Los nuevos caballeros - Antonio Mira de Amescua - E-Book

Los nuevos caballeros E-Book

Antonio Mira de Amescua

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Beschreibung

Los nuevos caballeros es una comedia teatral del dramaturgo Antonio Mira de Amescua. En la línea de las comedias famosas del Siglo de Oro Español, se articula en torno a un malentendido amoroso que propiciará numerosas situaciones de enredo, todas ellas presentadas bajo un prisma de profunda moral católica, en consonancia con la visión del mundo que tiene su autor.

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Seitenzahl: 102

Veröffentlichungsjahr: 2021

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Antonio Mira de Amescua

Los nuevos caballeros

 

Saga

Los nuevos caballeros

 

Copyright © 2014, 2021 SAGA Egmont

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726660593

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.

 

www.sagaegmont.com

Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com

Los que hablan en esta comedia son los siguientes:

duque raimundo menalca roberto , grande damón ricarda , dama timbrio rey de francia silvia fulbio , paje olalla un capitán de la guarda un viejo dos soldados un muchacho , todos carboneros

JORNADA PRIMERA

Roberto, Ricarda, el Duque y acompañamiento

 

duque Mucho siento no haber llegado a tiempo

de ver el nuevo juego de las cañas.

roberto

Pues fue de gusto, ¡a fe!

ricarda Y de pasatiempo.

duque Extraña fiesta es.

roberto Y no te engañas;

5 porque cañas en Francia en ningún tiempo

dejan de ser a nuestra gente extrañas,

porque sólo jugando a la española

es la que suele ser al mundo sola.

duque Gustaré, ya que no asistí a las fiestas,

10 no poco de que el juego me refieras.

roberto

Pues harelo por ti, si atención prestas.

duque Darela pues, como contarlas quieras,

que deseo saberlas.

roberto Fueron estas:

jugáronse unas cañas, las primeras

15 que vi en París después que en él soy hombre;

y tuvieron de cañas sólo el nombre,

que aunque a la fiesta llama el mundo «juego»

es, duque, una trabada escaramuza

adonde por los ojos lanza fuego

20 el jinete que en ella escaramuza.

duque ¿Y las armas, qué son?

roberto Las que oirás luego:

Un sayo, un capellar y caperuza

donde el que juega su color descubre;

cañas y adargas que el que juega encubre.

25 Pero empezando el cuento de su origen

quiero, primero, descubrir la plaza

de los que por república en él rigen.

Diputó París a un hombre de traza,

que nunca en ocasión como esta eligen

30 sino aquel que merece aquesta plaza,

y sólo por la orden por él dada

fue de andamios la plaza coronada.

Llegó el día asignado de las fiestas,

que fue ayer, y en balcones bajos y altos,

35 de mil ventanas por el día compuestas,

más de lugar que de oro y seda faltos

vieras, por ver la plaza damas puestas

pisando de brocado de tres altos

sillales de valor y en almohadas

40 de telas diferentes rescostadas.

Ocupó el rey su asiento en su ventana;

luego los parlamentos; por sus coros

tomó sus puestos gente noble y llana,

guardados sus respectos y decoros;

45 y luego la caterva ciudadana

empieza a hacer suerte con los toros

sin que haya hombre de a pie que no peligre

porque eran...

duque ¿Bravos?

roberto ¡Cada uno un tigre!

Muerto el último, entra por una puerta

50 de la plaza la gente de a caballo

que de gala y denuedo entró cubierta

tanto que temo no saber contallo.

Comenzose a correr a plaza abierta.

Los motes y las galas que hubo callo

55 porque salieron tales que, de buenas,

podía su valor decirse apenas.

duque ¿Cuántas cuadrillas?

roberto Ocho de a docena

de lo mejor que el suelo francés pisa.

duque ¿Qué grandes se hallaron?

roberto El de Humena,

60 el de Borbón, el de Condé, el de Guisa;

la plaza finalmente quedó llena

de los que ponen lises por divisa.

duque ¿Jugaron, en efeto?

roberto Y muy bien

duque ¿Luego?

roberto

Llegó la noche y acabose el juego.

duque ¡Brava fiesta!

65 roberto La mejor

de todas las que, en su entrada,

en esta ciudad usada,

hizo el rey, nuestro señor.

duque ¿Será la primera o queda

otra que hacer?

70 roberto Sí, sin duda,

que ha hecho muchas y duda

hacer otra que a esta exceda.

duque ¡Sin falta es! ¡Gallarda fiesta!

ricarda

Bien referida a lo menos.

roberto

75 ¡Por mi vida, que andáis buenos!

Grande fiesta ha sido esta,

mas la mayor para mí

es, duque, hayáis llegado.

De aquí me lleva un cuidado:

80 voy, que luego estoy aquí.

Vase

ricarda

¿Cómo? ¿Vos también os vais?

duque ¿Tanto el irme yo os importa?

Si es de vida, no sea corta

vida una hora que me dais.

ricarda

85 Por cierto, duque, que hay horas

que me da la muerte el verte.

duque Si por horas os doy muerte

vos me dais vida por horas,

pues si por horas espero

90 mi fin, pagados estamos,

Ricarda, en que ambos muramos:

no viváis vos, pues yo muero.

Si el verme de vida os priva

y a mí el no veros me mata,

95 quien de darme muerte trata

¿por qué he de querer que viva?

O dejadme a mi vivir,

dejandoos de mi ser vista,

o disponeos –pues mi vista

100 mataros puede– a morir.

ricarda

¿En fin, que no he de vivir

o le he de querer por fuerza?

duque Si crece, vive y esfuerza

más viviendo, en mí el morir

105 vence un accesible risco

impusible de tocar;

y pues puedes, con mirar,

darme muerte, basilisco,

mátame; pero primero

110 oye de mi fin la causa;

aunque, si eres quien lo causa,

bien sabes tú por quién muero.

Óyeme, estatua de Fedra,

en quien de piedad no hay rastro,

115 en la color, alabastro,

pero en la dureza, piedra;

«piedra» desde hoy te nombras

pues para mi eres de mármol

o roble, aunque no eres árbol,

120 pues nunca me hiciste sombras.

Griega que una nueva Troya

en mis entrañas has hecho,

oye... mas ¿de qué provecho

es pedir que un mármol oia?

125 Si hay más daños que me hagas,

busca, ingrata, muchos daños.

¿No ha que sirvo yo seis años?

¿No ha seis años que no pagas?

¿Hasta cuándo, di, enemiga,

130 crüel conmigo has de ser?

¿No te quiero por mujer?

ricarda

Quiéreme el rey por amiga.

¿No sabéis que si me quiere

quiere mi honra primero?

135 duque Sé, Ricarda, que te quiero

y que él acabarme quiere.

ricarda

De quejarte de ese modo

la causa está en mí, y no en él,

pues no he hecho yo con él

140 que te acabe de ese modo.

Traidor, ¿sabes que me adora

y eres a tu rey traidor?

duque Si es que hay traidor con amor,

grande lo he sido, señora.

ricarda

145 ¿No lo es quien los ojos pone

donde los pone su rey?

duque ¿No sabe él de amor la ley?

No dudes que me perdone.

ricarda

Tanto es mayor tu traición

150 cuanto el rey a mí más me honra.

duque Y tanto a mí más me honra,

Ricarda, mi pretensión.

No alegues más, que tus leyes

todas me ayudan en esto

155 por haber los ojos puesto

donde los ponen los reyes.

ricarda

¿Que puestos en mi los tienes?

duque ¡Y me güelgo de tenellos!

ricarda

¡A mí me pesa de vellos!

duque ¿Dónde?

160 ricarda Entre tus sienes.

duque ¿Que no verlos en mi rostro

quisieras?

ricarda Porque descanses

de mirarme. No te canses,

que harate mal darme en rostro.

165 De aquí a que fenezca el mundo,

si vivo, no te querré

y no preguntes por qué,

porque en mi gusto me fundo.

duque Sigue tu gusto, crüel,

170 pero véngueme de ti

otro que como tú a mí

así te aborrezca él,

y como tú me los quiebras

te quiebre él a ti los ojos

175 celebrando los despojos

como tú los míos celebras;

si en peligro lo llamares

no te acuda y veas que pudo;

y, si le hablares, sea mudo

180 y sordo si te quejares;

siguiéndole, de ti huya

como ahora de mí huyes

y como a mí me destruyes

tu vida, ingrata, destruya.

Entra Roberto

roberto

185 ¿«Destruya tu vida, ingrata»?

¿Y dónde tan arrojado?

duque ¿A vos no os lleva un cuidado?

A mí otro que me mata.

roberto

¿Cuidado?

duque Sí, que no hay hombre

190 sin el suyo en esta vida.

Vase

roberto [Ap.]

¿Partirse tan de corrida

y darle de ingrata nombre?

No sé lo que me presuma

del duque, pero sí sé...

ricarda

195 Roberto, ¿en efeto que

os llevó un cuidado, en suma?

roberto

Un cuidado me llevó.

ricarda

¿Y ese fue?

roberto Casi me río

de que os dé cuidado el mío.

ricarda

¿No lo diréis?

200 roberto A vos no,

que yo en vos vivo obligado,

como a señora, a serviros;

mas no, Ricarda, a deciros

lo que a mí me da cuidado.

205 Sólo los galanes dan

a sus damas esa cuenta.

ricarda

¿Qué sabéis, si os tengo en cuenta

yo a vos...

roberto ¿De vuestro galán?

ricarda

...si no de mí, a lo menos

210 del más galán de palacio?

roberto

Vámonos, Ricarda, a espacio,

que yo córrome de menos.

Si es el darme eso favores

querer tener granjeado

215 a Roberto por criado,

soylo ya de los menores.

ricarda

Que no os pretenden, Roberto,

por criado.

roberto ¿Pues por qué?

ricarda

¿Que no me entendéis?

roberto No, a fe.

ricarda

¡Que no es posible!

220 roberto No, cierto.

ricarda

De entendimiento sois corto.

¡Extraña inhabilidad..!

roberto

Pues presumo yo, en verdad,

que un pelo en el aire corto.

ricarda

225 ¿Y no penetráis mi pecho?

roberto

Creo que sí, pero me espanto;

que yo a vos os tengo en tanto

que temo lo que sospecho.

ricarda

¿Y qué sospecháis?

roberto Si acaso...

230 Pero no, es cosa de aire.

ricarda

¿Cómo lo echas en donaire?

¿No sabes lo que yo paso?

Yo quiero hablar de veras

pues que con ellas te quiero:

235 mi Roberto, yo me muero...

roberto

¿Te mueres?

ricarda ...porque me quieras.

roberto

Repórtate, por tu vida;

y, si es que probarme quieres,

advierte primero que eres

240 la principal ofendida;

que, puesto que sea verdad

que por probarme lo hagas,

también de camino estragas

tu opinión y calidad;

245 que, aunque será cosa nueva

que gustes tú de ser mía,

quédase a mi cortesía

el creer si es o no es prueba;

que, en efeto, eres mujer

250 y en ellas se halla todo.

ricarda

No procedo de ese modo.

¿No me quieres entender?

¡Que te amo y que te adoro!

Y no comienza esto ahora,

255 sino que llegó la hora

ya...

roberto ¿De perder tu decoro?

¡Lástima es que haya llegado

esta hora en ti, Ricarda!

Por cierto, mal se le guarda

260 al rey la fe que ha entregado,

su honor, que está de por medio,

pues no hay más ley...

ricarda Que no hay ley.

roberto

Por esto bien que habrá rey

que en ello ponga remedio.

265 ¿No basta que al que te honra,

liviana, afrentes ansí,

sin que me obligues a mí

a que le quite la honra?

¿No basta que seas tu tal

270 sin que yo lo sea también?

¿Cómo, si me quieres bien,

me procuras tanto mal,

si el peor de cuantos modos

seguir puedo en ser traidor

275 es que quite yo el honor

a aquel que se le da a todos?

No te canses ni me canses,

que hombre soy y he de vencer.

ricarda

Pues oye, hombre.

roberto Di, mujer.

ricarda

280 Sólo pido que te amanses.

roberto

Tiénesme muy enojado.

ricarda

¡Por tu vida!

roberto ¡Y por tu vida!

ricarda

Y tú a mí harto más corrida

de intentar lo que he intentado.

285 Ya quedarás con la gloria

de que rogué y no quisiste.

roberto

Es tan malo esto en que diste

que aun de ello no haré memoria

porque soy, Ricarda, tal

290 que yo de mí me corriera

cuando memoria hiciera

de lo que está tan mal.

Tu liviandad he olvidado,

olvida tu liviandad

295 porque siempre en mi lealtad

hallarás lo que has hallado.

Si otra cosa me mandares

hallarás que siempre acudo;

y, si estás y hablares, mudo

300 y sordo si te quejares;

que, con estas condiciones,

por tu criado me vendo.

ricarda

¡Ya me van comprehendiendo

oh, duque, tus maldiciones!

Vase

roberto

305 Aquí se ofrecen tres cosas

y todas ellas tres son,

si suceden, peligrosas.

Y sé que su condición

de ésta, las hace forzosas;

310 porque ella es prenda real

y, si yo no entendí mal,

el duque la quiere bien;

y no me quiere también

ella, por mi mal, muy mal;