En el mayor imposible nadie pierda la esperanza - Agustín Moreto - E-Book

En el mayor imposible nadie pierda la esperanza E-Book

Agustín Moreto

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Beschreibung

En el mayor imposible nadie pierde la esperanza es una comedia teatral del autor Agustín Moreto. En la línea de las comedias palatinas del Siglo de Oro español, la historia se desarrolla en torno a un malentendido amoroso tras el que se suceden numerosas situaciones de enredo.

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Seitenzahl: 70

Veröffentlichungsjahr: 2020

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Agustín Moreto

En el mayor imposible nadie pierda la esperanza

 

Saga

En el mayor imposible nadie pierda la esperanza Original titleEn el mayor imposible nadie pierda la esperanza Cover image: Shutterstock Copyright © 1911, 2020 Agustín Moreto and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726597554

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 2.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

PERSONAJES

DON FELIPE, tío de DON MANUEL. DON MANUEL. DON ANTONIO, padre de DOÑA ANA. DOÑA ANA. DOÑA VIOLANTE, hija de DON DUARTE. DON SEBASTIÁN, hijo de DON DUARTE. DON DUARTE. DON RODRIGO. SEBASTIANA, criada.CHURRIEGO, criado, gracioso.LISARDO, hortelano.Convidados.

La escena es en Portugal.1

Jornada I

Sala en casa de DON ANTONIO.

Escena I

DON MANUEL, DOÑA ANA, CHURRIEGO, SEBASTIANA.

 

DON MANUEL Aunque al logro de mis dichas

la oposición de una ausencia,

entre tormentos del alma,

iba alimentando penas;

aunque entre mil imposibles, 5

casi la esperanza muerta,

me negaba mi desdicha

volver a tus luces bellas;

ni tormentos ni imposibles

pudieron en mi firmeza 10

la menor demostración,

que fuera en mi amor ofensa.

¡Qué de cuidados me debes!

¡Qué de desvelos me cuestas!

¡Qué de suspiros al aire, 15

sin tener dellos respuesta!

Tan en ti siempre el sentido,

que mil veces en escuelas,

al escribir la lección,

ponía las letras mesmas 20

de tu nombre; y otras veces

la lengua, llave maestra

del corazón, publicaba

que eras tú la mejor prenda

que estaba en él; mas ¿qué mucho, 25

si el cielo te hizo tan bella,

que invidiarán mi cuidado

todos cuantos lo supieran?

DOÑA ANA En menos adulaciones

quisiera que me ofrecieras 30

el premio a mi voluntad,

y a mi amor correspondencia,

sin llegar a encarecer

con tanto extremo finezas,

que pocas veces las hace 35

el que sabe encarecerlas.

Yo solo sabré decir

(pero no sabré) mi pena,

porque sólo supo el alma

en tu ausencia padecerla; 40

y aunque deseo creerte,

hace a mi deseo fuerza

ver que el tuyo no la tuvo

para escribirme una letra;

que si a mí, el ser de mujer 45

licencia me concediera

de buscarte, no aguardara

tan largos siglos de ausencia.

DON MANUEL Acción es de mi desgracia

el pagar, prima, con quejas 50

mi voluntad, si no es

que quieres regar la deuda.

¿Ignoras que yo por ti

cerré a mi aumento la puerta,

dando de mano al estudio, 55

no prosiguiendo la guerra?

Pues don Martín de Aragón,

sabido es que su bandera

me dio en Nápoles: favor

con que otro honrarse pudiera; 60

y cuando no por mi aliento,

por mi valor, por mi fuerza,

por el favor de mi tío,

era cierta una jineta.

Mas de esto no hago caso; 65

pero el dejar la belleza

de doña Violante, que es

hermosa como discreta,

con cuarenta mil ducados,

no es hazaña tan pequeña 70

para que la desestimes.

DOÑA ANA Ni menos para que sienta

ver con cuánto entendimiento,

con cuánto amor y terneza,

ya de discreta y hermosa 75

la alabes en mi presencia.

Vete, vete con Violante;

yo soy necia, yo soy fea.

DON MANUEL Erré, prima de mis ojos;

y quien confiesa que yerra, 80

perdón merece.

 

(Bajan la voz.)

 

SEBASTIANA Churriego,

¿No me dirás lo que dejas

por mí?

CHURRIEGO Pues si yo comienzo,

en diez manos, en diez resmas,

en mil años, en cien siglos, 85

en setecientas milleras

no acabaré de decirlo,

porque he perdido la cuenta.

SEBASTIANA ¿Estás preñado por dicha?

CHURRIEGO Y se me antoja.

SEBASTIANA Pues mueva2 : 90

Ya que lo que dejas callas,

razón será que refieras

lo que me traes de Castillo.

CHURRIEGO Eso muy en hora buena.

Tráigote de Salamanca, 95

para con qué te entretengas,

bizarra sarna perruna.

SEBASTIANA ¡Ay mis dedos!

CHURRIEGO ¿Ya te quemas?

Pues de Nápoles te traigo

dos excelentes muñecas, 100

que saben jugar de manos.

SEBASTIANA Para cortadas son buenas.

CHURRIEGO Tus orejas.

SEBASTIANA ¿Qué decías?

CHURRIEGO Pido a Dios que yo te vea

como el santo de tu nombre. 105

SEBASTIANA ¿Lleno el pecho de saetas?

CHURRIEGO No digo yo de sayones,

sino de amorosas flechas.

SEBASTIANA Yo digo que sobre ti

venga lo que me deseas; 110

que si es bueno, no te agravio;

si malo, no te hago ofensa.

CHURRIEGO Rechazome la pelota,

pagó en la misma moneda.

DON MANUEL Ya estarás desenojada, 115

pues te tengo satisfecha.

DOÑA ANA Poco duran los enojos

donde voluntades reinan;

tuya soy.

DON MANUEL Yo soy tu esclavo;

permíteme que siquiera 120

firme en tu mano mi labio

esta verdad que confiesa.

DOÑA ANA ¿Cómo negará una mano

quien el alma no te niega?

Vesla aquí: mi libertad 125

y palabra doy en ella

de ser tuya mientras viva.

DON MANUEL Es el iris que serena

los nublados que el temor

de no merecerte engendra. 130

Ya doy por bien padecido

el invierno de tormentas

de ausencia, pues llego a ver

hoy en ti mi primavera,

el abril en esos ojos, 135

en tu mano el azucena,

los claveles en tus labios,

celaje hermoso a tus perlas.

CHURRIEGO ¿Somos tejidos nosotros

en telar de menos cuenta? 140

Si allí se besan las manos,

hacer lo mismo me enseñan;

dame, besaré las tuyas.

SEBASTIANA No puedo, que tengo en ellas

la sarna que me trajiste; 145

que a no tenerla tan fresca,

y ocupadas con regalos,

al instante te las diera.

CHURRIEGO Mientras que se desocupan,

dame un pie.

SEBASTIANA No soy poeta. 150

CHURRIEGO Una uñita.

SEBASTIANA A un escribano.

CHURRIEGO Un carcañal.

SEBASTIANA A una yegua.

CHURRIEGO Una planta.

SEBASTIANA A un arquitecto.

CHURRIEGO Un escarpín.

SEBASTIANA No soy negra.

CHURRIEGO Un zapato.

SEBASTIANA Soy descalza. 155

CHURRIEGO Un chapín.

SEBASTIANA Traigo el de Eva.

CHURRIEGO Dame...

SEBASTIANA No me pidas más;

que el pedir es cosa necia.

CHURRIEGO Concedo aquesa mayor,

y saco por consecuencia, 160

si el pedir es necedad,

que no hay hoy mujer discreta.

SEBASTIANA ¡Ay, triste! Mi señor viene.

CHURRIEGO No te apartes. ¿Qué te alteras?

¿Hacemos moneda falsa? 165

SEBASTIANA No; mas estar las doncellas

hablando así con los hombres

es fuerza que mal parezca.

CHURRIEGO ¡Jesús el testimoniazo

que ha dicho esta mala hembra! 170

¿Doncella? Yo me hago cruces;

¡la vejez con que recuerda!

no hay árbol hoy con tal fruta.

SEBASTIANA ¡Que haya dado en esta tema

la locura de los hombres! 175

CHURRIEGO ¡Que haya mujeres tan necias,

que lo que no puede ser

quieran que por fuerza sea!

SEBASTIANA ¿No crees que yo lo soy?

CHURRIEGO Nisi videro, non credam. 180

SEBASTIANA Quiere decir en romance:

antes ciegues que tal veas.

Escena II

DON ANTONIO, DON FELIPE. Dichos.

 

DON ANTONIO Lo que de mi parte os ruego

en tan discreta elección,

es que sin más dilación 185

procuréis se hagan luego

los casamientos tratados.

DON FELIPE Siempre yo en todo he de hacer

vuestro gusto y parecer.

DON ANTONIO Aquí están los desposados. 190

CHURRIEGO «Los desposados», dijeron

al encuentro. ¡Bravo azar!

ellos me quieren casar;

mi conversación oyeron.

DON FELIPE ¡Sobrino!

DON ANTONIO ¡Hija!

DOÑA ANA ¡Señor! 195

DON FELIPE En este instante a los dos

hemos casado.

DON MANUEL De vos

no esperé menos favor.

Como a padre os obedezco;

ya no hay más que desear 200

hoy he venido a alcanzar,

la gloria que no merezco.

CHURRIEGO Ya vuelvo en mí del desmayo,

tragado tuve el veneno;

mas fue aquí el eco del trueno 205

y allí el efecto del rayo.

DON MANUEL (Aparte.)

¡Yo con mi prima casado!

DOÑA ANA (Aparte.)

¡Yo casada con mi primo,

a quien adoro y estimo!

Parece que es bien soñado. 210

No hay sentido ni potencia

que no celebre este gusto.

DON ANTONIO ¿Qué respondes?

DOÑA ANA Que me ajusto

a tu gusto y obediencia.

No puedo yo replicar, 215

cuando conozco, Señor,

que tú has de elegir mejor

que yo sabré desear.

DON ANTONIO (A