;
y, en vez de dalle obediencia,
como a emperador insigne,
65 y verle tratar, sin gente,
que tu miedo le permite,
como a un bárbaro le tienes
solo, sin que comunique
igual a su nacimiento
70 las grandezas de su origen.
Quince años ha que es guardado,
y en este tiempo pudiste
atraerte a tu obediencia
tantos reyes invencibles;
75 pero yo, aunque más triunfante
en este lugar te mire
y más que en el campo flores
coronas de reyes pises,
la que mi cabeza adorna
80 jamás la verás rendirse
sino a legítimo dueño
de tantas islas felices.
Vuestro rey es Tayco Soma;
y, aunque como muerto vive,
85 no permitáis que un tirano
vuestro emperador os quite:
dadle todos libertad
y, si queréis verle libre,
la torre de Usaca es ésta;
90 seguidme todos, seguidme.
Vase, y levántase el Emperador en el trono
emperador
¡Espera, cobarde, espera;
que, aunque la carrera imites
del sol, con mayor aliento
podrá mi furor seguirte
95 cuando el tiempo mi memoria
en bronce inmortal escribe
y es sorda y muda la fama
para que mi honor publique!
¡Tú sólo mis gustos turbas,
100 mi blasón tú sólo impides,
tú sólo mis dichas niegas,
tú mis glorias contradices.
Industria, no tiranía,
estas glorias me permite
105 y ninguno, por reinar,
nombre de traidor recibe.
¿Qué importa heredado imperio?
Heredado, honor, ¿qué sirve?
Quien por sí no lo merece,
110 de ajenas plumas se viste.
El que es noble por sí mismo
será con razón felice,
pues sola es propia la honra
que nuestras manos consiguen
Baja del trono
115 y, porque de mi poder
hoy el rigor examines,
espera, para tu muerte,
que el arco la cuerda vibre
a aquesta flecha, y verás
120 que, para que te castigue,
ave con pluma y sin alma
veloz el viento persigue;
conocerás si es forzoso
que me adores y me envidies,
125 que me temas y obedezcas,
que me respetes y estimes.
Pone la flecha en el arco, y pónense delante
rey de singo
Espérate, Tayco Soma.
Ni le apuntes ni le tires,
que no es bien que de su sangre
130 tantos reyes participen.
rey de siguén
Cuando mandaste llamarnos,
salvoconducto nos diste
de que volveremos todos
a ver nuestros reinos libres;
135 y si tu palabra falta,
faltaremos a servirte,
padeciendo aqueste Imperio
infames guerras civiles.
emperador
¿Quién puede al rey de Siguén
140 haber dicho que me prive
de esta gloria que merezco,
atropellando imposibles?
¿Quién contra mí le aconseja?
rey de bomura
Yo podré mejor decirte
145 la causa, porque la sé;
yo fui cristiano.
emperador P rosigue.
rey de bomura
Por conocer nuevos dioses
dejé la ley que ellos siguen,
y así sé de los cristianos
150 los intentos y los fines.
Estos, al rey de Siguén
y a todos los otros, dicen
que eres tirano soberbio
y que injustamente asistes
155 por señor de aqueste Imperio;
que del trono te derriben,
pues no puedes poseerle
mientras Tayco Soma vive.
Son, señor, estos cristianos,
160 en su condición, terribles,
soberbios, locos y altivos,
y que, fingiéndose humildes,
solicitan tus vasallos
con apariencias visibles
165 hasta que dejan su ley
y la de Cristo reciben.
Las provincias del Japón
tienen hasta sus confines
pobladas de sacerdotes
170 que sus doctrinas prediquen.
Destiérralos de tu Imperio,
verás qué seguro vives
de traiciones y de engaños
por muchos siglos felices.
emperador
175 ¡Que el poder de mis manos
ignoren estos bárbaros cristianos,
y con bárbaro intento
iguale a mi poder su atrevimiento!
¡Que no teman mi furia!
180 Mas con su sangre lavaré mi injuria;
y, ¡vive el sol, de quien el ser recibo,
que no me ha de quedar cristiano vivo!
Búsquense todos luego,
que los he de acabar a sangre y fuego.
185 Y tú, rey de Bomura,
para que mi corona esté segura,
el cargo al punto toma:
oprime su cerviz, su cuello doma,
al español destierra,
190 no me quede ninguno en esta tierra;
y porque así sosieguen mis intentos,
para aquel que quedare
busca nuevos rigores y tormentos.
rey de bomura
Por tu valor te juro
195 que ninguno de mí viva seguro
y, corriendo tu Imperio,
no ha de quedar en todo su hemisferio
sacerdote español que no persiga;
y todos los japones bautizados
200 serán atormentados
con cuchillo, con arcos y con fuego
si, como yo, no renegaren luego.
Ap. (¡Veré si así me dejan!
¡Inútilmente a un bárbaro aconsejan!
205 ¡Que un sacerdote, un español, me impida
gozar mi misma vida,
estorbando mi amor..! ¡Qué desvarío,
siendo mujer del que es vasallo mío!
¡Mas yo me vengaré con estas manos,
210 bebiendo infame sangre de cristianos!)
emperador
Algo confuso quedo.
rey de amanquí
De esa inútil pasión desecha el miedo.
rey de singo
Con juegos diferentes
desmiente la tristeza
215 que en el pecho consientes.
emperador
Volaré de este campo algunas aves
de las muchas que en él con alto vuelo
remontadas se atreven hasta el cielo,
el viento matizando de colores
220 más que al campo el abril le ha dado flores;
y en cristalina esfera
trasladada se ve la primavera,
pues confusos parecen,
cuando a la vista admiración ofrecen,
225 que producen ufanos,
con variedades sumas,
el viento flores cuando el campo plumas.
¿Qué torre es ésta?
rey de singo La que a Tayco oculta.
emperador
Mejor dirás que vivo le sepulta.
Sale un alcaide, indio viejo
rey de amanquí
230 Aqueste el alcaide es
que con secreto y cuidado
a Tayco Soma ha criado.
alcaide
Dame, gran señor, tus pies.
emperador
Levanta, alcaide, del suelo.
alcaide
235 ¡Cuando tal ventura toco
desde aquestas plantas, poco
será levantarme al cielo!
¿Qué novedad te ha traído
esta torre, donde tienes
240 A Tayco preso? ¿A qué vienes?
emperador
En la caza divertido,
aquestos campos pisé,
que no vine con cuidado
alguno; y pues he llegado
245 adonde nunca pensé,
decidme, ¿en qué se entretiene
en esta desierta casa
Tayco? ¿En qué la vida pasa?
¿Qué talle o presencia tiene?
250 ¿Es robusto o es hermoso?
¿Es apacible o es fiero?
Porque yo le considero
ya cobarde, ya animoso,
ya muy humilde, ya altivo,
255 de bélica inclinación
y, con varia condición,
ya noble, ya vengativo.
¿Es inclinado a la guerra?
¿Tiene buen entendimiento?
alcaide
260 Señor, de tu pensamiento
esa confusión destierra;
que no hay causa en él bastante