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«Horario reflexivo» (1917) es una recopilación de reflexiones históricas, literarias, filosóficas y políticas de José María Vargas Vila. Se recogen en forma de artículos («Vida literaria», «Vida bárbara» o «Vida heroica») y textos breves a modo de máximas y aforismos filosóficos (por ejemplo, «De los yacimientos vírgenes del sueño»).
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Seitenzahl: 143
Veröffentlichungsjahr: 2021
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José María Vargas Vilas
Segunda edición
Saga
Horario reflexivo
Cover image: Shutterstock
Copyright © 1917, 2021 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726680591
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
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This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
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Hace veinticinco años, el coloniaje literario de América, respecto a España, era tan ferviente y tan absoluto, como lo fuera el coloniaje político en el siglo XV;
don Juan Valera, pontificaba como gran Camarlengos de las letras; su sonrisa socrática y profesionalmente amable, catequizaba y encantaba a los párvulos literarios, que venían de América a ofrecerle las rosas primitivas de su ingenio: unas rosas encantadoras, con olor de selva tropical;
Clarín, infundía pavor a los neonatos de vanidad; sus sentencias sin apelación, bastaban, para hacer o deshacer una reputación literaria, allende el mar;
Menéndez Pelayo, adquiría las proporciones desmesuradas de un dios del léxico; el brioso polígrafo, era el Carlos V, de nuestras letras: en su imperio, no se ponía el sol...
toda la luz mental, nos iba entontes de España;
pero ese Imperio mental, tuvo fin, como el Imperio Colonial, lo había tenido;
hubo un movimiento de emancipación literaria, como antes lo había habido de emancipación política;
fueron muy pocos, los fundadores, y son hoy ya muy escasos, los sobrevivientes, de aquel grupo de escritores, que iniciaron un movimiento hacia otras orientaciones del pensamiento;
las revoluciones, habían arrojado a los unos, fuera de sus patrias; el despotismo, había expulsado los otros;
se fueron formando así, pequeños grupos intelectuales, en New York, y en París, grupos que aumentaron luego;
allí, se cultivaron las literaturas extranjeras; se fundaron Revistas; se escribieron libros; hombres, estilos, y tendencias nuevas, aparecieron;
esos grupos, revelaron a la América, los nombres y las obras, de los grandes escritores extranjeros, especialmente de los franceses; y éstos, se aclimataron rápidamente, se apoderaron de los espíritus, ejercieron una influencia decisiva, y bien pronto, una literatura nueva, surgió, al contacto y al calor de esa migración benéfica de ingenios;
los poetas, dotados de una plasticidad sensitiva, superior, fueron los primeros influenciados, fascinados, y arrebatados, por ese movimiento;
Verlaine, hizo, estragos;
enfermizo, preciosista, delicado, incapaz de grandes vuelos, casi genial en su abulia, humilde y luminosa, su Musa, sedujo a muchos espíritus tiernos y encantadores, impotentes como él, de un esfuerzo sostenido, y demasiado débiles, para ensayar una arquitectura poética, fuerte y desmesurada, como la celebridad, y aún a aquellos que, ya provectos, gozaban de ella; se sudaba sangre pensando en los oráculos, que aquel inocuo croniquero dictaba, con una suficiencia agresiva, que en el fondo era cándida, como toda la que acababa de desaparecer, con Hugo, y los últimos románticos;
los cuentistas, los novelistas, los polígrafos, de todos los matices y de todas las tendencias, llegaron luego a completar la devastación de la vieja cultura hispana, y una nueva cultura, de origen netamente francés, surgió de allí, llevando su influencia, aún a las zonas más lejanas de la intelectualidad, como la política;
constato el hecho, no lo analizo;
hubo políticos modernistas y, hasta decadentes;
el cimbombo castelariano, perdió ambiente en los cielos de la oratoria, que hasta entonces dominaba;
los hombres de Cormenin, aparecieron, y, los enanos declamadores de mitines y asambleas, tuvieron concisiones y, elegancias, desconocidas hasta entonces en la jerga oratoria que estilaban;
los letrados de las altas esferas, orfebrizaron su estilo, y, algunos de ellos, escribieron páginas, que recordaban los prosistas selectos, tan amados de Villemain;
todas las facos de la mentalidad americana, se volvieron de súbito hacia la luz de un nuevo sol;
no quiero decir con esto, que no hubiera habido entonces, y, no haya hoy, refractarios, y, retardatarios;
el pecorismo mental subsiste; en achaques de lenguaje; y hay zonas muy vastas ocupadas por ese rebaño;
pedazos de la soga tradicionalista, penden aún del cuello de ciertas acémilas parlantes;
las academias nos deshonran aún con su existir, y, el servilismo a las reglas de los clásicos, hace imposible toda originalidad en el decir; los débiles permanecen esclavos y los fuertes tardan en aparecer.
*
¿Quiere decir esto, que exista una literatura americana, en prosa y verso que sea exculsivamente nuestra?...
no creo en la existencia de una literatura americana;
países, aun sin consistencia, en estado de formación, sometidos a influenciais ambientes, fluctuantes entre la civilización naciente y la barbarie expirante, no estamos aún en grado de dar esa flor de cultura mental, que se llama: una literatura;
tenemos literatos eminentes, bastantes a honrar las más refinadas literaturas, pero, no tenemos aún, una literatura nuestra;
tenemos, grandes poetas, pero no tenemos aún, una poética, que nos sea propia.
*
¿ Ha pasado entre nosotros el ciclo literario llamado modernista?
mientras haya literatura, habrá modernismo, porque en todas las épocas habrá innovadores, y destructores, espíritus inquietos y rebeldes, ansiosos de libertad, abriendo, explorando, y siguiendo nuevos derroteros;
el modernismo, es siempre la literatura del mañana; todo clasicismo fué modernismo en una época anterior, modernismo petrificado después de la victoria.
*
¿El reciente desarrollo de la novela, es una manifestación de americanismo literario?
por lo que de ella conozco; la de tendencias criollas, o americanistas, es violentamente regresiva hacia el idilio y hacia la selva; la otra, a base psicológica y sociológica, nada tiene de americana, ni de americanista; en la una, y en la otra, brillan talentos grandísimos, desorientados por el estado caótico del medio social, evolutivo, en el cual actúan.
*
¿ Existe una decadencia actual de la poesía lírica, y hay un renacimiento de la, poesía épica?...
¿decadencia? eso es poco decir;
desaparición absoluta de la poesía lírica, es lo que ha habido en América;
supresión absoluta del lirismo en poesía, tal parece haber sido la consigna de nuestro tiempo;
durante estos últimos cuatro lustros, no ha aparecido un poeta lírico entre nosotros;
el último movimiento poético, que tiende a desaparecer sin haber sido nunca bien definido, ni calificado, y al cual unos llamaron modernismo, otros estetismo, otros decadentismo, no fué en realidad de verdad, un movimiento poético, sino un movimiento retórico;
toda esa evolución giró en torno a la forma del verso, y no a la esencia poética del verso mismo;
orfebres encantadores, mágicos hacedores del ánforas verbales, exhaustas de todo filtro; versificadores extraños, rimadores exóticos; músicos de la palabra, delicados y sutiles, todo eso hubo en ese grupo de poetas exquisitos; todo, menos un poeta lírico;
gimnástica poética, cuyo solo objeto parecía ser, el de desconcertar al lector y épater le badaud... fué la de ellos;
poesía exterior y didáctica, que permaneció fuera del alma humana, en la inerte región de la métrica, que fué su solo campo de evolución;
la habilidad y la excentricidad fueron las distintivas de esa escuela, que a falta del genio, superó en elegancia, y a falta de pensamiento, tuvo una gran cultura de dicción;
su reinado fué, el reinado de la virtuosidad en poesía; y tuvo eso de grande, que se conformó con quedar en la virtuosidad, sin pretender entrar en la virtud;
sus poetas, descendientes directos de Verlaine, permanecieron como todos los grandes aristócratas del pensamiento, en las puras regiones de la Estética, sin descender a las bajas regiones de la Etica, tan nocivas a la vitalidad de todo arte;
hay que hacerles esa justicia: sin ser grandes poetas, fueron y permanecieron grandes artistas;
fueron cándidos, sin ser ingenuos; eran demasiado intelectuales, para esto;
algunos de ellos, ensayaron la perversidad, y no lograron sino caer en la perversión, la más deplorable perversión del gusto; otros, quisieron entrar en el misticismo, y como les faltaban alas, se arrastraron en un monaquismo sensual, capaz de hacer enrojecer las bestias;
técnicos ante todo, y por sobre todo, el anti-lirismo fué su esencia, y el intelectualismo fué su bandera;
fueron pictóricos, sin lograr ser pintorescos; les faltó fuerza en la expresión y riqueza en la paleta;
su flora, sin. frescura y sin candor, fué una pobre flora de decoración, arcaica y sin vida, una flora sin perfumes;
su fauna de palmípedas, no tuvo vivo y de belleza real, sino los cisnes enigmáticos, que arrebataron a los poemas de Darío;
gnomos equilibristas, haciendo piruetas en las cuerdas de la lira, los paisajes interiores les fueron ignorados, no supieron penetrar en ellos, y los paisajes exteriores, les fueron extraños, no supieron reproducirlos;
ni grandiosidad de visiones, ni sonoridad de expresiones, tuvieron aquellos exquisitos y endebles cultivadores de una métrica rara;
los hubo de talento, de muchísimo talento, de tanto talento, que lograron embellecer sus juegos, malabares, hasta hacérnoslos admirar;
los hubo también encargados de probar, que el talento no tenía nada que ver con el arte de aquella versificación;
no hubo ninguno de genio: ese fué elfracaso de esa escuela;
yo no creo que ella esté próxima a desaparecer; es demasiado fácil de seguir, y eso tentará siempre a los espíritus incapaces de grandes esfuerzos, y de grandes vuelos;
siempre la facilidad será el encanto de la mediocridad;
al lado de esa escuela, y fuera de ella, engrandecieron poetas solitarios y autóctonos, supremos poetas, en la soledad de un orgullo romántico, superior al de Vigny;
fueron toda la poesía de esa época.
*
¿Renacimiento de la poesía épica?
¿en la América?... ¿en la hora actual?
¿ cómo podría yo creer en eso, a raíz de la gira triunfal de Roosevelt por ciertos pueblos de nuestra América, que lo escoltaron y lo aclamaron?
¿dónde estuvo el bardo épico, que se alzara para castigar con sus estrofas, la insolencia del hombre, y la bajeza de los pueblos? ¿dónde pues, el renacimiento de nuestra poesía épica?...
yo no lo veo por ninguna parte...
en cambio, si no se ve renacer nuestra poesía épica, se ve nacer una nueva poesía: la poesía hípica; ella surge en las riberas del Plata, y se encama en don Estanislao Zeballos, el Homero de Roosevelt;
este poeta, y su género, sintetizan, no sólo el alma de sus antecesores de la pampa, sino todo nuestro momento sociológico actual;
don Estanislao Zeballos, es el único poeta significativo de esta época;
él, no agota sus modelos, en Píndaro;
pero, los agota en Esopo...
Esopo, hizo la más preciosa antología de los poetas precursores del señor Zeballos;
yo me consuelo de la desaparición del género épico, saludando la aparición del género hípico, y su glorioso representante;
¿es éste un renacimiento?...
feliz de creer en eso, anuncio al Paladín del relincho, en plena pampa.
El mundo se alimenta de sofismas;
la Verdad, es un alimento de difícil digestión, a su vientre de mónstruo somnoliento;
dadle una frase hecha y toda su evolución mental, girará en torno de esa frase, y terminará por aceptarla, sin definirla;
la masa amorfa y semiletrada, piensa por cliches;
y el mundo todo, con la masa amorfa;
la barbarie de los pueblos americanos; he ahí uno de esos tópicos sin control, umversalmente aceptados;
y falso, como el corazón del mundo que lo adopta;
desde el Hombre de Estado, corrompido y corruptor, hasta el gacetillero ignaro, famélico y audaz, os lo repetirán cuantas veces de nuestra América se hable...
pueblos de tumultos...
pueblos en Guerra...
pueblos bárbaros...
¡sentencia inapelable de semitas en hartazgo!...
¿quién ha protestado nunca contra ella?
nadie;
y el veredicto insultante permanece inapelado;
¡cobarde resignación, que nos hace casi merecerlo!...
y ese veredicto, no es sin embargo, sino un postulado de la ignorancia, en contubernio vergonzoso con la audacia;
y la plaga de los sabios, que no es escasa en Europa;
la legión de los psicólogos, de los sociólogos, de los etnólogos, de los historiógrafos; ¿dónde está, no para disculpar, sino para explicar éste fenómeno de nuestra instabilidad política, de nuestra excitabilidad guerrera, de nuestra adolescencia tumultuosa y heroica, que hace aparecer cada uno de esos pueblos nuestros, como una especie de David nubil, con la honda tesa, y el guijarro asesino entre las manos?
los sociólogos pululan, pero sociólogos de agua dulce, que parecen tener el horror del mar, y no se atreven a atravesarlo, siquiera en espíritu, para estudiar los pueblos que calumnian;
no me refiero a los Colones estipendiados, descubridores con pingüe salario, que el oro de los empresarios argentinos, o argentinizados, lleva en giras tenorescas, en unión de beluarios y cantores, a contemplar el feérico miraje de Buenos Aires, encantador espejismo de progreso, alzado entre dos desiertos, el de las aguas y el de las pampas;
los que esos Balboas verbales y verbosos, viajeros en las carabelas de la vanidad, han descubierto, ya lo hemos visto en páginas de un exotismo pecuario, y de una riqueza pastoril, capaz de hacer llorar de ternura, al señor Estanislao Zeballos, la más encantadora alma vacuna, que haya nacido jamás en las riberas del Plata;
me refiero a los escritores serios, no puestos a gajes del esnobismo ambulante;
¿ por qué ellos no han explicado al mundo, el por qué de la instabilidad de nuestras democracias en fermento?
si la Europa, suspendida entre el miedo y el hartazgo, tuviera el tiempo de estudiarnos...
si vueltos los ojos a las fuentes de la historia nos juzgara, según los dictados de la filosofía histórica...
ella, diría entonces, que ese período de agitación guerrera, que se nos critica, es un fenómeno de dinámica social, inherente a los pueblos jóvenes, de los cuales, somos hoy, nosotros, los únicos representantes sobre la tierra;
fenómeno de adolescencia política, que han atravesado todos los pueblos del Mundo, antes de ser adultos;
la guerra civil;
no es el caso de remontar el río de la historia, hasta sus fuentes primitivas, y hallar las papones de mi decir en los primeros pueblos de la tierra, ni en la pompa majestática de los grandes imperios de Asia, en el corazón de las civilizaciones que brillan en las lejanías históricas, sobre las riberas del Ganges y del Nilo, y en el silencio luminoso de los valles mesopotámicos, ni siquiera en las laderas más cercanas de nuestra civilización, como la era de las repúblicas griegas y de las conmociones romanas;
ni de Aristogitones, ni de Gracos, he de haber necesidad, para casos de argumentación;
bástame con la Europa, y de la, época medioeval acá;
y a ella de referirme hé;
¿cuánto duró la última guerra civil en Inglaterra, antes de esta última rebelión de los ustlers?
cien años ...
y, ¿cómo se llamó?
tuvo el nombre perfumado de: «las dos rosas»;
encantador ¿verdad?
¿no veis esa rosa ensangrentada que luce en la mano de Cromwell?
es la cabeza de Carlos I...
pasad, pasad...
tal vez podríais tropezar con algo, que semejara una rosa blanca, caída en un lago de sangre;...
la cabeza de María Estuardo;
¿y de Francia?
¿ cuántos siglos se agitó en la guerra civil, hasta el día en que Luis XI, dió en tierra, con el duque y con el ducado de Borgoña, realizando la unidad nacional?
¿ cuántos siglos?
pasad por sobre el reinado de los Médicis, y por las dragonadas...
las sombras de nuestros más audaces dictadores, podrían palidecer de envidia...
suprimid la revolución francesa...
la paz bajo Bonaparte;...
las jomadas de julio...
el dos de diciembre...
la Comune...
¿ hubo guerras civiles antes de las de América?
parece que sí...
y no creo que sea nuestro ese brevet de invención...
¿ cuántos siglos se agitó la España en guerra civil, antes de los reyes católicos?
¿y las repúblicas italianas?...
¡sombras de Dante y Maquiavelo!
sombras pacíficas no son...
y, porque atravesamos ese período de adolescencia guerrera, que todos los pueblos de la tierra han atravesado antes de nosotros... se nos llama bárbaros...
no que yo defienda la guerra civil como una institución; pero me la explico, como un fenómeno ya monótono en la Historia;
es un enunciado ya viejo en ciencia histórica, esto de que las guerras civiles son el alba de las guerras internacionales, como éstas son la aurora roja, que precede a la formación de las grandes nacionalidades;
y ese es el período de evolución nuestro;
las guerras civiles, terminarán entre nosotros, cuando las guerras internacionales hayan hecho su aparición;
y, éstas, precederán al surgimiento de las grandes nacionalidades, de las grandes hegemonías, que han de formarse al Centro y al Sur de América, por veredicto inapelable de la necesidad;
el instinto, que suple al Genio, en los animales inferiores, ha hecho ver esto, a los políticos de los Estados Unidos, y por eso ponen todo su empeño armado, en evitar que esas democracias jóvenes, realicen el ciclo guerrero de la evolución;
porque la aparición de grandes pueblos, al final de esa avenida de batallas, estorbaría sus designios del futuro;
por eso fingen horror a la guerra, haciendo la guerra misma;
es el estado actual del mundo; hacer la guerra, apostrofándola;
la Libia, Marruecos, México, llenos están de esos clamores;
los apostrofes contra la guerra, llenan las bocas de los vivos, en los Parlamentos, y sella los labios de los muertos, en los campos de batalla;
¿por qué esa hipocresía?
porque el mundo no tiene ya, ni el valor de sus delitos...
el horror a la guerra, es el síntoma de decadencia de las razas, y de los pueblos, que declinan ahitos de bestialidad;