Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
Vida y muerte del falso profeta Mahoma es una comedia de corte religioso del dramaturgo Antonio Mira de Amescua. En ella se relata en tono desenfadado y siempre en verso un episodio de la vida de Mahoma según la cuenta el Corán, si bien bajo el prisma profundamente católico de la época y contexto de su autor.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 73
Veröffentlichungsjahr: 2021
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Antonio Mira de Amescua
Edición de Agustín de la Granja
Saga
Vida y muerte del falso profeta Mahoma
Copyright © 2014, 2021 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726660456
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
www.sagaegmont.com
Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com
Hablan en ella las personas siguientes:
Baja por una montaña Mahoma con Abdimanoples, viejo, en los brazos, vendados los ojos, y dicen, bajando
abdimanoples
¿Dónde, amigo, enderezas
tu camino, por brutas asperezas
y oscuros horizontes,
talando selvas, penetrando montes?
5 ¿Dónde me llevas, ciego,
por las incultas cumbres que navego,
embarcado en tus brazos,
a riesgo de morir hecho pedazos?
¿Qué buscas en un risco?
mahoma
10 Fundar un obelisco,
en sitio no habitado,
a los maduros huesos de un cansado
de vivir.
abdimanoples ¿Qué despecho
altera la cordura de tu pecho
15 o qué traidor te mueve
a perpetrar hazaña tan aleve?
mahoma
En crueldades mayores
no necesito yo de consultores
ni es torpe mi despejo.
abdimanoples
20 Pues ¿en qué te ha ofendido aqueste viejo?
Hijo, ¿no me conoces?
Baja con él al tablado y descúbrele
mahoma
Mírame: tu amo soy; no me des voces
sino escucha el juïcio
que ocasiona tu cierto precipicio
25 porque de él informado
vayas al otro mundo sin cuidado.
Yatrarip, noble aldea
de la desierta Arabia, se hermosea
con ser mi patrio suelo;
30 nací de ilustres padres; llamó el cielo,
que todo predomina,
a mi padre « Abdalá», a mi madre « Emina».
Mi padre, antes y entonces
idólatra, adoró palos y bronces;
35 mi madre fue gran santa:
de hebreas ceremonias fértil planta.
No conocí a ninguno
porque antes que naciese murió el uno
y el cielo santo quiso
40 colocar en eterno paraíso,
por evitar más daños,
dejándome –criatura de dos años–
a mi madre maldita;
que un rencor natural mi pecho incita,
45 entre dudas de injuria,
y contra ella me provoca a furia
tal que, si la alcanzaran
viva mis manos, la despedazaran;
y así en pensar no excedo
50 que ella y La Muerte me tuvieron miedo
y previno con maña
la ofensa de mi golpe la guadaña.
Huérfano de ascendientes,
quedé sujeto a amparo de parientes;
55 y diome albergue pío
el hechicero Bueír, mi tío,
el cual, abriendo el arca
de sus conjuros, me sacó monarca.
Asaltaba la tierra,
60 en este tiempo, un escuadrón de guerra
de scenitas inciertos
que habitan, como alarbes, los desiertos
y roban valerosos;
éstos me cautivaron, alevosos,
65 y fui, con sus pendones,
de mi edad, el mejor de los ladrones
hasta que, al mes octavo,
tu, Abdimanoples, para vil esclavo
me compraste y por dueño
70 te reconozco desde muy pequeño.
Nunca lo has parecido;
nombre y amor de hijo te he debido;
de mí y de mi destreza
has fiado tu honor, casa y riqueza,
75 tan grande que La Fama
el renombre de rico te da y llama.
Entero señorío
goza en tu hacienda solo mi albedrío;
estas deudas te debo
80 y ser la ingratitud villana apruebo.
A tus nobles acciones
estoy reconociendo obligaciones,
mas tengo por más justo
ejecutar las cosas de mi gusto
85 porque cuanto poseo
no aplaca la ambición de mi deseo.
Si quieres que lo diga,
yo adoro a tu mujer, yo amo a Cadiga,
a ser su esposo aspiro
90 porque es espejo claro en que me miro,
y con tu muerte espero
poseer su belleza y tu dinero.
abdimanoples
De que es fuerte locura
haber quedado vivo me asegura
95 oyendo tus razones,
portentos de maldades y traiciones;
porque, si fuera cierto,
sólo el serlo por sí me hubiera muerto.
mahoma
Abdimanoples, piensa
que estoy en mi jüicio.
100 abdimanoples Si esa ofensa,
ese bestial agravio
ha osado publicar tu fiero labio,
no es mucho que me ofrezca
a padecerle ni que le padezca,
105 que atreverse a decirlo
fue más violencia que será sufrirlo,
y me vengará el cielo.
mahoma
En hacerle disgustos me desvelo.
No temo su venganza,
110 que es muy corto el poder que el cielo alcanza
en mí desde este día,
feliz principio de mi monarquía.
abdimanoples
Si en eso está, ¿qué aguardas?
¡Dame la muerte! ¿Para qué te tardas,
115 enemigo tirano?
Alarga, alarga la precita mano,
que mis ansias son tales
que no temo el rigor de los mortales;
acaba, si te importa.
mahoma
120 Tu vida, triste viejo, será corta;
no ablandarás mi pecho
en abundantes lágrimas deshecho,
que si lo he dilatado
es por verte morir desesperado;
125 y pues tu lengua loca,
en vez de apaciguarme, me provoca,
baja desde este mundo,
por escalas de peñas, al profundo;
y si, en tanta agonía,
130 Plutón te preguntare quién te envía,
dile, porque te asombres,
que el mayor enemigo de los hombres.
Tómale en brazos y éntrase con él, y salen Cadiga, Sergio y Tamar
cadiga ¿Hállaste bien en Arabia?
sergio Con la merced que recibo
135 en tu casa, alegre vivo.
cadiga A la humanidad agravia
quien a tu edad cana y sabia
no sirve en cuanto se ofrece
como su caudal merece;
140 y así, el haberte servido
deuda natural ha sido
por lo que en ti resplandece.
sergio En dar gracias mi rudeza
a ese favor fuera ciego;
145 humildemente la ruego
que te las dé a tu nobleza.
Respóndate tu grandeza
para que iguale al favor
y aún quedará superior,
150 pues agradece obligado;
y el honor que tú me has dado,
pues no lo estaba, es mayor.
tamar ¿Por qué dejaste el abrigo
de tu patria natural?
155 sergio Porque cuando trata mal
es el mayor enemigo.
El cielo es fiel testigo
que mi destierro fue injusto:
Heraclio, césar augusto,
160 porque agudo interpreté
dos artículos de fe,
tuvo en desterrarme gusto.
Sale Mahoma
mahoma
Escúchame, Sergio, aparte,
si Cadiga da licencia,
165 una cruel inclemencia
de las que el Hado reparte.
Vanse Cadiga y Tamar
sergio ¿Qué quieres?
mahoma Comunicarte,
como amigo, un gran secreto
que has de tenerlo y efeto
si me ayudas.
170 sergio Al motivo
más difícil me apercibo
y mi ayuda te prometo.
mahoma
Sabe que a Cadiga adoro
porque el niño tirador,
175 como penetra mi humor,
me tira con flechas de oro;
y a mi alma es muy sonoro
porque esperan mis intentos
fabricar fijos cimientos
180 con su excesiva riqueza
para poner mi cabeza
en imperiales asientos.
Mi pensamiento furioso
no mira razón ni ley
185 porque consiste en ser rey,
en llegar a ser su esposo;
de madre el título honroso,
si fingido, en él le advierto,
pero es tal mi desconcierto
190 y resolución firmada
que no se me diera nada
aunque hubiera sido cierto;
para quitar embarazos
a Abdimanoples he muerto:
195 ya queda cadáver yerto
de la común madre en brazos;
finge mentirosos lazos
y cuenta con dolor fuerte
a Cadiga aquesta muerte
200 y habla luego del futuro
marido, que yo aseguro
que no desprecie la suerte.
Ella ha ofrecido ser mía
en muriendo su marido:
205 ve, de esto bien advertido,
háblala de mí y confía,
su voluntad está pía,
imita tú a Filomena
y con canto de sirena
210 acábala de atraer;
y, si fuere menester,
signifícala mi pena.
sergio Cadiga será tu esposa
y de todo saldrás bien
215 si me prometes también
ayudarme en otra cosa.
mahoma
En la más dificultosa
seré amigo sin segundo;
mi poder dedico y fundo
220 para ti; di lo que encierra.
sergio Que me ayudes a dar guerra
a Dios, al cielo y al mundo.
mahoma
Cuando nació mi persona
se vieron varios presagios
225 y por mago de los magos
el infierno me corona;
cualquiera soberbia abona
lo referido; y, así,
yo te ofrezco desde aquí
230 dar esa guerra, y podré,
porque admiro un no sé qué
de exceso de humano en mí;
ni quedará por aliento;
porque, si en él consistiera,
235 estoy cierto que pudiera
conquistar el firmamento.
sergio Con oír tu bravo intento
juzgo a Heraclio destruido
y al cielo a guerra convido,
240 que quiero darle a entender
el mal que le puede hacer
un hombre docto ofendido.
mahoma
Esto queda concertado:
hoy vuestra amistad empiece.
245 sergio Y quedar también merece
con los brazos confirmado.
Abrázanse
mahoma
En callar haya cuidado,
porque importa.
sergio En la cordura
consiste nuestra ventura.
mahoma
250 Sergio, enciéndase este fuego:
con brevedad parte luego
y el casamiento procura.