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Primero es la honra es una comedia teatral del autor Agustín Moreto. Escrita en conmemoración del cuarto aniversario de la Archiduquesa María Antonia de Austria, la historia se desarrolla en torno a un malentendido amoroso tras el que se suceden numerosas situaciones de enredo, en este caso con acompañamiento musical.
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Seitenzahl: 87
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Agustín Moreto
Saga
Primero es la honra Original titlePrimero es la honra Cover image: Shutterstock Copyright © 1661, 2020 Agustín Moreto and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726597356
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 2.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
La escena es en Palermo.
Calle. Noche.
El REY, el MARQUÉS, MÚSICOS.
REY Marqués, ya estáis enfadoso;
quien me viene a acompañar,
no me viene a aconsejar.
MARQUÉS Sin ser, Señor, sospechoso
puedes lograr tu deseo; 5
que no le está bien a un rey,
que es custodia de la ley,
publicar un galanteo
de una hija de un almirante,
a quien Sicilia pregona 10
que, debe más tu corona
que el cielo al nombre de Atlante.
Y este recato, Señor,
que mi advertencia te mueve,
más a la Reina se debe 15
que al respeto de su honor,
pues siendo en la sucesión
de Nápoles heredera,
por ella Sicilia espera
destos dos reinos la unión; 20
y cuando acuerdo tan sabio
no se deba a esta ventura,
te merece su hermosura
el recato del agravio.
REY Sólo por eso lo siento; 25
pero es tal mi ceguedad,
que arrastra mi voluntad
a todo mi entendimiento.
Ya veo la estimación
que debo a mi esposa bella; 30
mas ¿he de dejar por ella
abrasar mi corazón?
Ya veo que al Almirante
debo conforme amistad,
amor, fineza y lealtad, 35
siendo en mi reino el Atlante;
mas si Porcia es mi homicida,
¿cómo quieres que en sus ojos
prefiera yo sus enojos
al peligro de mi vida? 40
Mil noches aquí he venido
a verla osado y resuelto,
y sin conseguirlo, he vuelto
desesperado y corrido;
y así, estoy determinado 45
a que pasees la calle
con la música, por dalle
ocasión a su cuidado.
Aquí retirarme intento;
cantad sin hacer reparos; 50
que si ella sale a escucharos
con verla estaré contento.
MARQUÉS Si ya estás determinado,
no te quiero replicar.
REY Pasando podéis cantar, 55
mientras yo estoy retirado.
MÚSICOS Salid, hermosos luceros,
que de las luces del alba
tenéis las veces en Porcia,
cuando nace en sus; ventanas. 60
FEDERICO y TORREZNO, con espadas y broquetes. Dichos.
TORREZNO ¿Musiquita en nuestra calle,
señor?
FEDERICO Algo me ha inquietado,
aunque es vano mi cuidado;
porque ¿quién puede estorballe
a la ociosa juventud 65
de la corte este ejercicio,
que con señales de vicio,
suele a veces ser virtud?
TORREZNO Si esto es virtud y agasajo,
y a tu dama se le aplica, 70
será una virtud que pica.
FEDERICO ¿Cuál es esa?
TORREZNO La del ajo.
FEDERICO ¿Quién quieres que a Porcia bella
mire, siendo yo su amante,
y mi tío el Almirante 75
quiere casarme con ella?
TORREZNO Conozcámoslos muy bien;
ven, que así te satisfaces.
FEDERICO Tente, Torrezno; ¿qué haces?
TORREZNO Echar mano a la sartén. 80
MARQUÉS (Al REY.)
Señor, allí se han parado
a oír.
REY ¿Qué importa? Cantad,
y la calle pasead
sin recelo y sin cuidado.
MÚSICOS El sol de los bellos ojos 85
de la noche a la mañana
sopla la luz del que ausente,
vencido de Porcia falta.
FEDERICO ¿Qué escucho?
TORREZNO ¡Oh músico astuto!
Embistamos.
FEDERICO ¡Ay de mí! 90
TORREZNO Quien de Porcia cantó aquí
ha mentido, si no es Bruto.
FEDERICO ¿Quién va?
TORREZNO Venga quien viniere;
¿agora estás preguntando,
cuando estoy yo reventando? 95
Caballero, sea quien fuere...
MARQUÉS Cantad.
TORREZNO Tú lo cantarás;
y tú abrirás un garguero,
que te cante por enero
como gato.
MARQUÉS Cantad más. 100
MÚSICOS Fénix del sol es la muerte,
pues le logra la distancia.
FEDERICO A tan soberbia arrogancia
se castiga desta suerte.
(Sacan las espadas.)
REY Morirán, viven los cielos, 105
pues sacaron las espadas.
(Éntranse todos por un lado, riñendo, y salen por otro.)
Calle. Zaguán de la casa del ALMIRANTE.
El ALMIRANTE, criados, con luces. Dichos.
TORREZNO A ellos, Señor, estocadas
como quien hace buñuelos.
ALMIRANTE (Dentro.)
Luces criados. ¿Aquí
espadas?
TORREZNO Ea, gallinas. 110
MARQUÉS Ah Señor, ¿qué determinas?
que sacan luz.
REY Ven tras mí.
(Vase con el MARQUÉS y los MÚSICOS, y al pasar por delantedel zaguán, salen los criados con hachas encendidas.)
ALMIRANTE (Al salir.)
¿Quién va? Tened las espadas.
FEDERICO (Aparte.)
¡El Rey fue, cielo divino!
ALMIRANTE Pues Federico, sobrino, 115
¿a mi puerta cuchilladas?
Entra adentro.
FEDERICO (Aparte a TORREZNO.)
¡Ah amor tirano!
De la luz al resplandor
conocí al Rey.
TORREZNO Yo al olor,
porque olía a franchipano. 120
(Entran por una puerta, y salen por otra.)
Habitación en la casa del ALMIRANTE.
El ALMIRANTE, criados; FEDERICO, TORREZNO.
ALMIRANTE (A los criados, que se retiran.)
Retiráos. Di lo que pasa,
Federico; ¿qué has tenido?
FEDERICO Señor, algún atrevido,
que al decoro desta casa
perdiendo estaba el respeto. 125
ALMIRANTE ¿Cómo?
FEDERICO Dando a sus balcones
música en necias canciones.
ALMIRANTE Tú hiciste necio conecto,
porque esta casa por ley,
siendo la de un almirante, 130
en decoro, semejante
es al palacio del Rey;
y el que lo mira discreto,
más que un exceso ha de hallar
antes que llegue a pensar 135
que la pierden el respeto.
Pensarlo es juicio liviano,
porque canten a un balcón;
que no ofende la intención
donde no puede la mano. 140
En otra casa no ignoro
que ofensa el cantar sería,
no, Federico, en la mía,
guardada de mi decoro;
que quien porque eso ha sentido 145
forma en su casa querella,
presume que hay riesgo en ella
por donde ser ofendido.
Mira tú, el respeto dando
a mi casa que se debe, 150
si eres tú quien se te atreva
o los que estaban cantando.
TORREZNO Buena dotrina, por Dios,
con lo que cantando estaban.
ALMIRANTE Pues ¿qué era lo que cantaban? 155
TORREZNO Uno a uno, y dos a dos.
ALMIRANTE ¿Qué decía?
TORREZNO Linda quimera,
y a Porcia.
ALMIRANTE ¿A Porcia señalas?
TORREZNO Sí, Señor, y en coplas malas;
que malo a ser buenas, fuera; 160
y hacer a tina dama bella
un galán, lleno de amor,
malas coplas, es peor
que torear mal por ella.
FEDERICO No soy yo tan desatento, 165
que errar pude esa atención.
TORREZNO Digo que tuvo razón;
que es esto ya atrevimiento.
ALMIRANTE Federico, aun siendo así,
no has hecho bien, si el castigo 170
malograste; entra conmigo.
Pero Porcia viene aquí.
PORCIA, LAURA. El ALMIRANTE, FEDERICO, TORREZNO.
PORCIA Padre y señor, con cuidado
me ha tenido aquel rumor;
mas ¡qué miro! ¿sin color 175
Federico, y tan turbado?
FEDERICO (Aparte.)
Ya no miro como amante
a Porcia en tantos recelos;
agora siento mis celos,
que está la causa delante. 180
PORCIA Señor, ¿qué rumor ha habido
aquí esta noche?
ALMIRANTE Hija mía,
alguna necia porfía
de mis criados ha sido;
para tu cuidado es nada, 185
pues saber te importa más
que mañana quedarás
con Federico casada.
PORCIA Pues, Señor, ¿cómo?
ALMIRANTE En ti es ley
obedecer y callar 190
y en mí el irlo a efectuar,
pidiendo licencia al Rey.
(Vase.)
PORCIA, LAURA, FEDERICO, TORREZNO.
LAURA Señora, albricias te pido.
PORCIA Laura, tendrás las mejores,
pues por dártelas mayores 195
se las pido a Federico.
FEDERICO ¡Ay de mí!
PORCIA ¿Cómo, Señor?
Primo, pues ¿tú suspirando,
cuando yo estoy esperando
parabienes de tu amor? 200
TORREZNO (Aparte.)
Esto es como la casada,
que viéndole con desdén,
pidió al novio el parabién
y era que estaba preñada.
PORCIA Pues ¿qué es esto, Federico? 205
¿Tú enmudeces, cuando loca
tan justo placer me tiene?
¿Tú suspenso?
TORREZNO Sí, Señora,
suspenso e irregular.
PORCIA ¿Irregular? ¿de qué forma? 210
TORREZNO Porque ha andado a cuchilladas,con un hombre de corona.
PORCIA ¿Qué ha sido esto, Federico?
FEDERICO Pluguiera a los cielos, Porcia,
que yo hubiera enmudecido 215
antes que tan dolorosas
voces y quejas saliesen
del corazón a la boca.
Porcia, mi amor acabó,
y su llama abrasadora, 220
o la apagó helado soplo,
o se consumió a sí propia.
Que se apagó dije; miento,
que antes ya más poderosa
crece en mí para tormento 225
la que ardió para lisonja.
El efecto solamente
te he dicho de mi congoja,
no la causa, que ella misma
da a entender que no la ignoras: 230
porque el Rey, Porcia, en tu calle
con música escandalosa,
que en sus canciones tu nombre
por más fineza pregona,
no viniera ni intentara 235
escándalos tan a costa
de tu fama, a no tener
favores que le ocasionan.
Amante que se publica
sus posesiones blasona; 240
que el que en desprecios pretende,
con el recato soborna.
Tú, Porcia, tú y tus favores
le llaman y le provocan;
tu letra es; mas no presumas 245
que es esto queja, Señora,
que yo no puedo tenerla
sino de mi suerte corta,
pues tú aciertas tu fortuna,
aunque yerras la victoria. 250
Porque aunque sea en desprecio
del amor que me apasiona,
negar no puedo que ha sido
cuerda elección, y aun forzosa,
dejar la rústica flor 255
por el clavel, que corona
de olorosas majestades
la púrpura de sus hojas.
El clavel, Porcia, es el Rey,
yo la flor humilde y tosca, 260
que solo nació a ser una
entre el vulgo de las otras.
En él brinda a que le elijan
aquella encendida pompa,
que en ámbares carmesíes 265
vierte el carmín que le adorno.
A mí me humilla un matiz
tan pálido, que aun no cobra
mas color con la vergüenza
de ver que por él me arrojan. 270
La mejor tu mano elige,
mi estrella pierde por poca,
el Rey te gana por grande,
y tú quedas más dichosa.
Lógrale pues, y a mi tío 275
propón tú la causa ahora