Ciberficción - Colectivo de Autores - E-Book

Ciberficción E-Book

Colectivo de Autores

0,0

Beschreibung

Antología que reúne cuentos de ciencia ficción con temática cyberpunk, tendencia bastante reconocible dentro del fantástico cubano y considerada en su sentido más amplio

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 342

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Créditos

Edición Web:

Nora Lelyen  

Composición:    

Lino A. Barrios  Hdez.

Diseño de cubierta:

Raúl Aguiar.

©  Sobre la presente edición :

Editorial Cubaliteraria 2011.      

ISBN: 978-959-263-013-0

Colección Fabulaciones

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público.

Distribuidores para esta edición:

EDHASA

Avda. Diagonal, 519-52 08029 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España

E-mail: [email protected]

En nuestra página web: http://www.edhasa.es encontrará el catálogo completo de Edhasa comentado

RUTH CASA EDITORIAL

Calle 38 y ave. Cuba, Edif. Los Cristales, oficina no. 6 Apartado 2235, zona 9A, Panamá

[email protected]

www.ruthcasaeditorial.org

www.ruthtienda.com

Más libros digitales cubanos en: www.ruthtienda.com

Síganos en: https://www.facebook.com/ruthservices/

Sinopsis

 Antología que reúne cuentos de ciencia ficción con temática cyberpunk, tendencia bastante reconocible dentro del fantástico cubano y considerada en su sentido más amplio.

 Cyberpunk es un subgénero de la ciencia ficción enfocado en la "alta tecnología y el bajo nivel de vida", y toma su nombre de la combinación de cibernética y punk. Mezcla de ciencia avanzada, como las tecnologías de la información y la cibernética, junto con algún grado de desintegración o cambio radical en el orden social, usando elementos de la novela policíaca dura y el cine negro. En esta selección aparecen los clásicos personajes que encarnan seres inadaptados, solitarios, que viven al margen de la sociedad, generalmente en futuros distópicos donde la vida diaria es impactada por el rápido cambio tecnológico, una atmósfera de información computarizada ubicua y la modificación invasiva del cuerpo humano.

Prólogo

 Ciberpunk cubano en cuarto creciente.

  Variantes y herederos. ¿Lo que vendrá?

En su famoso artículo "marcianos en el platanal de Bartolo: Análisis de la historia y perspectivas de la CF en Cuba"1 , Yoss señala la aparición de tres tendencias dentro de la CF cubana actual: La primera de estas tendencias, que denomina como clásica, incluye la mayoría de los escritores cubanos tradicionales del género, sobre todo los que desarrollaron su obra en las décadas de los 80, y que todavía continúan en activo. La segunda tendencia es la ciberpunk y la tercera corriente "sería simplemente lo demás. Lo experimental, lo raro, lo más novedoso.

En el mismo artículo se ve obligado a notar las excepciones. Pienso que el problema con esta clasificación es que algunos autores, como el mismo Yoss, podrían incluirse con varios de sus cuentos dentro de las dos o las tres tendencias sin ninguna dificultad. tanto es así que vuelve a incluir la mayoría de los nombres que ya había clasificado en la segunda como ejemplos de la narrativa experimental dentro de la CF.

Yo preferiría no hablar de tendencias, sino de obras que han surgido en los últimos años y que me parecen interesantes por sus nuevas propuestas. Creo que lo más visible en la ciencia ficción actual cubana es la gran libertad y heterogeneidad de temas y estilos que están ofreciendo los diferentes autores y zonas generacionales dentro del campo fantástico en su totalidad.

 Una zona emergente con autonomía propia que sí es bastante reconocible dentro del fantástico cubano es la CF con temática ciberpunk, considerada en su sentido más amplio, junto a sus variantes y herederos como el biopunk y el postciberpunk. Hay que aclarar que este ciberpunk ya no es la copia mimética de sus pares anglosajones ya que, como Juan Carlos toledano explica en su artículo2, solo con la recontextualización de ciertos temas y personajes del imaginario ciberpunk anglosajón al ambiente cubano, cambian las lecturas o interpretaciones tanto a nivel ideológico-político como discursivo. Así y todo me parecen muy interesantes las aportaciones de Fabricio González, Michel Encinosa Fú, Vladimir Hernández, Erick J. mota, Haydeé Sardiñas, Leonardo miguel Gala y el todavía inédito, Dennis Mourdoch.

 Tres escritores de la vieja escuela, fundadores del taller oscar Hurtado y que continúan en activo nos ofrecen su visión del género. Se trata de Roberto Estrada Bourgeois, Alejandro madruga y el que escribe estas palabras.

De la obra del Yoss se ha hablado bastante. El estudioso Juan Carlos toledano propone algunos de los cuentos de "Timshel"3, sobre todo "Historia de gladiadores" como un tipo de relato pre-ciberpunk. A pesar de ello no es un género al que Yoss se aplique con muchas energías. Salvo "Lider de la red" y "Una moneda de plata en el bolsillo de la noche", netamente ciberpunks, los otros cuentos que se acercan al género lo hacen de pasada, a partir de los contextos distópicos utilizados, la marginalidad de ciertos personajes o una aproximación a los temas biológicos, como en el caso de "Apolvenusina".

 Michel Encinosa, Ariel Cruz y Vladimir Hernández parecían, en sus primeras producciones, copias mal traducidas de los cuentos y novelas ciberpunks de William Gibson o Bruce Sterling, pero han sabido impregnar sus relatos, situados en ocasiones en una Cuba futura y distópica, con estilos muy personales que gozan de un regusto particular -a veces bastante amargo-a la par que sus recreaciones de la jerga, los personajes y las estructuras de sus universos les dan a sus colecciones de cuentos una gran complejidad. Vladimir Hernández tiene la primicia de haber publicado en 1999 el primer libro de cuentos netamente ciberpunks.

Se trata de Nova de cuarzo4, en cuyas páginas finales el autor propone un "cibernario", especie de glosario con términos de la jerga ciberpunk.

 El gran productor es Encinosa, de quien ya se ha escrito profusamente, con cerca de siete libros publicados5, varios de ellos dentro de la saga ciberpunk de ofidia y que supo sortear el peligro de la autofagia con su último cuaderno, Enemigo sin voz6, una distopía casi orwelliana donde el poder controla las palabras a través de un chip electrónico insertado en cada ciudadano de ese futuro país totalitario. Sumamente interesante resulta también su otro libro premiado en el mismo concurso, aunque no pertenezca al género de la CF, siete historias en las que un asesino en serie va visitando sitos en la red, capturando jóvenes, y dejando sus experiencias en un blog personal.7

 Escritores de amplio espectro, cuya característica fundamental estaría basada en la búsqueda de una heterogeneidad temática para sus cuentos, pero sin rechazar algún que otro escarceo ocasional con el ciberpunk, y haciendo gala de un vasto conocimiento de la literatura internacional del género estarían el Yoss y Juan Pablo Noroña.

 Este último todavía se encuentra inexplicablemente inédito en letra impresa, exceptuando un par de cuentos en antologías, aunque sus textos son bastante conocidos en la web, sobre todo por sus publicaciones en la revista Axxón. Sus principales acercamientos al tema ciberpunk vienen de la mano de los temas asociados a la guerra y el armamento tecnológico utilizado en ella, como en el cuento "El ataque del mendieta manchado"

 De Fabricio González no hay mucho que comentar. Escritor muy poco prolífico, tal vez su aportación más importante para el ciberpunk es el cuento "Sobre la extraña muerte de mateo Habba", el mejor ejemplo de cómo podría ser una historia si uniéramos el boom latinoamericano de los 60 con la explosión neuromántica de Gibson, la manera de narrar a lo Jorge Luis Borges y la temática ciberpunk.

Alberto Mesa Comendeiro, de quien solo se conocían dos o tres cuentos a su paso por los talleres de ciencia ficción, un par de ellos publicados en antologías, sorprendió a todos cuando ganó el concurso Guaicán de ciencia ficción y fantasía en el año 2006 con "Fantasmas inocentes", un relato que recuerda a Blade Runner, con su protagonista también cazador de replicantes, solo que en este caso los "replicantes" son clones de estrellas famosas, producidas en masa para el placer sexual de quienes pueden pagarlas.

 Erick J. mota, en su colección de cuentos "Algunos recuerdos que valen la pena" y su novela, todavía inédita en Cuba, "Habana Underguater" se ha lanzado a la creación de un universo que denomina en tono de broma "orishapunk", donde mezcla elementos del folklor afrocubano, en una Habana parcialmente sumergida bajo el agua, con los dispositivos de un mundo al mismo tiempo ciberpunk y ucrónico nada tradicional.

 A partir de finales de los años 90, varias han sido las escritoras que han emergido dentro del panorama del fantástico en Cuba. debo señalar sobre todo a Anabel Enríquez Piñeiro, cuyo libro Nada que declarar8, Premio Calendario de ciencia ficción 2005, ofrece entre otros, dos cuentos excelentes: "deuda temporal", que aborda el viejo tema de la paradoja de los gemelos de Einstein, pero ahora tratado desde el conflicto que provoca el desfasaje en el tiempo entre una madre, viajera relativista que casi no envejece y su hija; y "Nada que declarar" especie de cuento sobre una familia de "Balseros espaciales", un relato que se me antoja en las fronteras del ciberpunk, aunque solo sea porque sus personajes son seres marginados, emigrantes planetarios que desean escapar de una sociedad distópica que los excluye y esclaviza.

 Más apegada a la variante biopunk, es la escritora Haydeé Sardiñas, reciente premio del concurso Juventud técnica de ciencia ficción, quien en uno de sus cuentos, "Jane a las diez y media", no teme establecer una intertextualidad con el cuento "Apolvenusina", de Yoss.

 Jorge Enrique Lage y Raúl Flores son narradores un tanto ajenos al movimiento cienciaficcionero cubano y sus cuentos son bastante difíciles de clasificar, ya que incluyen elementos del absurdo y una profusa intertextualidad con personajes y temas de la literatura y los medios audiovisuales. Sin embargo, a veces sus producciones rozan o caen de lleno dentro del universo ciberpunk, como en el libro Los ojos de fuego verde9, Premio Calendario 2004, de Jorge Enrique Lage, o La carne luminosa de los gigantes10, de Raúl Flores, premio Calendario de ciencia ficción 2007. El libro de Flores es un conjunto de cuentos-homenajes que habla de las preferencias de Flores en lo que respecta a la literatura, la música rock y el cine. me resulta interesante sobre todo el primer cuento del libro, con alusiones directas e intertextuales a la "Idoru" de William Gibson y "Crash", de J. G. Ballard. En otro de los cuentos se hace homenaje al "Farenheit 451" de Ray Bradbury, autor cuya influencia se nota en muchos de los textos de este joven escritor. El estilo de Flores es conscientemente ligth, con recursos a la narrativa rizomática, el pulp, la fantasía del absurdo y muy cercana a una especie de splatterpunk suave, ¿splatterpink? y tal vez esta característica particular lo diferencia y margina un tanto del fandom nacional.

 Otra propuesta muy interesante es la que trae en sus "Cuentos de Bajavel" Leonardo Gala Echemendía, sobre todo en "El fin del paradigma turing- von Neumann", un relato que contiene una visión postciberpunk de un mundo donde ya no existen los hackers y el ciberespacio está prohibido a los seres humanos, controlado en su totalidad por inteligencias artificiales.

 Leonardo es posiblemente uno de los autores que cultiva la ciencia ficción cubana al más puro estilo hard, y sus conocimientos de informática le permiten como por ejemplo en su libro Aitana11, desarrollar el concepto de singularidad tecnológica utilizado en la ciencia ficción más reciente, que se preocupa por el desarrollo de la inteligencia artificial y su posible interacción con los seres humanos.

 En los últimos años, a partir del surgimiento en el 2009 del taller de ciencia ficción y fantasía "Espacio Abierto" han salido a la luz nuevos narradores que, con sus relatos, renuevan de alguna manera al movimiento ciberpunk cubano. Gabriel Gil obtuvo una mención en el Premio Iberoamericano Julio Cortázar con su cuento "La culpa la tiene menard", donde describe un proyecto científico-literario para realizar copias clonadas de... Jorge Luis Borges. Yadira Álvarez nos ofrece, en cambio, y desde una óptica muy femenina, un relato inquietante acerca de niños transformados por la química y la tecnología en máquinas para la guerra.

 Por último, presentamos a dennis mourdoch, autor todavía inédito, que revitaliza los tópicos tradicionales del los avances de la ciencia y la tecnología pasan a ser los objetos cotidianos de contrabando y crimen.

Ciberpunk pero desde una mirada centrada en lo cubano, donde los conceptos de periferia y marginalidad cambian en la misma medida en que

Por lo visto el ciberpunk cubano, con todas sus variantes y subgéneros se está abriendo paso hacia nuevas hibridaciones y experimentaciones estilísticas, y este libro que hoy te ofrecemos es una buena prueba de ello. Pienso que muy pronto podremos leer los libros que traen estas interesantes propuestas. Solo espero que las editoriales (y no solo las virtuales) se hagan eco de este fenómeno. No pido más.

Raúl Aguiar

Teledildonic Love

R. E. Bourgeois

La recuerdas ahora. Con la intensidad de un dolor rememoras los encuentros de cada noche, los abrazos y los besos de pulsos electrónicos en la matriz de symestim. Reclinas tu cabeza en el respaldo de tu silla, esa odiosa máquina, y vuelas de nuevo a los entornos imposibles, irreales y maravillosos donde consumaste tu amor.

 Recorres la red, los túneles brillantes del laberinto por donde navegaste con Candy; los jardines japoneses con rascacielos de fondo y los océanos jurásicos bajo cielos anaranjados con dirigibles de esmeraldas o gélidos paisajes sintéticos donde los abrazos zumbaban y los ciberorgasmos tintineaban en tus neuronas como carámbanos de hielo, donde las palabras de amor desataban mermeladas de olores y perfumes de tacto suave. Sexo, amor sinestésico. orgía de sentidos trastocados.

 Estás de nuevo con Candy en los bares de Ámsterdam, bebiendo y escuchando las conversaciones de nómadas de Sao Paulo y Ciudad del Cabo, de hackers de San Francisco y Palo Alto y Sydney, de tecnohippies disidentes de París, Dakkar y Antofagasta, mezclados con esa chusma cosmopolita y marginal, hijos espurios de la informática y el nihilismo. "Te encontré como el que dobla una esquina y se tropieza consigo

mismo, estabas allí, en la esquina de una ciudad improbable donde las pirámides de Gizeh se combinaban con un Goleen Gate Bridge sobre un Amazonas sin pirañas, maquillado por programas para que sus aguas fueran azules, libres del tóxico de las corporaciones. En la noche de aquella ciudad flotaban logotipos holográficos de Hitachi, murciélagos morados y medusas que anunciaban PEPSI sobre una bahía oscura".

"Los neones arrojaban resplandores de platino sobre tu melena azul y tus

botas estaban metidas en charcos. Abro los ojos y me encuentro el

desconchado en el cielorraso. Enciendo un cig y te vuelvo a ver. Con tus

ojos caleidoscópicos reluciendo en la noche equívoca y el sonido grave

(¿cello?, ¿arpa?) de tu voz sintética diciéndome frases como invitaciones,

invitaciones que eran melodías, sonatas".

 Fuimos amantes. Cada noche nos encontramos en un nuevo cibermundo, y cada noche eras otra y la misma. Candy. mujer caramel dolce ragazza woman of my love. Cyberlove.

 Fue -es-más real que la realidad, si es que la realidad existe. En lechos de cristal líquido nadamos transformados en ballenas, y fuimos columnas de información en bancos de datos, y passwords para el acceso a nuestros jardines privados.

 Candy. Ese nombre te di aunque no es el tuyo, y al abrigo de esa zona autónoma temporal nos amamos. o te amé. te amé como ama la luz el que no tiene ojos o como ama la carne el que está codificado en una red. olvidé contigo mi obsesión por la criogénica, mi única esperanza hasta entonces.

Aprendí que en esa ficción consensual podía tener piernas y cuerpo; que podía acariciar una piel cálida como arena en una playa y oler el dulce perfume de tu sexo.

me amaste, o yo quiero creer que alguna vez me amaste, como puede

hacerlo una criatura del mundo electrónico, con sentidos sintéticos y

sentimientos distanciados. No quise saber quién eras ni de dónde venías;

mi curiosidad era menos importante que el deseo de no romper esa

burbuja, de no estropear el único sueño que he podido vivir. tampoco

me preguntaste nada sobre mí. Éramos solo dos desconocidos

compartiendo una relación en la Red; sombras electrónicas, presencias

inmateriales machihembrándose en el éter.

Siempre supe que habitabas, en presencia real, algún lugar de esta ciudad

descreída, distopía de hormigón y cristal. En alguna de esas colmenas

puntiagudas y oscuras alienta tu persona física, que camina por sus calles

atestadas y compartes con otros millones el smog y la llovizna, el hacinamiento, la tristeza y la publicidad. En ocasiones, odié a mi trodo, el

único vehículo que me llevaba a ti. Quería tenerte en carne, desasirme del

virtual y entrar en tu cuerpo realmente, pero no puede ser.

 Soy solo un tronco sin brazos ni piernas, un producto de cuarta generación de la thalidonida, condenado a vivir en esta silla, obligado a amar con los brazos irreales que solo tengo en el ciberespacio.

 Por eso hoy, cuando la has buscado en vano por los inacabables caminos de la Red, cuando has comprobado que la Zona Autónoma donde la conociste ya no existe, se ha esfumado del virtual en un nanosegundo por razones que nunca sabrás, te has hundido en la indiferente armazón de cromo y plástico donde vives y sueñas.

 Por eso sientes como un hierro al rojo el inútil trodo parietal que ya no te llevará nunca más a ella; porque se ha perdido para siempre en el mundo electrónico. Por eso, con la desesperación del náufrago, estás sopesando con fría lucidez las maneras asequibles para el suicidio.

 Aprietas con los dientes el control de tu silla para salir a la exigua terraza de tu habitación de marginado, espacio salpicado de cagadas de palomas y corroído por las lluvias ácidas. Con un esfuerzo de insoportable voluntad inclinas tu cabeza por sobre el parapeto. durante un segundo te quedas cara a cara frente a la noche de neón de la Ciudad.

 te deslizas como un gusano sobre el cemento carcomido. Y caes murmurando su nombre por el desfiladero entre moles habitadas, azotado por el aire impuro, hacia el frío asfalto de la calzada, donde la gente camina bajo las luces que se quiebran en mil charcos.

 Roberto Estrada Bourgeois (La Habana, 1950). Abogado. miembro de la UNEAC. Profesor adjunto de la Facultad de derecho de la Universidad de La Habana. miembro fundador del taller "oscar Hurtado" de ciencia ficción. Ha publicado Trenco (novela de Ciencia Ficción, Letras Cubanas, 1986), Ein Modigliani aus Kuba (novela Negra, distel Verlag, Alemania, 1999), y La pelirroja (novela negra, Umbriel Editores, España, 2004).

Cuentos suyos han sido incluidos en antologías del cuento cubano de ciencia ficción en Cuba y el extranjero. Su novela La pelirroja saldrá próximamente en Alemania por Köhl Editions

Cazadores de imágenes

Alejandro Madruga

Avanza sigiloso por las calles, oteando cada esquina: a veces desciende un poco para observar algo, nada importante, y se eleva nuevamente en busca de mayor visibilidad: las calles están desiertas. Comienza a girar sobre sí mismo. Al fin divisa a un hombre tendido en el piso, desciende hasta pegarse a su cara: es un borracho, nada interesante. Sube, se remonta por encima de los edificios sin rostro, las ventanas cerradas; ni un solo sonido. A lo lejos divisa otra esfera. Se trasmiten mutuamente: es un canal rival, se corta todo contacto y cada cual continúa su camino en busca de alguna noticia sensacional que conmocione a todos y que reporte grandes ganancias.

 -Envié otro guión para FamaVideo y no me lo aceptaron, --¿qué tengo que hacer para que me lo acepten?

 La madre no lo escuchaba, su mirada recorría la pantalla de la computadora revisando las ofertas del servicio de restaurantes a domicilio. Contemplaba el decorado de los platos: "Éste parece sabroso". Presionó el teclado, y se recostó hacia atrás satisfecha, ahora sólo tenía que esperar unos minutos hasta que llegase el pedido al área de recepción, donde el manipulador de alimentos se ocuparía de preparar la mesa, por supuesto que al estilo del restaurante escogido, lo cual requería de cierta ambientación y de un pago adicional, era como comer fuera sin salir de casa. Lo cual le encantaba...

-mami, no me escuchas.

 Ella observó a su hijo: "cómo ha crecido, ya casi es un hombre. ¿Qué edad tiene ya? deja ver...". Consultó a la memoria de la computadora: "¡dieciséis años! Yo no sé por qué no engorda. Le preguntaré a Sofía si su hijo también está tan delgado, hay que hacer algo para que engorde...".

-No vale la pena hablar contigo, tú no escuchas, nunca escuchas.

El joven encendió la pared-pantalla y se conectó con la transmisión en directo del programa "La ciudad al desnudo". En la pantalla aparece el tele-reportero, esa esfera tan familiar en la vida de todos, y que luego de rotar varias veces, se aleja a gran velocidad. Las oscuras calles quedan al descubierto, la cámara implacable se desplaza, está a la caza de imágenes: Allí estaba la imagen buscada, un hombre se movía entre las sombras. El joven se recostó hacia atrás y se aferró a los brazos de la butaca, era el hombre lobo. Le decían así porque utilizaba unas guantillas terminadas en forma de garras con las cuales desgarraba el cuello de sus víctimas.

-otra vez viendo esa porquería.

El joven no se inmutó, era su padre con la misma cantaleta de siempre.

 -¡Cuántas veces te voy a decir que todo eso es mentira!, que nada de eso sucede en realidad. Hace

tiempo que esa información dejó de ser fidedigna. Esos malditos satélites rastrean la ciudad constantemente y como no encuentran ninguna noticia sensacional, la inventan. Sólo "Canal real", que es el oficial, trasmite con cierto realismo, y para eso funciona tan sólo dos horas al día. ¿Sabes por qué? Porque en las calles no ocurre nada, ¡Nada! Lo que estás viendo son filmaciones falsas, videos elaborados por gentes sin escrúpulos, que pretenden mantener a los tontos sentados el día entero frente a la pantalla haciéndoles creer que esas cosas suceden allá afuera. Hace años que todos los canales están falseando la realidad, a partir de aquellas primeras tomas de violaciones y asaltos en vivo trasmitidas por "Canal real", surgió una explosión de violaciones, asesinatos, robos... Y lo peor es que tienen a la población asustada...

-tú sólo repites lo que dice tu amigo el científico.

-Yo no repito nada, y si lo repito es porque es verdad. A ver, ¿cómo tú crees que ese asesino puede estar circulando libremente por la calle sin que la policía lo capture?, y sin embargo, una esferita esta detrás de él filmando todo lo que hace. ¿No es absurdo?

 -Ahí está el justiciero azul ?gritó el muchacho emocionado-éste es el fin del hombre lobo.

 -tonterías, sólo esto me faltaba, tener un hijo retrasado mental y se alejó dando un resoplido en busca de su esposa.

 La encontró en el cuarto, pero era como si no estuviera, tenía puesta aquella careta con los dichosos guantes, ella movía su mano enguantada como si cogiera algo,

después parecía examinarlo detenidamente, y hacía como si lo colocara nuevamente, volvía a coger otro lo examinaba y pasaba suavemente la mano que descendía sobre el aire.

 "Ahora era imposible hablar con ella, debe estar en alguna tienda de ropas haciendo sus compras virtuales".

 Ya se iba a ir cuando escuchó un gemido, vio a su esposa alzar sus manos enguantadas, su cuerpo temblaba sin parar.

-¡Eh!, ¿a ti qué te pasa?

Pero ella no podía escucharlo

-¿Qué te sucede? ?Volvió a gritarle.

 Ella cayó sobre el suelo como empujada por alguien, y se puso bocabajo con las manos sobre la nuca. El se precipitó sobre la computadora y la desconectó, luego se acercó a su esposa y le quitó los espejuelos, sus ojos azules se movían inquietos hacia todas las direcciones, luego la despojó de sus guantes, ella se abrazó a él temblando.

-¿Qué te sucedió?

-Unos ladrones entraron armados a la tienda y dispararon sobre el guardia y...

 -también tú crees esas cosas. te han tomado el pelo, eso que tu viste es tan sólo un programa alterado, es parecido a los virus informáticos, eso es, son como una especie de virus que le han introducido a los sistemas de realidad virtual, y no son mas que delincuentes virtuales o asesinos informáticos...

-Ah, esos son los asesinos informáticos.

 -Sí, pero en realidad no son más que programas elaborados por algún experto con fines comerciales, detrás de eso está la creación de nuevos mercados, por ejemplo ya están a la venta los policías informáticos, que no son más que vigilantes que se ocupan de evitar que esos delincuentes virtuales penetren en el sistema. Por cierto que debes reportarlo no vaya a ser que estén instalados en tu computadora.

-¿tú crees?

-Seguro, te aconsejo que llames cuanto antes, si no quieres pasar otro susto.

 El muchacho estaba aburrido y se puso a mirar algunos de sus videos, transformaciones hechas, cuando niño, a través del software AutoVIdEo. Allí estaba convertido en tarzán saltando de una rama a otra, aunque era su rostro actual, entonces tenía diez años, no era ni por asomo su cuerpo. En aquella época él utilizó un programa convertidor que tomaba su biotipo actual y lo convertía en un adulto, por supuesto que su físico era demasiado enclenque por lo que recurrió a otro programa, Sansón el cual después de analizar su estructura ósea y sus músculos, lo sometía a un intenso sistema de ejercicios, hasta transformarlo en un joven atlético. Ahora sólo faltaba sustituir al héroe de la película por su propia imagen computarizada.

 Desde entonces fue tarzán, Superman, Batman... Pero todo aquello pertenecía a su infancia, eran fantasías de niño. Ahora quería algo más real. Contempló su imagen en la pantalla y se admiró de esa corpulencia que nunca llegó a alcanzar por más ejercicios que hizo. Aunque es justo reconocer que jamás llevó a cabo un plan sistemático de ejercicios, siempre careció de voluntad para dedicarse a algo en serio.

 ?mira Patricio, las cámaras están filmando nuestro barrio, ven para que veas las calles en vivo. mira, está lloviendo.

 -¿Lloviendo? A lo mejor sale el asesino de la lluvia. Siempre que llueve torrencialmente aparece -dijo el joven mientras se ponía de pie y salía deprisa para la sala.

-Bueno no es un aguacero, lo que se dice un aguacero... Está apretando la lluvia, escucha los truenos. Ahora sí, tremendo aguacero.

El padre también corrió hacia donde estaban ellos.

 -Al fin cometieron un desliz, el observatorio anunció que hoy no llovería. Son unos farsantes.

Una figura con un impermeable oscuro se movía por las calles.

-Ahí está -gritó el joven.

-Ese es... el asesino de la lluvia -dijo la madre sumamente impresionada.

-No sean idiotas todo eso es mentira, no puede estar lloviendo.

-¿Cómo puedes estar tan seguro? -preguntó la mujer.

 ?Vengan conmigo les voy a demostrar que todo eso es mentira. Vamos a ver la ventana del fondo, la que da a la calle.

 Ambos salieron detrás de él, el joven lanzó una última mirada a la pantalla: el asesino estaba detenido, hundió

ambas manos en el impermeable y comenzó a silbar aquella tonadilla...

 El padre apretó un botón y apareció una ventana de forma ovalada. No pudo evitar dar un salto hacia atrás: sobre el cristal golpeaban gruesas gotas.

-No puede ser...

 El joven corrió hacia la sala, la madre detrás. Ella lanzó un grito de horror. El asesino estaba caminando por el frente de la casa.

-Esa lluvia es mentira -gritó el padre furioso.

 -Entonces, por qué no abres la puerta y sales a la calle y te cercioras -le dijo el hijo en tono desafiante. mira ahí está, si sales podrás verlo. ¡Vamos sal! ¡Él está allá afuera!

 El agua caía a chorros sobre su sombrero, calado hasta las cejas. Sus enormes ojos inexpresivos se abrieron desmesuradamente y un brillo esquizofrénico iluminó su rostro y sus labios se plegaron en una larga sonrisa, aquella enigmática sonrisa que le helaba el alma a los televidentes: ya tenía un plan, sacó su mano del bolsillo, un objeto metálico resplandecía en su mano izquierda. Comenzó a caminar de manera resuelta. La puerta de la casa le quedaba a sólo pocos pasos.

-Viene para acá -gritó la madre, y se abrazó al hijo.

-Esto es una broma de mal gusto, voy a llamar a la policía.

El teléfono no funcionaba.

-míralo ahí, viene a matarnos ?gimió la mujer sin soltarse del hijo.

-Pero... Ya, esto es el colmo. ¿Qué pretenden?, asustarnos. mañana me voy a quejar a la policía. mañana van a ver...

Afuera, alguien tocaba a la puerta.

 Alejandro Madruga González (La Habana 1951). Licenciado en Cibernética matemática en la Universidad de La Habana en 1983. miembro fundador del taller Òscar Hurtado de ciencia ficción. Ha publicado diferentes ensayos y artículos sobre temas de robótica, inteligencia artificial y posthumanidad en revistas de divulgación científica como Juventud Técnica o Giga, así como cuentos en revistas y antologías de ciencia ficción como Polvo en el viento (Argentina, 1999)

Animetronics

Raúl Aguiar

Todo empezó con una convocatoria para un concurso. Ahora pienso que era un spam, y yo no acostumbro a abrirlos, pero aquel venía dirigido a mi nombre, supuestamente escrito días antes por un amigo, y el premio era muy atractivo. Una laptop Navi de última generación, más unos periféricos de realidad virtual y un juego de estrategia en 3d, llamado "Ángeles", de 2000 gigas, que en un primer momento no me interesó mucho. "Encontré esto en la red", escribía mi amigo, "creo que tienes grandes posibilidades para ganarlo".

 El concurso se reducía a desencriptar un mensaje. El primero que lo lograra sería el merecedor del premio. "Bueno", pensé, "No debe ser tan difícil".

 Pero sí lo era. Una combinación de criptografía simétrica y asimétrica; tan enrevesada que tuve que conectarme a una red de criptohackers chinos y comprarles uno de sus códigos más sofisticados para lograr descifrar el mensaje.

 El mensaje se componía de una imagen, uno de los famosos árboles de sephirot, y una cita del Apocalipsis de San Juan que decía algo así como:

 "En esto apareció un gran prodigio en el Cielo, una mujer vestida de Sol y la Luna debajo de sus pies, en la cabeza una corona con doce estrellas".

 Pensando que ya se me habría adelantado alguien, pues había demorado un par de semanas, mandé la respuesta y mis datos a la dirección de correo del concurso. A los dos días me respondieron informándome que era la ganadora, Ni siquiera me alegré porque todavía temía que fuera una estafa, pero a la semana siguiente se apareció una camioneta llena de logotipos de la Navi con todo lo prometido.

 Con mi capacidad de procesamiento de información casi centuplicada, pasaron dos meses de trabajar en las nuevas ofertas antes de que mi curiosidad, y mi fatiga de tanto algoritmo trasnochado, me decidieran a echarle un vistazo al juego. Según ponía en la parte posterior de la cubierta, se trataba de un remake-homenaje a un ánime cyberpunk místico de los años 90 del siglo pasado. El ánime se titulaba Neón Génesis Evangelión, algo así como "El mensaje del nuevo origen" y la imagen de la cubierta era el mismo árbol sefirótico del mensaje.

Un juego extraño. Yo era dios, y mi misión era desencadenar el

apocalipsis enviando varios avatares llamados ángeles a la ciudad de Neotokío 3, primeramente para derrotar a unos demonios llamados Evas, y luego para llegar al corazón de una base subterránea llamada NERV, donde había un complejo núcleo informático, una especie de cerebro o inteligencia artificial que debía clonar y luego destruir.

 El juego empezaba a media rex, con el tercer ángel. El primer ángel, Adán, encontrado en la Antártida, había sido el causante del segundo impacto al ser forzado a regresar a su estado embrional. Posiblemente se habían basado en este para crear a los evas o demonios que ahora custodiaban el terminal dogma de NERV. El juego terminaría cuando lograra acceder a esta terminal. Mi primer avatar en el juego se llamaba Sachiel. tal como esperaba, no logré que sobreviviera más allá de un par de minutos.

 Luego vendrían Shamshiel, una especie de gusano, Ramiel, en forma de diamante, Gaghiel, un monstruo marino, ?aquí apareció por primera vez el tercer demonio, Eva 2, mucho más fuerte que los anteriores-, luego fui Israfel, que era autorreplicante y se dividía en dos, pero me lo destruyeron con una combinación de dos de los evas sincronizados, el juego se iba poniendo cada vez más interesante. Ni siquiera llegué a eclosionar el sexto, Sandalphon, y los dos siguientes, matariel y Sahaquiel, me dieron esperanzas durante un tiempo, pero terminaron destruidos poco después.

 Lo peor es que no era un juego de salvar y cargar de nuevo. No había marcha atrás, y estos dos ángeles eran los últimos de la lista. decepcionante. Luego descubrí que el programa me permitía acceder al código fuente y proyectar nuevos ángeles a mi gusto. Apliqué un voyeur, recogí toda la información que necesitaba y comencé a inventar nuevos ángeles. Al principio no me compliqué mucho. Un virus. Para seguir con el estilo de juego lo llamé como otro ángel, Yrouel. tal como esperaba, el sistema descubrió el antídoto a tiempo cuando ya casi estaba llegando al núcleo del sistema. El siguiente, Leliel, que era una especie de hyperesfera que abría agujeros "dimensionales". tampoco dio resultado. Entonces vi que el programa todavía guardaba bajo la manga otro Eva, el 03, para enfrentarme. Cambié sus patrones y lo volví contra ellos mismos. No había manera. Ángeles con extremidades como cintas, otro cristalino atacando desde el espacio, un tercero en forma de anillo de AdN, pero nada. El programa era bastante inteligente y se adaptaba a los cambios con suma rapidez. me prometí que el próximo, el decimo séptimo, sería el último.

 Este me costó mucho más trabajo que los anteriores. tabris, un ángel en forma de niño, un avatar que pasaría como uno de ellos ?los demonios estaban tripulados por niños-hasta llegar al corazón de la base y allí terminar de cumplir mi cometido.

 mi avatar se llamaba Kaworu Nagisa. me salió un poco ambiguo, ni hembra, ni varón. Supuestamente lo habían enviado para sustituir a la niña que piloteaba el Eva 02. A través de sus ojos pude entrar a NERV y darme cuenta que el juego era mucho más complejo que todo lo que había imaginado.

 El sinfín de personajes de aquella realidad simulada, o por lo menos sus protagonistas eran avatares completos, y cuando digo completos quiero decir, con biografías, recuerdos, desarrollos psicológicos de conductas inteligentes, un poco esquemáticos pero que engañarían perfectamente cualquier test de turing. Para comprobarlo me dediqué a charlar con uno de los niños, Shinji Ikari, el piloto del Eva 01, y por momentos, llegaba a creer que tenía emociones verdaderas. Lo provoqué varias veces, hasta logré que compartiéramos la ducha. Era divertido verlo sonrojarse, posiblemente nunca había tenido una relación. Creo que hasta llegué a enamorarme un poco de él, de su desamparo y su desconcierto, ni siquiera sabía muy bien lo que estaba haciendo allí. Aquella noche dormimos en la misma habitación. me habló de su vida anterior y la relación tensa que sostenía con su padre, el director de NERV.

-Nunca has pensado que todo esto podría no ser real? -le pregunté.

-No entiendo. ¿Qué quieres decir?

 -Que todo este universo fuera una especie de juego. Un video-juego, quiero decir. Un universo simulado. Y tú y yo, y todos los demás solo fuéramos avatares, marionetas digitales, programadas.

-¿Con qué objetivo?

 -No sé... digamos que para proteger una base de datos. Que fuéramos una especie de... antivirus, siempre listos para enfrentarnos con cualquier cuerpo extraño que intentara llegar al núcleo.

-A la terminal dogma?

-Podría ser.

 -No es lógico, Kaworu. Yo tengo emociones, tengo un alma. ¿Y para qué alguien querría hacer un antivirus con emociones? Y no solo eso. ¿La actividad de una mente humana se puede simular?

 Quise explicarle que para esa pregunta los científicos daban dos posibles respuestas, cada una con sus implicaciones respectivas. La Strong AI y la Chinese room. En la primera, la respuesta era "Sí, se puede" y entonces era teóricamente posible crear una computadora que razonara y fuera conciente como un ser humano, probablemente conformada mediante redes de neuronas artificiales o algo similar. La segunda respuesta era el problema de la habitación china: el ordenador puede parecer que piensa, pero no piensa en realidad. Claro que en este caso, Shinji Ikari era tan solo un avatar de juego, muy en la segunda variante. No tenía modo de saltar de la sintaxis a la semántica, de la ciega manipulación de signos a la genuina comprensión humana. Entonces comprendí lo inútil de proseguir con aquella conversación.

 -tienes razón, le dije tratando de zanjar el asunto. ?mejor dormimos. Creo que en el fondo, mi presencia aquí era únicamente para conocerte. Hasta mañana, Shinji.

-Hasta mañana, Kaworu.

 Al día siguiente, bien temprano, programé mi avatar para que pudiera sincronizar con cualquiera de los evas que se encontraban en la base, sin siquiera tener que utilizar el entry plug. Escogí al 02, siempre me había parecido el más eficiente y fui atravesando los niveles hasta la terminal dogma, donde estaba mi objetivo. Entonces fue cuando hice mi gran descubrimiento. Lo que custodiaban, tal vez sin saberlo, aquellos niños, era al segundo ángel, a Lilith, y de ella habían salido todos los seres de aquel universo simulado, incluyendo los evas. Una especie de gran madre, el núcleo. Y lo que me atemorizaba realmente era que aquello no podía caber solamente en 2 terabytes. La única explicación lógica era que se trataba de un juego online, y estaba accediendo de forma inalámbrica.

 Entonces comprendí que todo el concurso y el juego de los ángeles eran una gran estafa. Había sido manipulada para hackear aquel sistema. Pensé por un instante dejarlo todo e interrumpir el juego, pero luego concluí que no había perdido todo ese tiempo para nada, así que me introduje dentro de Lilith y tomé su corazón, que era una especie de teseract cristalino del tamaño de un puño, memoria fractal de último modelo y me dispuse a marcharme. En eso apareció el eva 01 tripulado por Shinji para detenerme. Ya no importaba. tampoco me interesaba destruir todo aquel universo. Nuestros evas forcejearon hasta quedar inmóviles. traté de explicarle. Había hecho demasiado perfecto a mi avatar. tan solo le restaba cumplir su última función, el famoso apocalipsis. Y para evitarlo había que destruirle. Si no reformatearían todo el sistema, y Shinji y todos los demás avatares se irían a la papelera de reciclaje.

-te estaba esperando, Shinji.

-¡Kaworu!

 Le expliqué que deseaba que detuviera al eva 02, porque temía que, una vez cumplida mi misión, me condenaran a vagar eternamente en la red.

-Kaworu, ¿por qué?

-No te preocupes. En este universo el nacimiento y la muerte tienen el mismo valor para mí. Suicidarme sería la única manera de alcanzar la libertad nuevamente.

 -¿Qué dices? Lo siento, pero no entiendo nada de lo que estás diciendo, Kaworu.

 -Es mi testamento. Adelante, Shinji, elimíname. Si no lo haces, los eliminados serán ustedes. Y no merece la pena que el que muera seas tú. El futuro es necesario para ustedes.

 Quité toda la protección A-t a mi avatar y permití que me agarrara con su puño.

-muchas gracias, Shinji. Ha sido un placer.

 demoró una eternidad en decidirse. Luego apretó casi sin fuerzas y sentí como aquel mundo desaparecía en una bruma color sangre.

 de vuelta a la realidad. desconecté la máquina no sin antes comprobar que toda la información había quedado archivada con su estructura original fractalizada en mis memorias externas. 10 terabytes. No podía imaginar cuanta información representaría esa cantidad una vez descompactada. ¿100, mil terabytes? daba un poco de miedo.

 Fue entonces cuando sentí una pequeña tos a mis espaldas. Al volverme me di un gran susto. Parada frente a mí había una niña normal, bajita, de pelo marrón, dentro de un pijama gigante con forma de oso.

-¿Quién eres? ¿Cómo pudiste? ?le pregunté totalmente confundida.

-Hola. ?me contestó con un susurro, como de niña tímida. -me llamo Lain. Lain Iwakura.

-¿Cómo entraste?

-¿Entrar?

-Por la puerta. Estaba cerrada. Solo yo conozco la clave.

-No entré. Salí. de tu máquina. Soy un avatar. ?¿Cómo? Lo que decía eran puros disparates. ¿Qué clase de broma era esa? de todas formas para asegurarme toqué su brazo y sí, era real, no un holograma ni nada por el estilo.

-Eres real. No puedes haber salido de mi máquina. -Es complicado. Por un momento pensé que podría ser una simulación generada directamente en mi cerebro a través de ondas ultrasónicas, una especie de telepatía artificial. Eso explicaría que pudiera percibirla con los cinco sentidos, incluyendo el tacto. Solo que yo no tenía ningún implante. Ningún receptor, al menos que yo supiera. Realmente no quería mostrar temor, así que decidí asumir los hechos como si fueran naturales. ?¿Qué quieres? -le pregunté. Ella sonrió y sacó un objeto de uno de los bolsillos de su pijama. Al mostrármelo lo reconocí en el instante: Un hypercubo o teseracto, o al menos su proyección en tres dimensiones. Exactamente igual al corazón de Lilith que yo había sustraído en el juego.

-Necesito... desencriptarlo. ?¿Qué es? -El universo. El todo informático. -¿Qué quieres decir? ?En realidad no desearías saberlo. ?Pruébame. ?Aquí están Los Archivos. -¿Los archivos?

 -digamos que son un conjunto de predicciones muy exactas, de todo lo que ocurrió, ocurre y ocurrirá en esto que llamas "Realidad".

 -¿Qué quieres decir?

 -¿Nunca has pensado que todo esto podría no ser... real?