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Este libro tiene el valor excepcional de recoger de manera clara, directa e históricamente exacta el enorme esfuerzo, la dedicación y entrega a la obra transformadora de la ganadería nacional del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz desde el inicio de la Revolución, basado en los más elevados valores científicos y morales que se expresan en los testimonios de sus autores y colaboradores.
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Seitenzahl: 258
Veröffentlichungsjahr: 2024
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La edición e impresión de este libro, fue posible por el financiamiento hecho por el grupo de solidaridad Cuba Sí de Alemania, que nos acompaña desde hace más de 25 años en la reanimación del sector lechero cubano, la Feria Internacional del Libro en el Complejo Parque Morro Cabañas de La Habana y otros intercambios, donde su solidaridad militante siempre está presente.
©Autores. 2017
©Sobre la presente edición
Asociación Cubana de Producción Animal. ACPA, 2024
Diseño:Israel de Jesus Zaldivar Pedroso
Edición y corrección de estilo:Dr. C. Jorge Luís Álvarez Calvo
Conversión a ebook:Grupo Creativo Ruth Casa Editorial
ISBN:9789593071246
Editorial Asociación Cubana de Producción Animal, 2024 Calle 10 # 351 e / 15 y 17, Plaza de la Revolución, La Habana, Cuba
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Este libro tiene el valor excepcional de recoger de manera clara, directa e históricamente exacta el enorme esfuerzo, la dedicación y entrega a la obra transformadora de la ganadería nacional del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz desde el inicio de la Revolución, basado en los más elevados valores científicos y morales que se expresan en los testimonios de sus autores y colaboradores.
El documento que se nos ofrece recrea en su texto y numerosas fotos, la evolución de la ganadería cubana avícola, porcina y bovina desde la etapa de la seudorepública hasta fines de la década de los 80 del siglo pasado. Resalta la instrumentación de los primeros planes de desarrollo ganadero, la incorporación a éstos de las técnicas más avanzadas existentes en el mundo, la creación y desarrollo de las instituciones de investigación que darían soporte científico técnico al sector, con prioridad a la formación del personal. Finalmente recoge de manera sintética, sus últimos esfuerzos personales hacia el desarrollo y utilización de especies proteicas de gran valor para la alimentación ganadera.
En sus nueve capítulos se evidencia la ocupación permanente y personal de Fidel para garantizar la alimentación del pueblo a través del desarrollo agropecuario, particularmente de la ganadería. Se precisan aspectos claves de ese quehacer mediante los testimonios y entrevistas a varios protagonistas de estos empeños, así como pronunciamientos e ideas del propio Fidel, expresadas en numerosos discursos, entre ellos:
• la organización y estructuración de grupos de trabajo y organismos, incluido el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), para garantizar la materialización institucional de esa transformación• la incorporación de los programas vitales a los planes ganaderos que se iban creando, para lograr el desarrollo acelerado que se requería: la inseminación artificial, la transformación genética de la masa, la introducción y el desarrollo de pastos y forrajes mejorados, así como los diferentes programas de alimentación y de salud animal• la formación especializada, en sus diferentes ámbitos de actuación, del capital humano necesario para ese desarrollo: los obreros, técnicos, profesionales e investigadores• la creación bajo su dirección, en la década de los 60 del siglo pasado, de los centros de investigación para las diferentes especialidades tales como: la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey en marzo de 1962; el Instituto de Ciencia Animal (ICA) en 1964-1965 y el Centro Nacional de Salud Animal, hoy Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (Censa) en 1969.Sirva este documento, fruto de la labor de un colectivo de autores y colaboradores que tuvieron el privilegio de compartir de cerca los sueños y esfuerzos de Fidel, para perpetuar de forma muy sintética, su inmensa obra y que logró en la rama ganadera.
José M. Miyar Barruecos
La ganadería vacuna representaba una de las actividades con mayor tradición y arraigo en el sector agropecuario cubano a inicios del siglo XX. Tras el fin de la Guerra de Independencia, el número de cabezas de ganado vacuno no llegaba a 400 mil, aunque estos datos carecían de confiabilidad, al tratarse de conteos por declaración, en una época que no había condiciones para realizar un censo. El crecimiento que se reportaba no se correspondía con la posible reproducción del rebaño y las importaciones. En esta etapa se concedieron facilidades para la importación desde los Estados Unidos y otros países de la región caribeña. En la década de 1920 diversas estadísticas registraron un total por encima de los cuatro millones cabezas de ganado vacuno (Tabla 1).
Tabla 1. Existencia de ganado vacuno
Año
Existencia
(Miles de cabezas)
Observaciones
1862
1 240.9
1894
3 070.5
1899
376.6
La guerra significó una pérdida de casi tres millones de animales
Censo 1906
2 570.5
Censo 1946
4 115.7
Censo 1967
7 172.2
Récord
Este incremento se estimuló por las necesidades creciente de bueyes para la agricultura cañera, y la de caballos para el transporte. Pero a pesar del aumento de la masa vacuna, Cuba realizó cuantiosas importaciones de productos de origen animal para abastecer la demanda interna, como el tasajo, bacalao y diversos productos del cerdo provenientes de Estados Unidos.
El negocio de la ganadería vacuna se favoreció por los aranceles proteccionistas de 1927 y la crisis económica mundial durante la década de 1930. A medida que disminuyeron las importaciones de proteína animal, la producción nacional logró retener en gran medida el mercado interno. Paralelamente, el incremento del empleo de tractores o camiones contribuyó al reemplazo de la tracción animal y a una mayor disponibilidad de reses con destino a la alimentación.
La ganadería vacuna fue el sector predominante, con unas 90 mil fincas dedicadas a las diferentes fases de esta actividad. El grupo más numeroso fue el de los criadores, quienes mantenían a los animales desde el nacimiento hasta el primer año. Luego existió el sector intermedio de los mejoradores y por último el de los cebadores, grupo más reducido, que controlaba la mayor parte de las tierras y de la masa vacuna del país. Un núcleo de 335 fincas grandes destinadas a la ceba del ganado, era el que tenía el verdadero control del negocio de la carne, además de contar con gran influencia en la política y la economía nacional. Fueron sus representantes los que dominaban en la Asociación Nacional de Ganaderos de Cuba, una entidad surgida en 1939 y de colegiación obligatoria, al menos en el papel, para todos los ganaderos del país.
El panorama fue parecido años antes del triunfo revolucionario. Así, la distribución desigual de la propiedad agraria era manifiesta. La tenencia de la tierra antes de la aplicación de la Primera Ley de la Reforma Agraria promulgada en mayo de 1959 indicó que sólo 1% de las fincas poseían 47% del área total del país (Tabla 2).
Tabla 2. Distribución de la tierra por tipo de propietario en 1958
Cantidad de fincas
Participación (%)
Área promedio (ha)
Área total (Mha)
Porcentaje del área total
147 189
92.3
18
2 629
29
10 475
6.5
209
2 194
24
1 336
1.0
3 184
4 254
47
159 000
100.0
57
9 077
100
Fuente: Instituto Nacional de Reforma Agraria (1959)
En igual período, unas 40 empresas ganaderas grandes sumaban 73 mil caballerías (978 200 ha). Es así como se identificaron estratos sociales bien definidos en la agricultura cubana, entre ellos:
• Terratenientes latifundistas y grandes propietarios• Terratenientes medianos propietarios• Pequeños propietarios de fincas• Campesinos no propietarios.Los obreros agrícolas o jornaleros, representaban alrededor del 50% de la población económicamente activa.
La alta concentración de tierras y de ganado vacuno, convertían esta actividad en uno de los símbolos de la estructura latifundista prevaleciente en el agro cubano. Se sumaba una pobre aplicación de la técnica para sistemas de manejo más intensivos. Después de la Segunda Guerra Mundial se dieron pasos en ese sentido, con la extensión de pastos artificiales y la introducción de sementales seleccionados para la mejora de las razas.
Las ferias ganaderas tuvieron un auge considerable como escenario para exponer los avances del sector, aunque sus objetivos podían estar más ligados a la competición social que a los propios fines productivos (Foto 1).
Foto 1. Ejemplares premiados. Banquetes como actividades sociales predominantes. Feria Ganadera de Sancti Spíritus, diciembre de 1947. (Fuente: Museo Sancti Spíritus).
El rodeo ganó atracción por las multitudes. Desde el surgimiento de las Ferias tuvo su espacio, y para muchos, se convirtió en el deporte de los ganaderos cubanos (Foto 2). De igual manera, guateques y controversias ganaron arraigo popular: la décima fue y es parte importante de la espiritualidad. Mujeres y hombres, infantes, adolescentes y ancianos de nuestros campos, encontraron en ella la motivación necesaria para enfrentar la alborada de un nuevo día, acompañar al almuerzo y al ocio de la noche antes del descanso reparador a los desgastes físicos del día. Canturías y guateques de fines de semanas y días festivos eran bálsamo a las dolencias de la vida. Asombra la versatilidad, la métrica y la elegancia de los versos en personas de baja escolaridad pero con gran talento.
Foto 2. Equipo de vaqueros. Participantes en la Segunda Feria Ganadera de 1939, primera de carácter nacional. Controversias como complemento a estos espectáculos. (Fuente: Museo Sancti Spíritus).
Existían vaquerías para la producción de leche alrededor de La Habana y otras poblaciones, que presentaban un panorama favorable. Pero quedaba mucho por hacer, principalmente, en cuanto a la aplicación de la ciencia a la ganadería lechera intensiva.
La ganadería, por el volumen de sus producciones en el contexto de la década de los 50, contaba con un segundo puesto sólido, detrás del azúcar. Se consideraba que era uno de los ámbitos más prometedores y con mayores potencialidades de transformación a partir de la aplicación del conocimiento científico y la tecnología. Existía un fuerte consenso sobre la necesidad de transitar hacia sistemas intensivos y liberar tierra para la diversificación de la agricultura y fuerza de trabajo para los proyectos de industrialización.
Los avances en ganadería de razas carniceras tenían que ver con la mejora de los ejemplares, que incluía la venta de sementales en el ámbito nacional y el de los grandes ganaderos de la región caribeña, el incremento de la siembra de pastos artificiales, como pangola (Digitaria decumbens) y el empleo de mieles finales en la alimentación.
Asimismo, se procuraba la creación de nuevos mataderos y frigoríficos para disminuir la dependencia de las empresas que controlaban el mercado de La Habana. Los productos extranjeros se incrementaron en la redes de distribución (Foto 3). Pero estos logros individuales no cambiaban el escenario de una ganadería extensiva, dependiente de los pastos naturales.
Foto 3. Primer centro refrigerado comercial para la distribución de carnes que se tenga noticias en Sancti Spíritus, 1920 (izquierda). Equipos refrigerados de la Compañía Cárnica Madrigal S.A. 1940. La Libbys, firma norteamericana de conserva, insertaba mercado junto a La Nestlé (Suiza) y Nela. 1955-1957. (Fuente: Museo Sancti Spíritus).
En el diagnóstico del estado de la ganadería lechera, se mencionaban aspectos como el auge de la brucelosis, con natalidad de apenas 50%, junto a otras enfermedades transmitidas por garrapatas; la carencia de pastos buenos; la anarquía en el mestizaje o la selección de los ejemplares; las prácticas sanitarias deficientes; la ausencia de equipos de refrigeración en las zonas productoras; la carencia de equipos modernos de ordeño y la preparación deficiente para enfrentar las sequías.
Las estadísticas en otras producciones de origen animal, mostraban un lugar muy por debajo de la ganadería vacuna y mayor dependencia de importaciones, principalmente desde los Estados Unidos. El ejemplo más notable era el de la ganadería porcina.
El tratado de reciprocidad comercial con Estados Unidos firmado en 1934 representó un incremento en la importación de productos del país vecino y en particular la manteca de cerdo. Prevaleció la idea de que el clima subtropical de Cuba no era favorable para estas producciones. Un estudio en 1958 calculó que esas importaciones equivalían a más 5 500 000 de cerdos que se dejaban de criar cada año en el país.
En la rama avícola hubo algunos avances en la segunda mitad de la década de 1950, aunque en medio de una fuerte dependencia de la avicultura estadounidense. El consumo per cápita de huevos por año se situaba entre 40 y 50 unidades, con tendencias a la sustitución de las importaciones en la segunda mitad de esa década.
Era evidente la necesidad de una verdadera y profunda revolución social; las condiciones estaban creadas y su líder ya se hacía sentir.
Fidel ha sido un hombre libre y a la vez esclavo. Libre por su autonomía, sus principios, sus pensamientos y su obra; por haber decidido enfrentar poderosas fuerzas y mantenerse siempre erguido de forma estoica; pero a su vez, ha sido esclavo de su pueblo, la revolución, sus ideas y las causas justas.
Fidel es cubano con ciudadanía planetaria porque es bienvenido y vive en todos los países. No soy de nadie y me debo a todos. El sacrificio es el guardián del triunfo, y a éste sólo acceden los autorizados. Es un ser atemporal y adimensional, que lo convirtió en un blanco invisible a los más de 600 vergonzosos planes fallidos, orquestados por la CIA para asesinarlo. Para Fidel, entre la palabra y los hechos, no media ni espacio ni tiempo. No usaba chaleco antibala, porque siempre lo acompañó un chaleco antimisil invisible hecho de moral.
R. Faure*
* Roberto Faure García (R. Faure). 100 frases a Fidel
Doctor en Medicina Veterinaria. Investigador titular del Censa. Fundador y profesor adjunto de la Universidad Agraria de La Habana. Doctor en Ciencias Veterinarias.
La Historia me Absolverá, alegato de autodefensa asumido por Fidel el 16 de octubre de 1953 en el juicio por los sucesos de los ataques a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en Santiago de Cuba y Bayamo, respectivamente, es documento histórico, y una denuncia de los males de la Cuba de ese entonces (Foto 4). Sentó bases y constituyó un programa político de avanzada. En él se resumieron los seis problemas fundamentales: el de la tierra, la industrialización, la vivienda, el desempleo, la educación y la salud (Foto 4).
Foto 4.Insalubridad, malnutrición, analfabetismo y desalojo: el pan nuestro de cada día en los campos cubanos antes de 1959. Fotos Archivo.
…nuestro líder histórico habló de los 700 000 cubanos desempleados, atacó los sistemas deficientes de salud y educación, y afirmó que 30% de los granjeros de Cuba no sabían escribir ni sus propios nombres. Diría que 85% de los pequeños agricultores cubanos pagaban rentas y sufrían la amenaza perenne del desalojo, cuando más de la mitad de las tierras mejores estaban en poder de compañías extranjeras y una gran proporción de la población era analfabeta.
Señaló también, que 400 000 familias del campo y la ciudad vivían hacinadas, casi dos millones y medio de la población urbana pagaba alquileres cuantiosos por las casas que ocupaban y 90% de los niños del campo eran devorados por los parásitos.
LA HISTORIA ME ABSOLVERÁ 16 de octubre de 1953
Foto 5.Cuba conoce sus penas, sus dolores, sus causas y sus remedios. Fidel Castro Ruz. Fuente: Archivos, revista ANAP.
La Reforma Agraria se incluyó en la Constitución de la República de Cuba de 1940, aunque nunca se instrumentó ni aplicó.
El Congreso Campesino en Armas celebrado en la Sierra Maestra en 1958 (Foto 6) fue una de las primeras acciones que beneficiaron a los hombres del campo. LaJusticia Agrariacomenzó en este territorio y en el propio año, con la entrega de tierra a los campesinos que la trabajaban, mediante la Ley No.3 del Ejército Rebelde, firmada por Fidel el 10 de octubre de 1958. En noviembre y diciembre de ese año, la ley se extendió a los territorios liberados del Segundo Frente Oriental Frank País y a Las Villas, por los comandantes Raúl Castro, Ernesto Guevara y Camilo Cienfuegos.
Foto 6. Congreso campesino en armas. Sierra Maestra. Raúl Castro Ruz, Vilma Espín Guillois (†), Augusto Martínez Sánchez, José (Pepe) Ramírez Cruz (†) y otros. Fuente: Archivos revista ANAP.
El tema de la ganadería se convirtió en una fuente de conflictos con la concreción de los planes de Reforma Agraria postulados por la Revolución de 1959. Se advierte que la gran mayoría de los propietarios de tierras ganaderas eran nacionales, algo que contrastaba con la agroindustria azucarera, si bien en la década de los años 50 se incrementó la participación de capitales estadounidenses, como ocurrió con las inversiones del King Ranch, de Texas, para la cría de ganado Santa Gertrudis en Cuba.
Primera Ley de Reforma Agraria.17 de mayo de 1959. Impuso un límite de 30 caballerías (400 ha), y en casos excepcionales hasta 100 caballerías (1 342 ha). El grupo de los grandes cebadores perdió su antigua primacía y gran parte se opuso de inmediato a los cambios agrarios que se iniciaron (Foto 7). Las primeras maniobras concretas en contra de esa ley provinieron de esos grandes ganaderos, quienes propusieron un límite mínimo de 400 caballerías (5 368 ha). Los propietarios que controlaban la Asociación Nacional de Ganaderos, en oposición a la Reforma Agraria, intentaron involucrar a medianos y pequeños ganaderos, pero la gran mayoría de los casos, se sumaron a los esfuerzos del nuevo gobierno por transformar la estructura de la actividad y sus condiciones económicas y sociales.El 23 de junio de 1959 se dispuso la intervención de los latifundios ganaderos de más de 100 caballerías (1 342 ha) en Camagüey, mediante la Resolución No. 2 del INRA.
Foto 7.Se firmó la Primera Ley de Reforma Agraria el 17 de mayo de 1959. Se fundó el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), presidido por el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz y Antonio Núñez Jiménez(†), director ejecutivo. El organismo se creó con plenos poderes y jurisdicción propia para la aplicación de la Reforma Agraria. Se entregaron los títulos de propiedad con gran repercusión política y social en el campesinado cubano. Fuente: Archivos revista ANAP.
En una concentración popular que se efectuó en la capital de esa provincia, se disolvió la Asociación de Ganaderos el primero de julio de 1959. Se fundó la Asociación de Ganaderos Libres, que apoyó la Ley de Reforma Agraria firmada por Fidel.
Segunda Ley de Reforma Agraria. 1963. Se limitó a cinco caballerías (67 ha) como máximo de tierras por propietario. Esto afectó al grupo de 6.4% de las fincas que poseía 52.5% de las tierras, y desapareció ese sector intermedio donde quedaban muchos ganaderos privados.
Fidel siempre mantuvo un gran interés por desarrollar la ganadería y que la mayoría de las personas conocieran en detalles la producción de leche. En 1961 dispuso la construcción de seis pequeñas naves en la Plaza Cívica para mantener ocho vacas en ordeño en cada una de ellas, alimentadas con forraje fresco y algo de pienso. Sostener todo esto requirió un gran esfuerzo, pero a pesar de todo, fue un éxito porque los habitantes de la capital, vieron y comprendieron los esfuerzos que se requieran para producir leche durante cuatro a seis meses (Foto 8).
Foto 8. Desde la fundación del INRA empezó el apoyo popular a la decisión revolucionaria. En la Escuela de Agronomía de la Universidad de La Habana se organizó una exposición de maquinaria agrícola en coordinación con el INRA y se impartieron conferencias y cursos sobre reforma agraria y administración de cooperativas. En la Plaza Cívica se organizaron exposiciones y actividades en apoyo a la Reforma Agraria. En el Capitolio Nacional se impartieron seminarios y conferencias, lo que permitió que se involucraran al proceso de transformación de la agricultura los estudiantes y otros revolucionarios.
La tenencia de la tierra se transformó continuamente con la aplicación de la Reforma Agraria, las sanciones por actividades contrarrevolucionarias y después, con el abandono del territorio nacional de los grandes latifundistas. Las principales consecuencias para el proceso organizativo fueron:
• Supresión del latifundio y de la tenencia foránea de la tierra• El campesinado como grupo social y como productores• Surgimiento de un sector socializado agropecuario, mediante la colectivización de las tierras, y su organización en cooperativas primero y como granjas estatales después• Creación de las Zonas de Desarrollo Agrario (ZDA) con fines de aplicar la Reforma Agraria.Todo este proceso dejó una impronta muy dinámica en la organización agropecuaria. Su esfera económica transitó por un sector privado, formado por la burguesía agraria poseedora de tierra aún no afectados por la primera ley agraria, y el campesinado, integrado por propietarios de menos de 67 ha, asociaciones campesinas como organismos de base de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) (Foto 9), las primeras Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS) formadas principalmente entre tabacaleros de Pinar del Río y Las Villas, y las sociedades agropecuarias.
Foto 9. Antonio Núñez Jiménez (†), entonces Director Ejecutivo del INRA y José Ramírez Cruz (†), primer presidente de la ANAP, 17 de mayo de 1961. Fuente: archivos revista ANAP.
Por otra parte, se encontraba el sector socializado, cuyo primer subsector, se constituyó a partir de las tierras cultivadas, afectadas por la Primera Ley de Reforma Agraria y otras áreas confiscadas. Los primeros latifundios ganaderos, intervenidos en el segundo semestre de 1959, se preservaron en su organización tradicional y se subordinaron al INRA como fincas de administración directa, de hecho, Granjas Estatales (Foto 10). El resto de las áreas se organizaron como cooperativas de mediana a gran escala.
Foto 10. La luz de la enseñanza se repartía para todos los necesitados y los agradecidos. Miles de los alfabetizados se formaron como técnicos del sector agropecuario. Se continuaban proyectando los sueños del mañana. Fidel en Valles del Caujerí. Fotos: Archivos revista ANAP.
Militó en el grupo de los impacientes y militó en el bando de los apurados y en el de los que muchas veces tratan de hacer más de lo que pueden. Haga cada cual la parte que le toca y la obra será invencible. Fidel
La Administración General de Granjas del Pueblo se constituyó el 12 de enero de 1961. Comenzaron a funcionar la Administración General de Granjas Cañeras y la Administración General de Fincas.
Entre 1959 y 1963 se constituyeron otras estructuras en el INRA, entre ellas, instituciones de investigación y extensión, relevante para la ganadería: la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey y el Laboratorio de Investigación y Producción Veterinaria, encargado de elaborar y vender productos veterinarios e investigar sobre enfermedades infectocontagiosas.
Comenzó la transformación tecnológica de la producción pecuaria. La estructura funcional del INRA en el ámbito de las regiones contaba con las ZDA y las delegaciones provinciales, ejemplo de ellas, son las dos que a continuación se reseñan.
ZDA PR-4. INRA. 1960. Guane, Pinar del Río. Se estableció en una de las zonas menos desarrolladas y en áreas de los latifundios que se intervinieron. Se construyeron y pusieron en producción dos Granjas Avícolas de madera y guano para la ceba de pollos, con 32 naves, de 6 x 92 metros cada una, aproximadamente. Fue una tarea que orientó el INRA para el incipiente desarrollo avícola.
Zona PR-2, San Cristóbal, Pinar del Río. Se construyó una cochiquera para la reproducción y ceba de razas porcinas especializadas importadas, de las cuales se trasladaron animales pies de cría para la zona PR-4. Estas importaciones fueron precursoras del programa porcino nacional que se desarrolló posteriormente.
Las visitas frecuentes de Fidel y el apoyo material a las ideas concebidas por la Delegación del INRA en Pinar del Río, permitieron que en menos de tres años se transformara en una zona de producción vacuna, avícola, porcina y agrícola, mediante la construcción de instalaciones pecuarias e industriales y la importación de pies de cría de distintas especies desde Estados Unidos, principalmente.
Hasta julio de 1962, se construyeron tres vaquerías para 1 000 vacas estabuladas con ganado importado, ordeño mecánico y se comenzó la inseminación artificial, tres cebaderos para toros en condiciones de estabulación, fábrica de pienso para los sistemas pecuarios intensivos, la Ciudad Industrial, que quedó en proceso, destinada a la producción de pastos deshidratados (pellets, galletas de yerba y harinas) para alimentar a la población pecuaria en desarrollo. Se fomentó la siembra de pastos y forrajes a gran escala.
Fidel, como presidente del INRA, orientaba las tareas directamente a los delegados de las provincias mediante reuniones y recorridos por los territorios y áreas en desarrollo. Creó el Plan de la Tecnificación Ganadera en La Habana, en 1964, con el objetivo de impulsar la siembra de pangola y otros pastos en fincas de los campesinos en el Centro y Norte de la provincia, utilizando fundamentalmente, jóvenes graduados de los institutos tecnológicos agropecuarios, creados en esos años.
Según testimonio de Roberto Damián Alfonso (†), primer secretario del Partido Unido de la Revolución Socialista Cubano (PURSC) en la región San José de las Lajas, La Habana, Fidel orientó en 1965 un programa cunícula de más de 20 conejeras, 15 de ellas en San José, con el propósito de crear fuentes de empleo para las mujeres y abastecer de carne a un restorán El Conejito que se debía construir en cada una de las seis provincias. Se creó también un taller en Santa Cruz del Norte, para utilizar la piel de los conejos sacrificados en la elaboración de objetos útiles por mujeres artesanas. Ese programa se ejecutó de manera rápida y persiste actualmente.
En los primeros años de la Revolución, el Comandante en Jefe solía visitar, tarde en las noches y muy frecuentemente, la Universidad de La Habana. El objetivo era pulsar la opinión de los estudiantes y profesores sobre la marcha de la Revolución y ampliar la comprensión sobre las medidas que se tomaban.
En el transcurso de estas conversaciones, los estudiantes de la carrera de Economía expresaron que en el Plan de Estudios no se enseñaba suficientemente la economía cubana, mientras se ampliaba en el estado de las economías de otros países, entonces socialistas. Ante esas ideas, Fidel propuso que profesores y estudiantes de las carreras de Contador Público y de Economía Política se organizaran en grupos para acometer estudios sobre los diferentes sectores de la economía cubana y también de su evaluación global: los denominó Equipos de Investigaciones Económicas.
A la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), a la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y a los dirigentes y profesores de la Universidad de La Habana, les correspondió presentar una propuesta sencilla de la organización de los grupos de trabajo, los sectores económicos que parecía razonable dividir la economía nacional para su estudio, y las preferencias de inserción que tendrían los estudiantes. Todos los que tenían un vínculo laboral se trasladarían para trabajar a tiempo completo en estos perfiles y continuar los estudios.
Los becarios se integraron a estos equipos y comenzaron a percibir un salario mínimo. A solicitud de Fidel, cada grupo tuvo alrededor de 12 compañeros.