Trampa adelante - Agustín Moreto - E-Book

Trampa adelante E-Book

Agustín Moreto

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Beschreibung

Trampa adelante es una comedia teatral del autor Agustín Moreto. En la línea de las comedias palatinas del Siglo de Oro español, la historia se desarrolla en torno a un malentendido amoroso tras el que se suceden numerosas situaciones de enredo.

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Seitenzahl: 103

Veröffentlichungsjahr: 2020

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Agustín Moreto

Trampa adelante

 

Saga

Trampa adelanteOriginal titleTrampa adelante

Cover image: Shutterstock Copyright © 1911, 2020 Agustín Moreto and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726597325

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 2.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

PERSONAJES

DON JUAN DE LARA. DON GARCÍA DE TOLEDO. DON DIEGO DE VARGAS. MILLÁN, criado, gracioso.DOÑA LEONOR. DOÑA ANA. INÉS, criada.CASILDA, criada.GINÉS, criado.JUSEPICO, paje.MANUELICO, paje.UN ESPORTILLERO.

La escena es en Madrid.

Jornada I

Calle.

Escena I

DOÑA LEONOR y INÉS, con mantos; DON JUAN y MILLÁN,

de soldados; aquel con hábito de Santiago.

 

DON JUAN Espera, Leonor, detente;

que ni yo entiendo tu queja,

ni sé qué dices.

DOÑA LEONOR Don Juan,

no es menester que la entiendas.

Vamos, Inés.

INÉS

Ya te sigo. 5

DON JUAN ¿De suerte Leonor, que niegas

a mi noticia el delito

para honestar la sentencia?

¡Qué poco debe de ser,

y qué mucha la cautela 10

o el alivio que en dejarme

siente ya la intercadencia

del amor que me has tenido,

pues de parte de mi ofensa,

para dar vida a mi culpa, 15

como interesada en ella,

temiendo que te la hielo

el aire de mi respuesta,

el calor de la silencio

tiene abrigada la queja! 20

Pues vete, Leonor, ¿qué aguardas?

Vete ya, y mi pecho sienta

haber llegado contigo

mi amor a tanta tibieza,

que por dejarle te vales 25

de fingidas apariencias.

¿Fingidas dije? Es error;

que si a este fin las intentas,

creeré que tengo la culpa

de querer tú que la tenga. 30

MILLÁN ¿Qué es irse, sin que primero

nos diga toda su pena

dénos la queja muy clara,

o pensaremos que es yema.

DOÑA LEONOR Pues ¿es, don Juan, tu traición 35

tan recatada y discreta,

que ha menester, de ignorada,

que yo aquí te la refiera?

Mas digo mal, que tú eres,

si hombre al fin, de tal cautela, 40

oye por mi respeto sabes

serlo sin que lo parezcas;

porque ir un coche de damas

por el Prado, y tú tras ellas,

vendiendo a sus atenciones 45

el desaire por fineza;

llegar otro coche a hablarlas,

empeñarte tú por ellas,

sacar la espada y reñir

en público una pendencia, 50

no era cosa, que llegar

a mi noticia pudiera;

porque en el Prado y de día,

donde la Corte pasea,

¿quién lo pudiera contar 55

donde mis ansias lo oyeran?

MILLÁN No es nada lo que ha soltado.

DON JUAN Y ¿esa, Leonor, es la queja?

DOÑA LEONOR Queja no, porque tras esto

no hubo mas correspondencia 60

que escribirte aquella dama,

y tú responderle a ella;

que es cosa que no excusarán

caballeros de tus prendas.

MILLÁN ¡Jesús! Si aquí no hay conjuro, 65

gato negro y yerbas secas,

no hay brujas en Baraona.

INÉS Yo lo vi todo.

MILLÁN ¿Por tela

de cedazo volteado?

INÉS Claro está.

MILLÁN Será de cerdas; 70

yo apostaré que en él anda

haba como berenjena.

DON JUAN Leonor, a no persuadirme

a que puede ser fineza

de amor (que en efecto es niño 75

que con medrosas ideas

tiene las sombras que mira

por cuerpos que le amedrentan),

según lo que estás de parte

de mi culpa, siendo incierta, 80

creyera que, de cansada,

la procura tu tibieza.

¿No puede ser eso engaño?

Y ¿no puede ser que tenga,

como en mis sucesos, parte 85

en tu mudanza mi estrella?

Pues si la tiene, y movida

de sus impulsos me dejas,

no has de llevar de razón

ni aun esa breve apariencia; 90

porque todo tu argumento

es como en otros, que aprietan,

verdad el antecedente

y falsa la consecuencia.

Verdad fue hallarme en el Prado, 95

yendo yo a una diligencia

de pretensión al Retiro;

y al pasar la puentezuela,

como es uso del paseo,

ir acaso a tomar vuelta 100

junto a mí un coche de damas;

encontrarse allí con ellas

otro de unos caballeros,

cuyo cochero en las ruedas

el coche trabó de suerte, 105

que el otro volear pudiera;

a las voces de las damas

acudir yo con presteza;

detener aquel cochero;

decir sus dueños: «Apriesa 110

anda» replicarlos yo;

volverle a instar que anduviera;

decirle yo: «Si te mueves

te he de romper la cabeza»;

no pararse a mi razón, 115

y viendo la desvergüenza,

sacar la espada y cumplirlo

por entero la promesa;

salir todos los del coche,

cerrar con ellos, ser fuerza 120

ver mi lado defendido

de cuantos estaban cerca;

conocer mi razón todos,

y sin más medio que verla,

como nube de verano 125

deshacerse la pendencia;

irse el coche de las damas,

sin que yo las conociera,

haberse informado acaso

de mi posada y quién era, 130

porque en Madrid, de los hombres

como yo es fácil saberla;

hallar a la noche en casa

un papel de alguna de ellas,

que decía: «Agradecida 135

os quiere ver quien desea

del empeño que os costó

estimaros la fineza».

Responderle yo al instante:

«Caballeros de mis prendas 140

premio y agradecimiento

tienen por lo que profesala

en cumplir su obligación;

yo la cumplí y cobré della».

Éste ha sido todo el caso, 145

y porque quedes más cierta

de que yo no la conozco,

su papel te dará señas

de que no la vi en mi vida.

(Muestra un papel.)

Éste es, Leonor; y no sientas 150

que esté mi satisfacción

tan fácil, clara y abierta,

porque malogre el intento

con que mi culpa acrecientas.

Que yo habiendo conocido 155

como hasta ahora debiera,

que te cansa el ver un hombre

que de sí mismo es ofensa,

ajado de la fortuna

pobre, abatido y sin seña 160

del logro de su esperanza

(que nadie vive sin ella);

como por merecer premio

que fuese a tu plática ofrenda,

la flor de mi juventud 165

me fui a gastar en la guerra

al sangriento horror de Marte

repetiré la violencia

a hallar premio en una bala,

que ponga fin a mis quejas. 170

Muera yo de desdichado;

que, a pesar de las estrellas,

también para un triste hay muerte,

aunque su industria la aleja.

MILLÁN Dices bien, vamos a balas, 175

que es gran cosa morir dellas,

y no aquí de melecinas.

DOÑA LEONOR Detente, don Juan, espera.

MILLÁN ¿Qué ha de esperar un pobre hombre

tras tantas impertinencias? 180

DOÑA LEONOR ¿Dónde vas?

MILLÁN A buscar balas

en casa de la confitera

del Caballero de Gracia.

DOÑA LEONOR No hagas burla de mi pena.

¿Don Juan?

DON JUAN ¿Qué quieres, Leonor? 185

DOÑA LEONOR ¿Qué he de querer? Que no ofendas

mi fineza, que me escuches,

y que de una vez no quieras

darme la satisfacción,

y hacerme culpa la queja; 190

que en la sencillez de amor

es maliciosa destreza

la que juntar sabe a un tiempo

la herida con la defensa.

DON JUAN ¿Malicia es satisfacerte 195

no lo es dar tú la queja,

suponiéndome el delito

para obligarme a la pena?

Vamos, Millán.

MILLÁN Millán, vamos.

DOÑA LEONOR Aguarda.

DON JUAN No me detengas, 200

Leonor. Si lo solicitas,

¿Por qué lo excusas tú mesma?

Yo conozco aun en mi sangre

méritos de mi nobleza,

que no me da la fortuna 205

con que de ti dignos sean.

Lo que mi nobleza alcanza,

lo desmiente mi pobreza;

pues, si sé que tú lo sabes,

¿Quién es tan necio que espera 210

que pronuncien las palabras

lo que articulan las señas?

MILLÁN ¿Qué pobreza ni qué haca?

Vive Dios, que me enfurezca.

Mi amo es don Juan de Lara; 215

y si se pone en las tejas,

de la casa de los Laras

es mi amo la cabeza;

y a santiagos de Santiago

ganó un remiendo en la guerra; 220

y si no trae buena ropa,

es por ser tal su nobleza,

que el remiendo de la capa

a la camisa le llega;

y ha llevado por ganarla 225

más botes que una receta,

y gastó más en heridas

que otros en mangas y medias;

y te han tirado más balas

que a gatos en azoteas; 230

y si ayuna es devoción,

y si sin cenar se acuesta,

es por querer mal a Judas

y tener miedo a la cena;

y del gasto de su casa 235

será probanza más cierta

el queso y los panecillos

que debemos en la tienda.

Y es mucha superchería

tratarnos desta manera; 240

y vamos de aquí, Señor.

DOÑA LEONOR Vuelve, Millán.

MILLÁN No doy vuelta,

sino por una valona.

DOÑA LEONOR ¿Qué dices?

MILLÁN Que ésta está vieja.

DOÑA LEONOR Don Juan, si mi amor estimas, 245

y la fe segura es necia,

enojarte mis temores

es no quererme discreta.

¿Tan seguros sois los hombres,

que una mujer de mis prendas, 250

en un indicio tan claro,

ofendió con la sospecha?

Si no me hubiera ofendido

una tan viva apariencia,

fuera preciso faltarme 255

el discurso o la fineza.

Pues si mi amor acredita

mi temor, con él me deja;

súfreme, don Juan, celosa,

para no quererme necia. 260

Estar con razón quejosa,

¿qué es querer dejarte piensas?

Pues ¿qué pensarás, don Juan,

si me hallaras satisfecha?

Los celos nunca despiden, 265

antes, si se advierte, ruegan;

que el dar la queja un amante

es por no querer tenerla.

Queja y ruego todo es uno

en amor, mas quien la alienta 270

disfraza el golpe del ruego

al sonido de su queja.

Y si no, dé tu razón

a esta pregunta respuesta:

quien no intenta la venganza, 275

¿para qué dice la ofensa?

Mas esto tú no lo ignoras;

ea don Juan, llega, llega.

Ruégaselo tú, Millán.

MILLÁN Cierto, que yo no quisiera 280

arriesgar mi autoridad

a un desaire, si lo niega.

Ah, Señor, si yo lo pido,

¿Querrás?

DOÑA LEONOR Díselo de veras.

MILLÁN ¿De veras? Pues concertemos 285

cuánto, mirado en conciencia,

valdrá poco más o menos

ajustar esta pendencia.

DOÑA LEONOR ¿Quieres paga?

MILLÁN Mis derechos;

¿No es justo? ¿Quieres que sea 290

alcahuete del Campillo?

DOÑA LEONOR Toma este diamante.

MILLÁN Venga.

DON JUAN Aparte, pícaro.

MILLÁN Nolo.

DON JUAN ¿Tal Infamia emprendes?

MILLÁN Etiam.

DON JUAN ¿Para qué?

MILLÁN Para sacar 295

de empeño un lío de prendas,

y el vestido del figón.

DON JUAN Vive el cielo, que la lengua

te arranque aquí si no callas.

MILLÁN Vive Dios, que la gallega 300

me ha dicho que han de vender

el coleto en la taberna.

DOÑA LEONOR ¿Qué dices, don Juan?

DON JUAN Leonor,

¿Qué ha de decir quien desea

para ver, luz en tus ojos? 305

MILLÁN ¿Hay infamia como aquesta?

Que haga las paces de balde

quien hace un mes que no cena

y la noche que hay guisado

le hace de carne de huerta? 310

DOÑA LEONOR Pues, don Juan, aquí el temor

de mi hermano me desvela.

A la hora señalada

mi fe esta noche te espera

para que de tus temores 315

te aseguren mis finezas

toma los brazos, y adiós.

(Abrázale.)

DON JUAN Vida con ellos me dejas

de aquí a la noche.

MILLÁN Laus Deo.

Mírenlos; ¡tan fácil fuera 320

reducir a Cataluña!

DON JUAN Yo llegaré hasta la puerta.

DOÑA LEONOR Don Juan, no pases de aquí.

DON JUAN Ya conoces mi obediencia.

DOÑA LEONOR Adiós.

MILLÁN Con la colorada. 325

DON JUAN ¿Vas ya, Leonor, satisfecha?

DOÑA LEONOR ¿No basta desenojada?

DON JUAN ¿Quién te enojó?

DOÑA LEONOR Mi sospecha.

DON JUAN Pues ¿aún dudas?

DOÑA LEONOR Soy amante.

DON JUAN ¿No me crees?

DOÑA LEONOR Eso quisiera. 330

DON JUAN ¿Quién te lo estorba?

DOÑA LEONOR Mi amor.

DON JUAN ¿Por qué?

DOÑA LEONOR Porque lo desea.

DON JUAN Pues ¿no lo ve?

DOÑA LEONOR No; que es fe.

DON JUAN Mejor cree.

DOÑA LEONOR Sí, pero es ciega.

DON JUAN Pues yo iré esta noche.

DOÑA LEONOR

¿A qué? 335

DON JUAN A que sin duda lo veas.

DOÑA LEONOR Quiera amor que lo conozca.

DON JUAN Quieras tú que amor lo quiera.

MILLÁN Acabóse en tiquis miquis:

propio paso de comedia. 340

(Vase DOÑA LEONOR con INÉS.)