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«La voz de las horas» (1910) es una recopilación de textos filosóficos y máximas de José María Vargas Vila, donde el autor expresas sus ideas sobre el arte, la originalidad, la naturaleza del artista o cuestiones filosóficas trascendentales como la muerte o la existencia de un ser todopoderoso.
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Seitenzahl: 166
Veröffentlichungsjahr: 2021
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José María Vargas Vilas
CUARTA EDICION
Saga
La voz de las horas
Cover image: Shutterstock
Copyright © 1910, 2021 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726680515
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
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This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
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Con este libro, se publica, por primera vez, en España, una obra de ese raro y exquisito pensador: Vargas Vila .
Este escritor, que en la América, goza de la más extensa y alta nombradía que un escritor pueda gozar, y junto con la admiración más viva, despierta los más apasionados comentarios, y que en Europa, traducido a extrañas lenguas, tiene lectores fervorosos, especialmente en Italia y en Alemania, no es en España, ni bastante leído, ni bastante conocido a causa de no haber sido nunca editado en ella, y de que sus obras todas impresas en París, no han estado, por sus precios, al alcance de nuestro público.
No con eso, decir queremos, que Vargas Vila, sea desconocido en España. No tal. Bien sabemos que las más altas intelectualidades y los más cultivados espíritus, tienen conocimiento de él, y que los jóvenes inteligencias, especialmente los de la Corte, donde residió algún tiempo, le tributan una cariñosa y respetuosa admiración. Pero, la circunstancia de ser este escritor, un solitario, un espíritu hosco, dado a la meditación y al aislamiento, poco inclinado a ponerse en contacto con los otros, y de un difícil acceso personal, ha hecho que de los frutos mentales de su estancia en Madrid, apenas haya gozado un círculo muy restringido, de intelectuales fervorosos que nos cuentan maravillas de la irresistible fascinación de aquel espíritu y del encanto y la seducción de su palabra arrebatadora y conquistadora; pero, el gran publico, o lo ignora o lo conoce incompletamente, ya por referencias espirituales, más o menos apropiadas, ya por citas de cosas suyas, no siempre pertinentes, ya por alguna que otra crítica apasionada, de los incomprensivos de su genio; pero su personalidad, en general, no ha sido aún bien revelada, ni estudiada en España.
Con este libro, no hacemos una revelación, que es ya tarde para eso, pero sí queremos poner al público español en contacto con uno de los más atrevidos y vigorosos pensadores de nuestra raza, y uno de los escritores, lleno de más encanto y originalidad entre los conductores del pensamiento contemporáneo, en el mundo.
Leer «La Voz de las Horas», es hallar toda la razón de lo que hemos dicho.
Sólo los pensadores alemanes, de más alto vuelo, nos han dado libros semejantes a éste; pero sin la gracia exquisita y el perfume de espiritualidad refinada y musical que este alto pensador pone en el suyo.
En cuanto al relieve y el vigor de sus pensamientos, que parecen a veces paradojales, a fuerza de ser enormes, dejamos al lector que sea el único juez de ellos, así como de las doctrinas de su Filosofía, y de su Estética, que van más allá de todo convencionalismo, en un vuelo de valor inconmensurable y alentador para los espíritus no aletargados, y libres de todo servilismo mental.
El editor.
Vivir sin Esperanza, debe ser una gran desventura; pero, morir sin Esperanza ¿no es una desventura aun mayor?...
*
La Muerte, es el único Triunfo que no ambicionamos, y, sin embargo, es el que los encierra todos.
*
El servilismo, es pasión tan incurable en el Hombre, que aun en el momento de la suprema Libertad, que es el de la Muerte, tiene necesidad de crearse más allá de la tumba, la ficción de un Imperio, y, la necesidad de un Amo, para temblar ante él.
*
Los paisajes decorativos, que consuelan nuestras nostalgias de lo maravilloso, ¿por quién fueron evocados del fondo de nuestro corazón, sino por aquellos grandes escenógrafos de la Belleza, que se llaman los Poetas?
el despertar armonioso de nuestras sensaciones, llenas de cosas inmemorables y visiones del futuro, fué siempre a un Poeta exquisito, a quien lo debimos;
las telas de nuestros grandes sueños, han sido siempre bordadas por las manos prestigiosas de esos mágicos evocadores de nuestros deseos inagotables y, de nuestros sueños, más inagotables todavía.
*
Es propiedad de los grandes actores políticos, poder alzar hasta las alturas del Drama, las más abyectas farsas de su oficio.
*
No poder decir su propia Idea sino a través de las ideas de los otros, es la desgracia de los escritores gregarios, agrupados en cenáculos y, en escuelas: la promiscuidad, destruye la originalidad.
*
No hay como una necedad dicha a tiempo, contra un hombre de genio, pour réjouir un cœur qui haït la Vérité, como dijo otro. El triunfo momentáneo de ciertos libros de crítica se explica así. Hay gentes que tienen el odio del Sol, y besarían voluntarias las manos de los salvajes de Oceanía, que tienen la costumbre de flecharlo.
*
Las épocas de decadencia literaria, se han marcado siempre por su odio violento a toda originalidad. Los grupos aparecen y las personalidades se eclipsan. El pensamiento se hace colectivo. El Individualismo es proscrito, como disociador. Las galeras de la Intelectualidad, remontan río arriba, río arriba, hacia las épocas lejanas, hacia las fuentes de la lengua madre, pura, como todo arroyo, en sus vertientes. Y, la época se hace clásica: La Imitación impera, el academicismo reina, el talento florece. Esas épocas, lo tienen todo; todo, menos, el Genio. Los jardines del clasicismo, no han dado nunca esa flor.
*
No es espíritu verdaderamente fuerte, aquel que por amor al sortilegio de ciertas ideas, se agarra al estandarte de la Tradición, como Ulises, temeroso de ser seducido por el canto de las sirenas, se hacía amarrar al mástil de su navío. El verdadero nauta, hecho a dominar el mar, desprecia tanto la furia de las olas, como su halago, y, no ve en el canto de las sirenas, sino un escollo más para vencer.
*
Ser herméticos y, suaves, como la sinfonía que suena tras las rejas, en un coro cerrado de novicias, es el encanto de ciertos poetas crepusculares, que se dirían hechos de nubes y, de cánticos, hermanos gemelos de la tarde, diáfanos, musicales y, luminosos, como una estrella lírica, a la cual le fuese dado cantar en el corazón de la Noche. El Príncipe de esos Poetas, del Misterio y, de la Soledad, ¿no os parece George Rodenbach?... Alma claustral, llena de tristezas y, de reflejos, como las aguas de un canal dormido, donde pasara un vuelo de cisnes... Alma hecha de cosas exquisitas y dolientes, como una agonía de rosas: se diría un paisaje nostálgico en el crepúsculo. Nadie mejor que él, ha sabido decir la poesía inmaterial, que se desprende del alma incomprendida de las cosas, y, el silencio anonadado de los corazones;
ese Poeta, ¿no os parece el ruiseñor de los beateríos flamencos, posado en el alero de un claustro, desgranando sus notas de cristal sobre las tocas blancas de las monjas, que desfilan, en el crepúsculo, fantásticas y, lentas, como un cortejo de nubes, que el viento de la tarde extiende sobre el azul cristalino de los lagos neerlandeses?
Su ritmo, lleno de vaguedades armoniosas y, de musicalidades misteriosas, romántico y, místico, tal un monje de leyenda, que se hubiese hecho pájaro, ¿no os parece la voz de un clavecín, sonando bajo los dedos de una novicia soñadora, en el silencio aromado, de una capilla conventual, a la hora de nona?;
sus matices imprecisos y, algodonados, bajo la agonía de cielos violeta o de un blancoazul de crisófano; ¿no os dan la sensación de pureza, de un vuelo de palomas, sobre un estanque en donde los nenúfares se abren al rayo de la luna en su indefensa y, casta palidez?
el Silencio, es la atmósfera natural a la Musa de ese Poeta nocturno y, taciturno, hecho de preciosidades y, de suavidades, cual la mano de una mujer que acariciara en la sombra;
el Silencio, azul y, luminoso, amado de los cisnes y, de la luna;
los silencios lunares, los silencios lagunares, los silencios en los cuales, se envolvía para pasar, por las selvas shakespirianas y, los lagos del Walhala, aquel cisne coronado, aquel último Caballero del Ensueño, que se llamó: Luis de Baviera;
la lira de Rodenbach, ¿no se os aparece en la forma de un arco de luna en creciente, brillando sobre el cristal brumoso de los canales de Brujas, mientras al lado allá de ese moaré acuático, tras los cristales místicamente historiados de la ventana de un beaterio, una novicia?:
...sans ôter sa cornette et ses voiles, bien avant dans la nuit égrenne avec ses yeux, le rosaire aux grains d’or des priantes étoiles?...
. . . . . . . . . . . . .
Yo, nunca he entrado al divino Jardín de esos Poemas, sin sentir el éxtasis imprevisto, del beso de una monja sobre mis labios blasfemos.
*
El mundo, no es sino una visión personal, y, no existe para nosotros, sino en condición de tal.
*
La Vida, no tiene sino una Primavera; y, hay que apresurarse a recoger y aspirar todas sus rosas, porque mañana, ese huerto será el huerto de la Muerte, y, el Recuerdo, será el solo perfume que flotará sobre él.
*
Todo paisaje definitivo es tedioso. La variedad, es el alma de los paisajes; y, ese es su encanto.
*
Vivir por la acción, es vivir una sola Vida; vivir por el Pensamiento, es vivir todas las vidas.
*
El Pensador, no vive solo con su alma, vive con todas las almas, en una atmósfera de almas, que lo circundan como una diadema de intrépretes y símbolos vivientes de su propio pensamiento.
*
El deseo de agradar, es el más vil de todos los deseos, porque él obliga al Artista, a capitular con el medio, y permite a la influencia ambiente dominar su Individualidad, que debe ser intangible y, sagrada; El medio mediocriza; y, un Artista, que capitula con el medio, tiene que ser un Artista mediano.
*
Lo que se llama un Salón, en Arte, no es sino una jaula para el Arte de Salón; en ese Salón de artistas, no caben sino los artistas de Salón. Rodin y Gouguin, no cabrían allí. Su grandeza rompería los muros.
*
Los escritores que gustan a las mujeres, es porque tienen siempre un alma de mujer, como los modistos. Hay novelistas para Señoras, como hay sastres para Señoras. Y, ellas, confunden en una igual admiración, a Paquin, y, a Paul Bourget; el primero, les cubre el cuerpo, en formas elegantes, el segundo, cree descubrirles el alma en frases más elegantes todavía. Ambos halagan su vanidad, y, ellas les pagan con su admiración. Ellas, no sabrían definir cuál de las dos ciencias es más profunda, si la Estética de Paquin, o la Psicología de Bourget; y, sonriendo permanecen perplejas, no sabiendo a cuál conceder mayor admiración, si a la tijera de Paquin, o la pluma de Bourget. El Gobierno francés, ha sido más expedito y, los ha condecorado a ambos. Bourget, ha sido admitido en la Academia, y, Paquin, no pudiendo hacer otro tanto, ha fundado una Academia... de corte. Tal vez, no esté lejano el día en que Bourget, ingrese en ella, de brazo con Marcel Prevost.
*
La mediocridad, se venga de un escritor original, haciendo de su nombre, un epíteto, y, clavándoselo en los lomos, como una banderilla: el huguismo, el ruskinismo, el sthendalismo, el rosetismo, el zolaismo, el meredithismo;...
si el Escritor es un Poeta, sufre de eso y, quiere arrancarse el dardo de las alas. Si es un alma fuerte, ríe de eso, y, continúa en elevarse descuidado y, sereno, como una águila, con una flecha inofensiva entre las plumas... El Ridículo no ha matado nunca, sino a aquellos que están a la altura del Ridículo, o por debajo de él;
Meredith, sangraba del vocablo meredithismo, aplicado a su poesía apostólica y naturista; Dante Gabriel Rosetti, disolvió su falansterio de Cheyne Walk, por horror al vocablo rosetismo, que ya empezaba a circular en la prensa, y, toleraba mejor el de prerrafaelista, que le aplicaban como jefe de aquel cenáculo;
en cambio, Carlyle, no se conmovía de esto, y, gritaba con sus gestos dislocados de sublime poseído: «mientras haya Carlyle, habrá carlylismo» así, como habría gritado Isaías: «mientras haya Profetas, habrá Profetismo»
*
La Celebridad, tiene sus compensaciones; y, es a la Envidia, a quien le toca siempre el ofrecérnosla. La Envidia, no duerme nunca. Si durmiera ¿quién alimentaría, el fuego del odio, que hace brillar la Gloria? La Envidia, es la vestal de la Gloria; una vestal esclava, encargada de no dejar morir nunca, el fuego de la Admiración. Sin la Envidia tal vez no viviría la Gloria. Sin Zoilo, ¿Homero habría llegado hasta nosotros? La Crítica es el Hipogrifo de la Celebridad; sobre ella se eleva el Genio, cabalgando en el crítico.
*
En una conversación, un Genio, deslumbra con su talento; un sabio, deslumbra con el talento de los otros.
*
El Áutor que tiene escrúpulos, está lleno de defectos, como las beatas, que a fuerza de escrúpulos, se llenan de manías.
*
Cuando yo veo una frase muy limada y, muy pulida, tengo la certidumbre de encontrarme con una frase vacía; y, no me engaño nunca; un pensador genial, no pule nunca una frase; le deja su belleza desmelenada de Gorgona; un escritor profesional, pule y, esquila y, riza la frase, dándole esa belleza artificial, que tanto gusta al gros publique; y, hacen bien: la frase sin bellezas interiores, debe tener todas las correcciones exteriores; ¿qué quedaría de ellas si perdiesen la forma? En cambio, en la frase de un escritor de genio, podéis romper la forma; quedará siempre la esencia, y, se escapará siempre de ella, la luminosa pasión de la Belleza. La misteriosa energía del Pensamiento, da vida al artificio de la Palabra, pero, no la recibe de él.
*
A medida que un espíritu exquisito y, superior, avanza en edad, crece en él, el odio a lo mediocre, y, el amor a los hombres y, las cosas, raras y exóticas, fuera de toda banalidad. El poder de extraña sugestión que de ellos se desprende, los fascina, por la extraña similitud que hay entre ellos y, la secreta armonía de sus paisajes interiores. Ese culto, el vulgo lo llama: Excentricidad;...
*
Mientras continúe en llamarse Excentricidad, el odio a la Vulgaridad, continuarán en ser los hombres escépticos, la única aristocracia gloriosa: la Aristocracia del Pensamiento.
*
Lo que se llama Excentricidad, no es sino Originalidad, o mejor aún, Personalidad;
todo hombre personal, es, de hecho original;
toda originalidad repugna al Vulgo, como una Superioridad;
de ahí, que los escritores originales, es decir, geniales, sean por naturaleza antipáticos, al rebaño semipensante de los seudo-intelectuales, cuyo perezoso rumianismo, alarman y, encolerizan;
y, no se perdona al Escritor genial y, fastuoso, ni el giro de sus frases, ni el nudo de sus corbatas; y, se condena por igual la elegancia de sus períodos y, la de sus vestidos;
y, como todo en él, es estilo, pero estilo personal, su elegancia, la llaman extravagancia, y, se complacen en lapidarla, aquellos que no pueden imitarla;
y, un tribunal de andrajosos mentales, lo excomulga, por el crimen de no saber cubrir de harapos, su pensamiento, ni su persona.
*
El cuidado de nuestros jardines interiores, demanda tal consagración, que una vida es poco para ello;
y, la tristeza de esos jardines, está, en morir con las manos que los cultivan.
*
Impulsar y, desarrollar su Personalidad, más allá de toda regla, son la tendencia y, el deber del Hombre Libre;
la regla ahoga; la regla mata; la regla, es, la madre del Método, y, el Método, es, el único genio de los mediocres.
*
No es posible ver, en esa creación de la Naturaleza, llamada: el Hombre, otra cosa, que una serie de fenómenos físicos, de los cuales, las Ideas, son, la más bella expresión.
*
Los sofistas, juegan con las palabras, como los juglares, juegan con los cuchillos, en el Teatro; ellos saben que no pueden herir a nadie, pero, tienen miedo de herirse, ellos mismos.
*
Aquel, que haciendo un beneficio esperta la Gratitud, carece de generosidad; pero, aquel que extraña no recibirla, carece de sentido común;
no hay que pedir a los hombres, que agradezcan el beneficio, lo más que hay que pedirles, es, que no se venguen de haberlo recibido.
*
Hay dos cosas que denuncian igualmente al plebeyo: el respeto de la Aristocracia, y, el odio de ella.
*
Una de las cosas, más dolorosas en la Vida Literaria, es, no poder dar nuestra Estimación, a ciertos hombres a quienes damos nuestra Admiración; y, tener que retirar, ante las suyas, las mismas manos con que acabamos de aplaudirlos.
*
En Arte, el Precepto, turba el Pensamiento, y, no lo salva; la Libertad, es, el único principio creador, en las esferas del Arte.
*
La única ley posible al Genio, es, no tener ninguna. En materias de Arte, el Genio, es el único Código de Sí mismo.
*
En Arte, el Genio, que acepta jueces, es digno de ser juzgado.
*
Cuando un gran Espíritu, sale a la conquista de la Gloria, ante los triunfos de su carrera, siente, Vanidad;
cuando ya ha conquistado la Gloria, siente el Orgullo;
y, cuando asciende, más allá, más allá, en el vértigo del Pensamiento, ya no siente sino, el Desdén;
porque en ese Sentimiento, del Amor de la Gloria, la raíz es, la Vanidad, el tallo, es el Orgullo, y la flor es, el Desdén;
¡triste flor de los jardines de la Soledad, que se abre aun más allá de los prados astrales de la Gloria, y, que si no sirve para consolar al Genio, sirve al menos, como un nenúfar letárgico, para adormecer sobre sus laureles victoriosos, las águilas de la Ambición, siempre nostálgicas del vuelo.
*
La multiplicación de las sensaciones, es, el único encanto de la Vida, en cuyo fondo turbado yace la Instabilidad, que es el alma y, el destino de las cosas.
*
Creer que hay algo estable en la Vida, es creer que puede haber olas inmóviles, sobre el mar.
*
Cada día tiene su Verdad, como una rosa tiene sus horas de perfume. Hay que apresurarse a extraer la esencia de esa Verdad, y, a aspirar el perfume de esas rosas, porque la Verdad de hoy, no será la Verdad de mañana, como las rosas muertas, no son ya las rosas...
*
Los filósofos, son los lapidarios del Espíritu; no todos los días saben hallar una Verdad, pero, todos los días, dan una nueva faz a la Verdad.
*
Podréis llegar a convencer a un Filósofo, de que no hay Verdad; pero, no lo convenceréis nunca, de que su Verdad, no es, la Verdad.
*
Las leyes de la Biología, son las únicas leyes de Moral, posibles: todo lo que es normal, es moral.
*
Los filósofos especulativos y, metafísicos, son siempre espíritus cándidos, que viven en espera del Milagro, aun haciendo profesión de no creer en él; ellos viven ocupados en discutir y, buscar las formas de la Verdad; y, una alma que cree que la Verdad existe, es una alma dispuesta a creer en todo.
*
Todo Filósofo, vive confinado en su sistema, como un cenobita en su desierto. El día que el Filósofo sale de su sistema, o el eremita sale de su cueva se hallan desorientados, y, tropiezan con ese Enigma vivo, que es el Hombre, en cuyo torno giran todos los sistemas, sin que ninguno haya podido descifrarlo aún.
*
Los espíritus verdaderamente fuertes, no sirven a las Ideas; se sirven de ellas.
*
La servidumbre de las Ideas, es más noble, pero, no es menos cruel que la servidumbre de las pasiones.
*
Los espíritus débiles, son los prisioneros de sus ideas; los grandes espíritus son los amos de ellas.