La traición vengada - Agustín Moreto - E-Book

La traición vengada E-Book

Agustín Moreto

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Beschreibung

La traición vengada es una comedia teatral del autor Agustín Moreto. En la línea de las comedias palatinas del Siglo de Oro español, la historia se desarrolla en torno a un malentendido amoroso tras el que se suceden numerosas situaciones de enredo, en este caso con el militar Lope de Figueroa como protagonista.

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Seitenzahl: 72

Veröffentlichungsjahr: 2020

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Agustín Moreto

La traición vengada

Saga

La traición vengadaOriginal titleLa traición vengada

Cover image: Shutterstock Copyright © 1911, 2020 Agustín Moreto and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726597462

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 2.0

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

PERSONAJES

DON DIEGO. DOÑA BEATRIZ. DON FÉLIX. CASTAÑO, gracioso.DON LOPE DE FIGUEROA. GARCÍA, criado.DOÑA CLARA. INÉS, criada.UN ESCUDERO. UN EMBOZADO. Dos hombres.

La escena es en Madrid.

Jornada I

Plaza delante de San Martín.

Escena I

DON DIEGO, CASTAÑO.

CASTAÑO ¡Oh Madrid, corte dichosa

del gran Felipe Segundo!

Tu nombre celebre el mundo.

agora envidio la prosa

de uno que pide prestado 5

sin prenda.

DON DIEGO Necio, ¿qué dices?

CASTAÑO Que tus dichas solemnices,

pues a Madrid has llegado,

tras de tres años de ausencia,

a los brazos de tu esposa, 10

como rica y noble, hermosa.

Terrible es la penitencia

que has cumplido; pues apenas

«sí otorgo» dijiste al cura,

cuando tu necia locura, 15

que la lloras y condenas,

te obligó al delito honrado

de la noche deseada

de tu boda. ¡Oh fiera espada!

¡Oh montañés confiado! 20

¡Qué necio te acometió!

Aunque esto no es para aquí.

DON DIEGO Con mi obligación cumplí;

pasé a Flandes, y él sanó

de las heridas.

CASTAÑO Quisiera 25

que del necio amor sanara.

DON DIEGO A tenerle, no faltara

quien a Flandes me escribiera;

pero ya habrá escarmentado

en sí mismo, cuando sabe 30

que en doña Beatriz no cabe

contra mí el menor cuidado

de su loco desatino.

CASTAÑO No sé yo si persevera;

pero dicen que te espera, 35

más pertinaz que Calvino,

para vengarse, agraviado

de la ofensa que le has hecho.

DON DIEGO Vendrále Madrid estrecho

en sabiendo que he llegado. 40

CASTAÑO Tiene amigos y dinero,

y es valiente.

DON DIEGO Necio estás.

Lo que agora siento más...

CASTAÑO Dame con algún agüero

en estas barbas. Ni entramos 45

en martes, ni eres Mendoza.

DON DIEGO Cuando ya la vista goza

el norte fijo en que estamos,

que es estrella que me guía

al sol que mi pecho abrasa, 50

estar fuera de su casa

el sol ¿no es desdicha mía?

CASTAÑO ¿Qué desdicha puede ser?

Si monja tu esposa fuera,

y encerrada no estuviera, 55

era ocasión de temer.

Estarán en San Martín,

porque es de su fiesta el día,

que hoy muestra la bizarría

todo humano serafín. 60

Y más habiendo llegado

a Madrid la flor de España,

que haciendo del mar campaña,

quedó revuelto y manchado

entre la sangre y despojos 65

del fiero turco en Lepanto;

y está en la corte el espanto

del Asia, luz de los ojos

del Rey, su hermano: el señor

Don Juan de Austria.

DON DIEGO Al nombre solo 70

tiembla el más opuesto polo;

pero si heredó el valor

de aquel César, Carlos Quinto,

tendrá a sus pies la fortuna,

dando a la otomana luna 75

rayos del planeta quinto.

CASTAÑO ¿Cómo no te has acordado,

pues con él fue a la jornada,

de tu grande camarada

Don Lope?

DON DIEGO Pues ¿ha llegado 80

Don Lope de Figueroa?

CASTAÑO Mientras te apartaste a hablar

con don Pedro, le vi entrar

en San Martín.

DON DIEGO A Lisboa

le escribí desde Bruselas 85

cuando se partió la armada;

no tiene mejor espada

el mundo.

CASTAÑO En tales escuelas

aprenden: en Flandes son

(también te ha cabido parte) 90

cada capitán un Marte,

cada soldado un Cipión.

DON DIEGO Aquí le hemos de esperar,

pues dices que entrar le viste.

CASTAÑO No es mal amigo, si embiste 95

el montañés.

Escena II

DOÑA BEATRIZ y DOÑA CLARA, tapadas; luego, el ESCUDERO. Dichos.

DOÑA BEATRIZ Aguardar

podemos al escudero.

DOÑA CLARA Suele buscarnos tres horas.

ESCUDERO (Sale.)

¿Dónde han estado, señoras?

CASTAÑO Lindos soles de febrero, 100

que se ven entre nublados.

Llega; que bureo tienes.

ESCUDERO ¡Qué vísperas tan solemnes!

A todos deja admirados

la música.

DOÑA BEATRIZ Buena ha sido. 105

ESCUDERO Es un jilguero el capón.

CASTAÑO Esta era buena ocasión.

DON DIEGO Como esas habré perdido.

Guardo el decoro mejor

a mi esposa mientras sale 110

Don Lope... Si no me vale

(Alborótase.)

La prudencia...

CASTAÑO ¿Qué temor

tienes? ¿Qué has visto?

DON DIEGO Castaño,

que aquí me aguardes te pido;

a don Félix, mi enemigo, 115

he visto...

CASTAÑO ¡Suceso extraño!

DON DIEGO Y en tan público lugar.

aunque el furor me provoca,

será acción cobarde y loca

reñir para no matar; 120

y en Madrid habrá ocasión.

¡Oh patria, bien me recibes,

pues delitos me apercibes

contra mi honrada opinión!

(Vase, y CASTAÑO le sigue.)

Escena III

DOÑA BEATRIZ, DOÑA CLARA, el ESCUDERO; luego, DON FÉLIX.

DOÑA BEATRIZ Hermana, cúbrete bien, 125

porque pienso que nos sigue

don Félix.

DOÑA CLARA ¡Que amor le obligue,

siendo eterno tu desdén,

a solicitar tu amor,

hallando en mi pecho entrada! 130

DOÑA BEATRIZ ¡Qué mal gusto, pues te agrada

un necio!

(DON FÉLIX sale.)

DON FÉLIX (Aparte.)

Todo el furor

que encierra el abismo alienta

con su vengativo fuego

mi pecho: he visto a don Diego, 135

dueño feroz de mi afrenta.

¡Oh quién a solas se viese

con él! Pero mientras llega

la noche, el sol que me niega,

al cielo, aunque al sol le pese, 140

le he de descubrir agora,

vengativo y envidioso,

por si volviere su esposo.

(A DOÑA BEATRIZ.)

Nubes del manto, Señora,

no han de poder encubriros 145

de quien tan perdido os sigue.

(Quiérela destapar.)

DOÑA BEATRIZ Félix, mi honor os obligue,

si sois noble, a persuadiros

que ablandáis montes de acero

con copos de helada nieve, 150

y que ni aun el sol se atreve

al justo dueño que espero.

Vuestra ciega pretensión

hace, en vuestro mismo daño,

que tan largo desengaño 155

os sirva de obstinación.

No toméis tanta licencia

por ver ausente mi esposo;

que soy un rayo furioso

que exhala su misma ausencia. 160

Y advertid que noble y fiel,

pues que su honor me encargo,

sabré castigaros yo,

y sabrá mataros él.

(Hace que se va.)

DON FÉLIX Aguarda, imposible mio. 165

DOÑA BEATRIZ Quien lo conoce, ¿qué espera?

(Vase con DOÑA CLARA y el ESCUDERO.)

Escena IV

DON FÉLIX; luego, DON LOPE DE FIGUEROA, con hábito deSantiago.

DON FÉLIX ¡Que entre sus engaños muera,

pues de sirenas me fío,

seis años! ¡Viven los cielos,

que es prodigio esta mujer, 170

pues me ha obligado a tener

aun del mismo tiempo celos!

(Sale DON LOPE.)

Don Lope, ¿dónde os quedasteis?

DON LOPE Como no era menester

en conquista de mujer, 175

viendo que al salir la hablasteis,

tuve el lance por seguro.

DON FÉLIX Más terrible es su conquista

que en Flandes, a escala vista,

trepar un valiente muro. 180

DON LOPE Como no habéis peleado

en aquel país, pensáis

que en guerra de amor halláis

Marte fiero y cielo airado.

DON FÉLIX Luego ¿nunca habéis querido? 185

DON LOPE Tibiamente, y sin rodeos,

porque ajusto mis deseos

al amor como al olvido.

DON FÉLIX ¡Buen amante sois!

DON LOPE Es clara

y segura mi opinión: 190

la esperanza y posesión

se han de ver siempre a la cara.

Para que el tiempo publique

burlas de mi necio amor,

esperando, ¿no es mejor 195

ir a hacer cara a Mastrique?

Mujer que llega a tener

dilación de un cuarto de hora,

es muy cara.

DON FÉLIX Y ¿si es señora?

DON LOPE Esa sólo ha de querer 200

un dueño; el mundo la alaba.

Yo las busco más comunes,

que las pesque, como atunes

la más vecina almadraba.

DON FÉLIX De esa suerte, ¿no querréis 205

esta noche acompañarme?

DON LOPE Jamás deje de arriesgarme

por un amigo: tendréis

conmigo, a fe de quien soy,

las espaldas bien seguras. 210

DON FÉLIX Adoro las luces puras

del sol que siguiendo voy,

tan sin esperanza alguna,

que entre mal perdidos bienes,

voy a conquistar desdenes 215

más libres que la fortuna.

DON LOPE Y ¿ha de ir para saber

si una mujer os habló,

todo un hombre como yo?

DON FÉLIX Pienso que hay más que mujer; 220

un hombre honrado y valiente

la guarda.

DON LOPE Pues hacéis mal,

y ella bien en ser leal