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La confusión de un jardín es una comedia teatral del autor Agustín Moreto. En la línea de las comedias palatinas del Siglo de Oro español, la historia se desarrolla en torno a un malentendido amoroso tras el que se suceden numerosas situaciones de enredo.
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Seitenzahl: 75
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Agustín Moreto
Saga
La confusión de un jardín Original titleLa confusión de un Jardín Cover image: Shutterstock Copyright © 1775, 2020 Agustín Moreto and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726597493
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 2.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
DON LUIS.
VICENTE, criado.
DON JERÓNIMO, viejo.
DOÑA LEONOR, una hija.
DOÑA BEATRIZ, una hija.
JUSEPA, criada.
DON DIEGO.
UN TENIENTE.
UN ESCRIBANO.
Dos alguaciles.
La escena es en Madrid.
Sala en casa de DON LUIS.
JUSEPA, con manto; VICENTE, en cuerpo.
VICENTE (Santiguándose.)
¡Jusepa! Gran novedad.
Y tan de noche! Mayor.
Muchos siglos de favor en pocos años de edad.
Jamás has venido aquí; 5
¿qué cosa? Misterio tienes,
a grandes hazañas vienes.
JUSEPA No vengo a buscarte a ti,
porque no eres grande hazaña,
busco a don Luis.
VICENTE Haces bien; 10
que es pez apacible, en quien
se logra mejor tu caña.
JUSEPA ¿Qué caña, di, bachiller?
VICENTE Dotora en esta opinión
te pone tu profesión. 15
JUSEPA ¿Qué profesión?
VICENTE Ser mujer.
¿Hay de vosotras alguna
que no se incline a pescar,
al príncipe como en mar,
al pobre como en laguna? 20
Todas nacisteis con manos
acomodadas al uso,
que tienen anzuelo infuso
contra los peces humanos.
Harto ha de ser en verdad 25
si en ti la caña desdice:
pescar sabrás; que lo dice,
Jusepa, tu habilidad.
JUSEPA No he de poder responderte,
que salgo depriesa ahora. 30
VICENTE ¿Salir de casa a tal hora?
Vuelvo a mis cruces de verte.
Curioso, Jusepa, estoy;
¿no me dirás cómo ha sido
que haya tan tarde salido 35
la estrella de Venus hoy?
JUSEPA ¿Yo estrella?
VICENTE Desde la cuna
lleva este nombre a la pila
cualquiera que recopila
dos voluntades en una. 40
Cuidado tiene la estrella
de confrontar voluntades,
y Venus sus mocedades
se tuvo desde doncella.
JUSEPA ¡Qué bien que te respondiera 45
si hubiera lugar de hablarte!
Profeso de parte a parte
en la religión tercera.
Pero dejémoslo estar
para otro tiempo mejor; 50
y llévame a tu señor,
que tengo con él que hablar.
VICENTE ¿Qué es lo que quieres pedir?
JUSEPA ¿Es fuerza que tú lo sepas?
VICENTE Achaque de las Jusepas 55
es los secretos decir,
y tú eres tan achacosa
como las demás.
JUSEPA Pues quiero
pedir.
VICENTE ¿Acaso es dinero?
Porque es la ocasión famosa; 60
que ha jugado y ha perdido.
JUSEPA No importa; dile que estoy
aguardándole.
VICENTE Ya voy:
mas pienso que él ha salido.
¿Conmigo no partirás 65
lo que te diere?
JUSEPA En buen hora.
DON LUIS. Dichos.
DON LUIS ¿Jusepa?
JUSEPA De mi señora
te traigo...
DON LUIS No digas más;
toma primero un abrazo
y esta cadena.
VICENTE (Aparte.)
Eso sí; 70
que es la mitad para mí.
JUSEPA Guárdete Dios; que es un lazo
de nuevas obligaciones
este favor que recibo.
VICENTE (Aparte.)
Cadena, a ser tu cautivo 75
me lleven las particiones.
(Hablan aparte JUSEPA y DON LUIS.)
JUSEPA Beatriz, en fin, determina,
don Luis, esta noche hablarte.
DON LUIS Deja que vuelva a abrazarte;
que es nueva tan peregrina 80
para un amor desdichado,
que aún lo que dices no creo.
¡Que fue capaz el deseo
de antojo tan bien logrado!
No han merecido tal bien 85
dos años de adoración.
JUSEPA Los buenos terceros son
remedio contra el desden
y no te ha faltado a ti
quien enterezas deshaga. 90
DON LUIS Bien lo conozco, y no hay paga
sino es entregarme a mí.
JUSEPA Por el jardín has de entrar;
pienso que sabes la puerta.
DON LUIS Ya la sé; ¿tendrásla abierta? 95
JUSEPA No, que era mucho fiar.
(Dale una llave sin que lo vea VICENTE.)
Lleva esta llave contigo,
para que en viendo sin gente
la calle, seguramente
puedas abrir sin testigo. 100
Claro está que cerrarás
luego que entres, y en cerrando,
ve unos árboles buscando
que a mano izquierda hallarás
junto a una fuente tan bella, 105
que apruebes el encubrilla
los árboles de su orilla,
si lo hacen por celos della.
Quédate allí que yo iré
después a avisar, si es hora 110
de que hables a mi señora;
y adiós, que es tarde.
DON LUIS No sé,
ni quiero saber decirte
la estimación que verás;
mas no he de decirte más. 115
JUSEPA Ni yo el secreto advertirte,
pues sabes la obligación,
y ves que a llamarte vengo
de noche.
DON LUIS Presente tengo,
Jusepa, lo que es razón; 120
no lo erraré. Tú, Vicente,
lleva a Jusepa a su casa,
que por la gente que pasa,
y aun cuando no pase gente,
no es bien ni he de permitir 125
que se vuelva sola. Adiós.
(Vase.)
VICENTE, JUSEPA.
VICENTE Solos estamos los dos;
alto, Jusepa, a partir.
JUSEPA Ya parto.
(Hace que se va.)
VICENTE No de carrera.
JUSEPA Pues ¿qué?
VICENTE De cadena.
JUSEPA Es cosa 130
de partir dificultosa,
y estoy muy de prisa.
VICENTE Espera,
Jusepa, que no es justicia;
¿no prometiste?...
JUSEPA Es verdad;
mas era menor de edad. 135
VICENTE La edad suple la malicia.
JUSEPA Ahora bien, si ello ha de ser,
partirlo luego es mejor.
VICENTE Es cristiandad y es amor.
JUSEPA Tu mitad no has de perder. 140
¿Viste que don Luis me dio
cadena y abrazo?
VICENTE Sí.
JUSEPA (Abrazándole.)
Pues doyte el abrazo a ti,
y tomo lo demás yo.
VICENTE Partiste como hacen otras. 145
JUSEPA ¿No quedas favorecido?
VICENTE Mal haya quien no ha sabido
partir así con vosotras.
JUSEPA La partición está buena,
no hay qué decir; vén tras mí. 150
(Vase.)
VICENTE Detente. ¡No hubiera aquí
un portero de cadena!
(Vase.)
Sala en casa de DON JERÓNIMO.
DOÑA BEATRIZ, DOÑA LEONOR.
DOÑA Notable resolución,
LEONOR hermana.
DOÑA BEATRIZ ¿Por qué es notable?
BEATRIZ
DOÑA Permitir que un caballero 155
LEONOR que se confiesa tu amante,
con muchas ansias de verte,
con no menores de hablarte,
toda la vista deseos
y toda el alma volcanes; 160
después de largas finezas,
después de desvelos grandes,
por el jardín a deshora,
Beatriz, esta noche te hable;
jardín y noche, que alientan 165
el ánimo mas cobarde,
y en la mayor cortesía
despiertan las libertades,
¿no es ocasión de decirte,
por más que tú lo disfraces, 170
que ha sido resolución,
Beatriz, que puede notarse?
Perdóname, que se ofenden
en ocasión semejante
la fama de tus virtudes, 175
la obligación de tu sangre,
lo que se debe al decoro
de la casa de tu padre;
que es el sagrado en que tiene
cualquier pensamiento cárcel. 180
Parece que se te olvida
la nota que es fuerza darse,
cuando un vecino curioso
registre, sin importarle,
que un embozado pasea 185
con mucha quietud tu calle,
que ya se pasa a la esquina,
que ya se esconde del aire,
que hacen la seña que espera,
que acecha a la puerta que abren; 190
que a una ventana de enfrente
no hay hurto que se le escape.
Posible, Beatriz, es esto;
también puede ser que falte;
mas en sintiendo posibles, 195
teme el recato verdades.
Y ¿qué ha de pensar el mismo
don Luis de ver que le llames,
aunque el exceso que intentas
le venga a ser favorable? 200
Que es ordinario en quien mira
favores tan desiguales,
que la razón los condene,
cuando el antojo los ame.
Beatriz, así lo discurro, 205
yo me holgaré de engañarme;
pero decirte mi voto
fue deuda aunque llega tarde.
Voto será, porque viene
de hermana menor, culpable; 210
mas el amor te lo ha dicho,
que es el que forma igualdades.
DOÑA Hermana, tus advertencias
BEATRIZ estimo sin que me agravien;
que los consejos más libres 215
no ofenden, si de amor nacen.
Aunque menor, es posible
que aciertes, y puedo errarme;
que los aciertos no corren
al paso de las edades. 220
Más ¡ay! que con argumentos
(espero que no eficaces)
me acusas de poco atenta,
y aun das a entender de fácil.
Quiero también que concurran 225
mis argumentos a examen,
aunque venzan las razones,
y no las autoridades.
Llamar a don Luis confieso
que fuera delito, y grave, 230
si para hacerle favores
hubiera sido el llamarle.
Conozco que fuera olvido
de la opinión, del linaje,
de lo demás que ponderas 235
y es digno de ponderarse.
Mas si le llamo, Leonor
para decirle que basten
dos años de galanteo,
que ya comienza a notarme 240
(porque el amor, que en él supo
recién nacido callarse,
ya, como tanto ha crecido,
mas en silencio no cabe);
que si tenemos conformes 245
haciendas y voluntades,