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El defensor de su agravio es una comedia teatral de Agustín Moreto. En la línea de la comedia palatina del Siglo de Oro Español, la trama se desarrolla en torno a un malentendido amoroso y a las situaciones de enredo que este provoca.
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Seitenzahl: 88
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Agustín Moreto
COMEDIA FAMOSA
Saga
El defensor de su agravioOriginal titleEl defensor de su agravioCover image: Shutterstock Copyright © 1921, 2020 Agustín Moreto and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726597677
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 2.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
El Duque de Atenas Alejandro
LidoroAurora, duquesa
NiseaIrene
CominoDos jueces
Músicos[Un criado]
Salen Alejandro y Comino
Alejandro Nada que hables te he de oír
si en Nisea no ha de ser.
Comino ¿No hemos de hablar de comer,
de cenar y de dormir?
¿Siempre de amor he de hablarte? 5
Alejandro Y lo demás me da enojos.
¡Ay, Nisea de mis ojos!
¿Quién no vive de mirarte?
Comino ¿Quién no vive de una polla,
y más cuando un jamoncillo 10
se la lleva de codillo?
¿Quién no vive de una olla,
donde cabe el ser podrida
y de buena condición?
¿Quién no vive de un capón, 15
que es el blanco de la vida?
Mas, solo de ser mirón,
¿quién vive, sino un vecino?
Alejandro No me hables de eso, Comino.
Comino Soy yo enjerto en sabañón. 20
Quien su maña no apercibe
para comer lo que adquiere,
de todo cuanto hay se muere:
solo de comer se vive.
Por comer, tras un arado 25
hay quien vaya por tarea,
y quien crïado se vea
de otro que no le ha crïado.
Por comer, quien quiera ser
albañil, y al verse diestro, 30
se olvida en el Padre Nuestro
del «no nos dejes caer».
Por comer, quien sea barbero,
siendo tanto de admirar
ver que se incline a rapar 35
cosa que no sea dinero.
Por comer, hay quien remó
y quien trabaje en las fiestas,
y quien me trae a mí a cuestas
lo que me he de comer yo, 40
y quien sufra ser cochero
cuando llueve; y más también,
pues para comer hay quien
se mete a sepulturero.
Y con esto lo otro olvido: 45
por comer hay quien de un jaque
de ayuda a un hombre le saque
del cuerpo lo que ha comido.
Alejandro Consérvase el mundo así
por el destino y el hado. 50
Comino Y porque eres su privado,
del Duque de Atenas, di:
a no darte de comer
el cargo, ¿fuera razón
ser privado o motilón? 55
Alejandro ¿Tan humilde había de ser?
Comino Yo por mejor lo he tenido,
pues veo siempre al motilón
un cogote de un Nerón
y al prior descolorido. 60
Alejandro Lo que en el Duque interesa,
mi fe, no es comodidad
sino amor de su amistad.
Comino ¡Oh, que es lindo ver la mesa
de doce platos poblada 65
e ir pellizcando pechugas,
y no hartarse de lechugas
habiendo dolor de ijada!
Alejandro ¡Que sea tu bajeza tanta
que por comer te apasiones! 70
Comino Estoy bien con los capones,
porque hacen linda garganta.
Si oigo que una dama bella
de un capón se ha enamorado,
imagino que es asado 75
y me ando siempre tras ella;
a todo esta ansia prefiero.
Alejandro ¿El capón es tu regalo?
Comino Pues ¿hay algún capón malo,
sino uno que es mosquetero? 80
Alejandro ¡Que no dejes de cansarme!
Comino Ya, señor, estoy ahíto;
vaya de amor un poquito.
Alejandro Solo en Nisea has de hablarme.
Comino (Ap Loco de amores está.) 85
Digo que dejo el comer,
y cuanto hablare ha de ser
Ni-sea, ni es, ni será.
Alejandro Si su divina hermosura
llega a encarecer mi fe, 90
¿habrá alguno a quien no dé
envidia con mi ventura?
Quiera Amor que yo la vea
dueño de mi corazón,
y él logre esta posesión. 95
Comino Digo, señor, que Ni-sea.
Alejandro Y ella, si logro su mano,
cuando mi fineza vea,
será más firme.
Comino Ni-sea.
Alejandro ¿Qué dices, necio villano? 100
Comino Oigan, ¿ya perdió tu amor
de Nisea la codicia?
Alejandro No equivoque tu malicia
su nombre con mi temor.
Comino Si eso tienes por agüero, 105
porque otra vez no te asombre,
llámala «Sí-sea», que es nombre
de mujer de despensero.
Alejandro Yo temo tanto el perdella
que aun eso me da pesar. 110
Hoy al Duque intento hablar,
por que de su mano bella
me haga dueño; mas está
tan afligido estos días
de tristes melancolías 115
que no sé si error será.
Nadie alcanza en sus cuidados
remedio a tales efetos.
Comino Dicen que es mal de discretos
y no es sino de menguados, 120
pues los que se dan la herida
de entristecerse a ese paso
son los bobos, que hacen caso
de las cosas desta vida.
Alejandro Cuando es mi amor quien le asiste 125
medio decente, no siento
de hablar en mi casamiento
estando el Duque tan triste.
Comino Di que el invierno pasado
te causó el frío un dolor 130
y te ha mandado el doctor
que duermas acompañado.
Alejandro Él sale; siempre ha de estar
de la música asistido,
que solo está divertido 135
el rato que oye cantar.
Comino Buen gusto, mas a infinitos
les enfada.
Alejandro ¿Esto da enfado?
Comino Aquí hay un conde quebrado,
que en cantando le da gritos. 140
Sale el Duque y Lidoro, y músicos cantándole
Músicos ¡ Del desdén de la hermosura
qué enfermo el amor está!
¿Cómo ha de sanar, si es ella
la cura y la enfermedad?
Duque No puedo poner sosiego 145
en mi ardiente corazón.
Pero ¿qué mucho, si son
mis esperanzas el fuego?
¡Qué incurable enfermedad!
Alejandro ¡Señor!
Duque Alejandro, amigo. 150
Dejadme; pero ¿qué digo?
¡Sin mí estoy! Volved, cantad.
Músicos ¡Del desdén de la hermosura
qué enfermo el amor está!
¿Cómo ha de sanar, si es ella 155
la cura y la enfermedad?
Alejandro Gran señor, ¿qué oculta pena
te aflige?
Duque Amigo, un dolor
sin medio.
Alejandro ¿Por qué, señor?
Duque Esta canción me condena: 160
yo una hermosura venero
siendo culpa idolatralla;
el remedio es olvidalla
y el mal es lo que la quiero.
Si intento el remedio, muero; 165
si no, ofendo su deidad.
Pues si entre esta variedad
vive el pecho de querella,
¿cómo ha de sanar, si es ella
la cura y la enfermedad? 170
Alejandro No tienen medio sus males:
siendo de amor, no hay remedios.
Comino No, que ya en amor no hay medios.
Alejandro ¿Por qué?
Comino Porque es todo reales.
Alejandro Señor, que hacéis advertid 175
a vuestro poder agravio:
vuestro imperio es vuestro labio.
Duque No lo entiendes: proseguid.
Músicos Nadie se fíe de sí
cuando tan rendido está, 180
que en los achaques de amor
el remedio enferma más.
Duque Yo ofendo mi propio empleo
si prosigo en mis amores;
si no logro sus favores, 185
crece en mi amor el deseo,
mas dentro del mal me veo
si quiero volverme atrás.
Luego bien dice al compás
de aquella letra el primor, 190
que en los achaques de amor
el remedio enferma más.
Alejandro ¿El remedio es más dolor?
¿En qué achaque ser pudiera?
Comino ¿Eso dudas? En cualquiera, 195
como lo yerre el doctor.
Alejandro Señor, aunque lo pretendo
por indicios semejantes,
no os entiendo.
Duque No te espantes,
que yo tampoco me entiendo. 200
Comino Tú estás en Atenas ciego,
pues no habiendo quien alcance
ni entienda a un Duque en romance,
¿quieres entenderle en griego?
Duque Aunque yo estuviera en ti, 205
no entendieras mi dolor;
proseguid, pues su rigor
nació solo para mí.
Músicos Su muerte quiere, o su vida,
y no se la quieren dar: 210
¡desdichado del que vive
por ajena voluntad!
Duque Si es mi voluntad mi pena,
¿cómo intenta mi porfía,
queriendo mi mal la mía, 215
que quiera mi bien la ajena?
Si la mía me condena
a entregar la libertad,
¿cómo ha de tener piedad
la ajena, que la recibe? 220
¡Desdichado del que vive
por ajena voluntad!
Dejadme, no cantéis más;
no digo, Lidoro, a ti,
que tú ya sabes de mí 225
mi mal, y alivio me das.
Vanse los músicos
Lidoro (Ap Sí sé, a pesar de mi amor;
mas ¿qué importa, si no ha sido
el de Nisea admitido
y yo logro su favor?) 230
Alejandro Señor, si el dolor os deja
libre el uso del oído,
con justos celos os pido
licencia para una queja.
Duque ¿Queja, Alejandro? Pues ¿cuál? 235
Alejandro De que sabiendo Lidoro
vuestra pena, yo la ignoro.
Comino ¿Y de eso es todo tu mal?
Y muchos, por sus decoros,
mueren de eso.
Duque ¿De callar? 240
Comino sino de revelar
el secreto a los Lidoros,
y al instante le sentencio
a que con mucha presteza
se sangre aquí Vuestra Alteza 245
de la vena del silencio.
Duque ¿Dónde cae?
Comino Yo en todos hallo
que en el pecho se les ve,
y a mí en un dedo de un pie,
que es donde yo tengo un callo. 250
Duque Alejandro, mi dolor,
que hasta aquí encubrí a tu trato,
si lo tienes por recato
no ha sido sino temor.
Alejandro ¿Temor Vuestra Alteza a mí? 255
Duque Sí, Alejandro, temor fue.
Comino (Ap [A Alejandro]¡Vive Dios, que entiendo que
se ha enamorado de ti!)
Duque Yo por ti muriendo vivo
y mi alivio es que tú quieras. 260
Comino ¡Alto, señor! Pues ¿qué esperas?
No hay aquí que ser esquivo.
Alejandro Señor, sacad mi cuidado
de confusión semejante.
Comino ([A Alejandro] ¡Hay más gracioso ignorante! 265
¿Te lo ha de decir cantado?
Duque Las flechas quebrar espero
contigo, a que he de morir.
Comino ([A Alejandro] ¿Ves cómo quiere decir
que eres tú su quebradero?) 270
Duque Alejandro, si lo mucho
que debes a mi tormento
quieres saber, está atento.
Alejandro Ya, gran señor, os escucho.
Duque Despejad ese crïado. 275
Alejandro Vete, Comino.
Comino Por ido,
póngome a tiro de oído.
Pónese a escuchar al paño
Alejandro Ya solos nos ha dejado.
Duque Para que sepas mejor
cuánto debes a mi pecho, 280
quiero acordarme, Alejandro,
los servicios que te debo:
lo primero, mi corona
debe a tu sabio gobierno
la quietud de mis estados, 285
la firmeza de mi imperio.
Cuantos enemigos míos
movieron contra mi reino
el impulso de sus armas,
tu brazo los ha deshecho. 290
No he tenido yo en mi vida
gusto, triunfo ni sosiego
que de tu fe no haya sido
o disposición o empeño.
Y sobre tantas finezas, 295
cuando asegurado el cetro
lograba en paz sus aplausos,
trataste mi casamiento;
con tu tío el rey de Creta