Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
El mejor amigo, el rey, es una comedia teatral del autor Agustín Moreto. En la línea de las comedias palatinas del Siglo de Oro español, la historia se desarrolla en torno a un malentendido amoroso tras el que se suceden numerosas situaciones de enredo.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 86
Veröffentlichungsjahr: 2020
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Agustín Moreto
Saga
El mejor amigo el reyOriginal titleEl mejor amigo el reyCover image: Shutterstock Copyright © 1911, 2020 Agustín Moreto and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726597608
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 2.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
La escena es en Sicilia.
Habitación de ENRIQUE en el palacio del REY.
El PRÍNCIPE ALEJANDRO, FILIPO.
ALEJANDRO ¿Esto se puede sufrir?
¿Yo he de venir a esperar
a quien pudiera estimar
que yo le quisiera oír?
¡Vive Dios...!
FILIPO No se publique 5
tu enojo aquí.
ALEJANDRO ¿Por qué no?
¿No soy el príncipe yo
de Otranto?
FILIPO Sí, pero Enrique
es hoy en Sicilia rey;
que don Pedro, nuestro dueño, 10
ha tomado por empeño
hacer de su gusto ley.
Mientras a su arbitrio estamos,
el publicarlo condeno;
este secreto es veneno 15
que como el áspid guardamos.
ALEJANDRO ¿Secreto hombres como yo?
Eso el humilde debiera,
que con la industria pudiera
lo que el cielo le negó. 20
Mas cuando por tiranía
esta corona eminente
la miro en ajena frente,
arrancada de la mía;
cuando por lo que me abona 25
el reino, pudiera yo,
ya que la primera no,
ser su segunda persona,
¿tú, Filipo, a mis enojos
pones tan débil preceto? 30
¿Cómo ha de guardar secreto
quien ve un agravio a los ojos?
Mis injurias, mis agravios,
de Enrique en oposición
las publica la razón, 35
aunque las callen los labios.
Pues no mostrar sentimiento
de verle a mi preferido,
fuera (aun en rostro fingido)
mengua del entendimiento; 40
porque de una ofensa herido
de desprecio semejante,
quien no trae muerto el semblante,
no tiene vivo el sentido.
FILIPO Alejandro, yo no siento 45
que vuestra ofensa olvidéis;
mas si mostrarla queréis,
malograréis nuestro intento.
Nápoles os favorece
(que hoy a Sicilia hace guerra); 50
su rey Roberto en su tierra
el desempeño os ofrece.
Dejad llegar la ocasión,
que en ella el secreto vale,
y mirad que el Conde sale; 55
fingid, y tened razón.
El CONDE ENRIQUE, vistiéndose; CARLOS, MACARRÓN y LELIO le asisten; MÚSICOS delante. Dichos.
MÚSICOS A los azotes del aire
gemía el cristal de Tormes,
saltando de plata rica
un penacho en cada azote. 60
ENRIQUE Buena es la letra.
MACARRÓN Bizarra.
ENRIQUE ¿De quién es?
CARLOS Tiene su autor
hermoso, claro primor
en las que hace a la guitarra.
ENRIQUE Elegancia es que se case, 65
cuando contraria se mira,
la dulzura de la lira
con lo crespo de la frase.
LELIO Otros precian la humildad.
MACARRÓN ¿Humildad para el laúd? 70
Mejor es para virtud
de fraile lego.
ENRIQUE Cantad.
MÚSICOS Al sol, escaso de luces,
atrevido se le opone
el aliento de las nubes 75
a empañar sus resplandores.
ENRIQUE La capa.
CARLOS Mucho, Señor,
madrugas, para acostarte
tan tarde.
ENRIQUE Debe admirarte,
y aun mi cuidado es mayor. 80
(CARLOS y FILIPO van a tomar la capa para
dársela a ENRIQUE.)
¡La capa! Quedo; ¿qué es eso?
¿Qué intentan vueseñorías?
¿No ven que esas cortesías
son ultraje con exceso?
(A MACARRÓN.)
Llegad vos.
FILIPO Todos debemos 85
serviros.
ENRIQUE A esa atención
tengo yo la obligación.
(Hablan aparte ENRIQUE y MACARRÓN.)
MACARRÓN ¡Oh qué cansados extremos
de adulación insufrible!
ENRIQUE Si por amigos se dan, 90
¿cómo se conocerán?
MACARRÓN Señor, eso es imposible.
ENRIQUE Filipo y Carlos sospecho
que me asisten con fineza;
si es doble, es mucha agudeza 95
querer penetrar su pecho.
MACARRÓN A Carlos fíale cuanto
tienes, a Filipo no.
ENRIQUE ¿Por qué Carlos te agradó?
MACARRÓN Porque no te alaba tanto. 100
ENRIQUE Pues ¿eso puede cansarte?
MACARRÓN Sí, Señor; que día y noche
alabar a troche y moche
malo y bueno, es agraviarte;
que el que a toda acción ajena 105
con una alabanza iguala,
no hace buena la que es mala,
y pone en duda la buena.
De que me diga me pico,
el que a caballo me vio, 110
que estoy tan airoso yo
cuando voy en un borrico.
Cuanto haces, aplauso halla;
cuanto hablas, todo es felice;
y cuando callas nos dice: 115
«¡Qué lindamente que calla!».
Si ayunas, dice: «¡Qué justo!».
Cuando comes: «¡Qué limpieza!».
Y al verte beber cerveza,
dijo un día: «¡Lindo gusto!». 120
A todo está tan agudo
como si llevara sueldo,
y te saluda un regüeldo,
como si fuera estornudo.
ENRIQUE Entre estas dudas navego. 125
Si hay quien quiera hablarme ahí,
mira.
FILIPO Alejandro está aquí.
ENRIQUE ¿El Príncipe? Que entre luego.
ALEJANDRO Aunque lo disimuléis,
verme es breve diligencia. 130
ENRIQUE No he entendido a vuecelencia.
ALEJANDRO Bien entenderme podéis.
ENRIQUE Suplico a vueseñorías
nos den licencia...
CARLOS Obediencia
será en mí; que no licencia. 135
FILIPO Por mí decirlo podías.
(Vanse CARLOS, FILIPO, MACARRÓN, LELIO y
los MÚSICOS.)
ENRIQUE, ALEJANDRO.
ENRIQUE (Aparte.)
De la soberbia ambición
deste hombre vivo ofendido;
estimo haberse ofrecido
de hablarle a espacio ocasión. 140
(Siéntanse los dos.)
Pues solos hemos quedado,
y habéis venido a tal hora,
habladme claro; que ignora
ese estilo mi cuidado.
ALEJANDRO Eso es querer vuecelencia 145
divertir mi pretensión;
la que tengo yo, es razón
de que el Rey me dé licencia
de volverme a mis estados,
que de la guerra oprimidos, 150
de su dueño no asistidos,
están muy desamparados.
Y así, vengo, como es ley,
a hablaros; que en lo tocante
tengo por más importante 155
veros a vos que no al Rey.
ENRIQUE Señor Príncipe, no creo
que ignoraréis mi nobleza.
ALEJANDRO Es de la primer grandeza,
de Sicilia su trofeo. 160
ENRIQUE Asentada esa opinión,
sabed que el mundo pregona
que soy yo por mi persona
más que por ese blasón;
y que tras alguna hazaña 165
me dio respeto entre sabios,
el primer bozo en los labios
que me nació en la campaña.
Donde, sin que a un escalón
mi sangre supliese el plazo, 170
ciñó el puño de mi brazo
desde la pica al bastón.
Cuando en sosegadas horas
juegan otros sus hazañas,
iban por arduas montañas 175
mis escuadras vencedoras.
Cuando otro de amante queja
buscaba el tierno suspiro,
pasaba el aire de un tiro
quemándome la guedeja. 180
Al sol entre escarcha helada
vi (al Mongibelo marchando)
nacer y morir rozando
las plumas de mi celada;
y en la noche, al valor grata, 185
la escarcha por interés,
los perfiles de mi arnés
bordaba flores de plata;
y entre este afán valeroso,
digno aún de vuestras memorias, 190
di yo a mi rey más vitorias
que quejas el envidioso;
y de todas las campañas
traer pudo mi bizarría
escrita con sangre mía 195
la copia de mis hazañas.
Todo esto os he referido,
por si acaso en la afición
del Rey me buscáis razón
para ser favorecido; 200
no por mérito a este honor,
mas porque sepáis que es llano,
que tengo honrada la mano
con que recibo el favor;
que la gracia pretendida 205
de un rey, en humana fe
se llama gracia porque
no puede ser merecida.
Y siendo gracia este honor,
de gracia le da a quien quiere; 210
y a quien quiera que le diere,
le hace capaz del favor:
porque si de merecella
nadie es digno, aunque blasone,
a cualquiera en quien la pone, 215
le da el mérito con ella.
Siendo así, ¿por qué razón
os habéis vos de ofender
de que yo llegue a tener
por su gusto este blasón? 220
Pues vos mismo por injusto
tuvierais, y aun por traición,
separada la ambición,
no lograrle al Rey el gusto.
¿Sois vos dueño de envidiallo, 225
y aborrecerlo por ley,
y no puede serlo el Rey
de querer bien a un vasallo?
Señor Príncipe, dejada
(Levántase.)
esta cuestión, entended 230
que a poder esta merced
merecerse por la espada,
sin el favor que me dio
mi rey, si así se adquiriera,
della con vos y cualquiera, 235
tuviera el mérito yo.
Y en cuanto a la pretensión
que tenéis, deciros quiero
que en todo el Rey es primero
y si contra esta atención, 240
de algún loco barbarismo
se atreve la hipocresía,
castigaré su osadía;
sí, por vida del Rey mismo.
Háblale pues, si quisiere, 245
vuecelencia, siendo así,
que si él le remite a mí,
yo haré lo que conviniere.
(Vase.)
ALEJANDRO; luego, MACARRÓN.
ALEJANDRO ¿Esto oigo y puedo escuchallo?
No me ofende tu persona, 250
sino el Rey, que le ocasiona
este desaire a un vasallo.
Mas ¿no me da la ocasión
el desempeño más cierto?
Pondrá en Sicilia Roberto 255
de Nápoles el blasón.
MACARRÓN (Para sí, al salir.)
Ya Filipo acompañando
iba al Conde, mi señor,
que es muy su acompañador.
ALEJANDRO (Aparte.)
Pues me lo está aconsejando, 260
irá a lograr mi osadía
lo que la ocasión le ofrece.
(Vase.)
MACARRÓN; después, FLORA, con manto, y LELIO.
MACARRÓN El Alejandro parece
que va con Alejandría.
Mas Lelio y Flora ¿no son 265
los que vienen por allí?
¿Qué lo dudo, pesia a mí?
Toco a bufa y a ficción.
(Salen FLORA y LELIO.)
LELIO ¿Por qué allí le has de esperar?
FLORA Importa mucho el aviso 270
que le traigo, y es preciso.
LELIO Pues no le puedes errar.
MACARRÓN Con Lelio no, que le estampo
en mi lición por maestro;
pues es tan docto cabestro, 275
que hará un encierro en el campo.
LELIO ¿Tú, Macarrón, dices eso,
sastre de la humanidad?
FLORA Ventaja tiene, es verdad,
que es alcahuete con queso. 280
MACARRÓN Y digo, ¿es esa faltilla
cosa que no me releva