Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
Próspera fortuna de don Álvaro de Luna es una comedia teatral del dramaturgo Antonio Mira de Amescua. La historia se articula en torno al hijo bastardo del copero mayor del rey Enrique III y a las dificultades que encuentra para progresar en la vida hasta alcanzar el estatus que merece.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 68
Veröffentlichungsjahr: 2021
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Antonio Mira de Amescua
Saga
Próspera fortuna de don Álvaro de Luna
Copyright © 2006, 2021 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726660487
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
www.sagaegmont.com
Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com
Salen Ruy López y Juan García y Herrera, vistiéndole
ruy ¿Qué hora es?
garcía Señor, las nueve.
ruy A la vejez cualquiera mal se atreve.
Tarde me he levantado:
mis continuos achaques lo han causado.
5 Hijos, vestidme aprisa
porque, antes que a palacio, vaya a misa.
Herrera, Juan García,
mucho huelgo de veros, a fe mía.
garcía Tu vida el cielo aumente.
Gritan los pobres diciendo: ¡Limosna!*
10 ruy Amigos, ¿qué se debe [a] aquesa gente
que he sentido allá fuera?
herrera
Nada, señor, son pobres.
ruy Pues, Herrera,
¿no es deuda, y muy debida,
la limosna que piden, por mi vida?
15 Que nunca el pobre aguarde;
la limosna deshace el darla tarde.
Dadme capa y espada,
que sale alegre el día, y si le agrada
salir al campo ahora
20 al rey, nuestro señor, pienso que es hora
de verle, que ha tres días
que no le vi por las dolencias mías.
Sale un paje
[paje ] Este papel te envía
el marqués de Villena.
ruy El que solía
25 tener tan gran estado,
y ahora, con sus libros retirado,
contempla las estrellas
adivinando lo futuro en ellas.
Sal y cierra esa puerta.
Vase el paje**
30 Aunque no nos predice cosa cierta
la docta astrología,
y a Enrique consulté la dicha mía
y en éste me responde
el fin que a mi vejez el cielo esconde,
35 de varios astros lleno.
Lee*
«A don Ruy López de Ávalos, el Bueno» .
Mejor es que lo fuera,
y que el mundo este nombre no me diera.
«Cuando lea vueseñoría este papel, estará con dos criados suyos, los que más quiere.
Es verdad el uno será espejo de la lealtad y el otro de la traici ó n ; el uno causará su
ru i n a y el otro será restaurador de su honra. De ahí a pocos días, entrará en su casa
quien le ha de su-ceder en sus estados, y vueseñoría será feliz en su cesión, si
desdichado en sus últimos días. Don Enrique» **.
¿Qué decís desto los dos?
herrera
40 Que el prudente predomina
los astros de luz divina,
y sobre todos es Dios.
Si voy siguiendo tus huellas
y tus ejemplos seguí,
45 claro está, señor, que en mí
han mentido las estrellas.
garcía Si fe al papel se debiera,
como a precepto de Dios,
me pesara a mí por vos,
50 Álvaro Núñez de Herrera;
pues hallándome fïel
con Ruy López, mi señor,
o vos seréis el traidor
o ha mentido ese papel.
herrera
55 Córdoba, mi patria, sabe
que jamás agravio he hecho
y el hábito de mi pecho
nos dice que en él no cabe
semejante deslealtad.
60 Y así, es consecuencia mía
que el traidor es Juan García,
si el papel dice verdad.
ruy Basta, hijos, que señales
vencen virtud y prudencia,
65 que esa honrosa competencia
os da a los dos por leales.
[Sale un paje]*
paje Señor, señor...
ruy ¡Con qué susto
entras! P rosigue. ¿Qué pasa?
paje Su majestad entra en casa.
70 ruy Grande amor o gran disgusto.
Buenas albricias mereces,
mas no es nuevo para mí
que reyes entren aquí;
su padre entró muchas veces,
75 aunque ésta me maravilla.
A recibille saldré.
Sale el Rey y su acompañamiento**
rey Ya no tenéis para qué,
gobernador de Castilla,
condestable, amigo, así
80 se han de visitar los hombres
como vos.
ruy Dente renombres
de Alejandro, César.
rey Di
de Enrique, mi padre, pues
a su nombre se es debido
más honor.
85 ruy [Ap.] Gracia ha tenido:
fue agudeza y verdad es.
Hónreme el besar tu mano.
rey Los brazos, padre, te debo.
ruy Otro honor es ese nuevo,
90 nombre es ese soberano.
rey Mi padre, cuando murió,
por ser tú el mejor vasallo
que en todos mis reinos hallo,
mi niñez te encomendó.
95 Como a hijo me has criado,
y pues que mi padre has sido
y mi ayo, este apellido
justamente te ha cuadrado.
ruy Tanto estimo que me cuadre
100 el de súbdito, que aún hallo
en el nombre de vasallo
más honor que en el de padre.
Habrá un dosel con silla*
Sentaos, señor, y reciba
honras despacio esta casa;
105 y no es nuevo lo que pasa
en ella, que así yo viva,
que vuestro padre la honró
tres veces, y en esta silla
ningún señor de Castilla
110 después acá se sentó.
Vuelta ha estado a la pared,
en señal honrosa y bella
que el rey se sentaba en ella,
haciéndome a mí merced.
115 rey En mí vive el mismo amor.
Oid aparte.
ruy Despejad,
que quiere su majestad
quedar solo.
herrera ¡Gran favor!
Vanse**
rey ¿Cómo no os cubrís?
ruy No pasa
120 esa honra a mi cabeza,
porque es tanta la grandeza
de estar vos en mi casa,
rey y monarca español,
que me deslumbro con ella
125 y cualquier merced estrella
será delante del sol.
rey Cubríos, dadme contento.
ruy No he de ser grande este día.
rey Acabad, por vida mía.
130 ruy Obligome el juramento.
rey Mi padre, a quien llamó el mundo
« el enfermo rey Enrique» ,
murió cuando daba yo
los primeros pasos libres
135 de la vida, dando al reino
su muerte lágrimas tristes.
Quedé yo muy niño entonces,
y mi padre me prohíbe
que pueda gozar el reino
140 hasta que quince años libres
goce, y a vos, condestable,
gobernador os elige,
con otros grandes. Mas, pues
el cielo santo permite
145 que para los quince años
medio me falta, suplilde,
Ruy López, para que yo
estos reinos administre.
Hoy a los grandes y al reino
150 esta petición humilde
les proponed, condestable,
si en algo queréis servirme,
pues a vuestra casa, amigo,
sólo a este negocio vine.
155 ruy A estar, señor, en mi mano,
que siempre experiencias hice
de vuestra capacidad,
no fuera hacerlo difícil.
¡Oh, qué bien, qué sabiamente,
160 ya severo, ya apacible,
hizo temerse y amarse
vuestro padre don Enrique!
Acuérdome que una vez
cazaba por divertirse
165 en las riberas de Arlanza
palomas y codornices.
Y como todas sus rentas
se gastaban en las lides
con los moros, pobre estaba,
170 pero no por eso triste.
Llega al rey su despensero
y con turbación le dice
que no tiene qué yantar,
ni crédito con que fíen
175 el bastimento a su alteza.
Oblígale a que se quite
un balandrán que tenía
para que le empeñe y guise
algo que coma. Empeñole.
180 No compraron francolines:
una espalda de carnero.
¡Qué pobreza tan insigne,
qué riqueza tan gloriosa,
qué modestia tan felice!
185 Acuérdome que le escucho
muchas veces que repite
esta sentencia discreta:
«Más temo yo, más me afligen
las maldiciones del pueblo,
190 que con mucho amor me sirve,
que las armas de los moros» ;
sentencia de rey sublime.
Llevósele Dios temprano,
porque Dios que nos redime
195 para sí quiere los buenos;
perdonad, que bien le quise.
Débole el ser y, así, el alma
por los ojos se derrite
en lágrimas, si me acuerdo
200 del enfermo rey Enrique.
Sus memorias me enternecen
y estas lágrimas me piden
como legítima deuda:
¡llorad, ojos infelices!
205 rey Condestable, si en el cielo
ahora mi padre vive,
el mismo amor hallaréis
en mis años juveniles.
ruy Así, señor, lo he sentido,
210 mas son afectos gentiles
del alma tales efectos,
y así suelen convertirse
en lágrimas; perdonad.
Sale el Infante de Aragón
infante Siguiendo los pasos vine
de tu majestad.
215 rey ¡Oh, primo!
¿Qué hay de nuevo? ¿A qué venistes?